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Crisis migratoria y tensión con Rabat | Críticas a la jefa de la diplomacia española

Coalición Canaria ‘acumula’ ministros en la picota

La crisis abierta con Marruecos sitúa a la titular de Exteriores y su política diplomática en el centro de las críticas de los nacionalistas

Imagen de archivo de la toma de posesión de Arancha González Laya. | | EFE/E. NARANJO

El turno le toca a ahora a la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Arancha González Laya, se ha convertido en las últimas semanas en la integrante del Gobierno central sobre la que están recayendo las mayores críticas de la oposición a raíz de la crisis diplomática con Marruecos por lo sucedido en Ceuta. También por parte de CC, que la acusa de desidia y la señala ahora como una de las responsables de la emergencia migratoria en Canarias por no haber sido capaz de tejer acuerdos con los países africanos de origen para contener la llegada de pateras y cayucos a las costas canarias, activar las repatriaciones, y liderar en la UE una política migratoria y de cooperación que sirva para encauzar el fenómeno.

Si en los meses anteriores fueron los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, los más asiduos inquilinos de la picota nacionalista, ahora es la jefa de la diplomacia española la principal sacrificada. Por la misma situación han pasado ya otros muchos ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, en esta y la anterior legislatura, en muchos casos coincidiendo con el criterio del Gobierno de Canarias, que también ha señalado a varios de ellos, aunque con un tono más amable. Fueron los casos, por ejemplo, de José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y, en los últimos meses, Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, por la falta de respuesta estatal a la crisis del sector en las Islas.

«Su tiempo ha acabado», sentenció la diputada de CC, Ana Oramas, sobre la titular de Exteriores durante el debate de una moción en el Congreso el pasado martes sobre la política del Gobierno en relación con Marruecos, dando por hecho que será con toda seguridad sustituida en la remodelación del Consejo de Ministros que prepara el presidente, Pedro Sánchez. «Es la peor ministra», afirmó la portavoz nacionalista, que no la estaba poniendo en comparación con sus compañeros y compañeras en el Ejecutivo, sino con sus últimos antecesores en el cargo. «Todos los ministros de Asuntos Exteriores, del PSOE y del PP, han sido impecables, y cualquier incidente o crisis se nos comunicaba y se tejieron grandes consensos en política exterior. Esta ministra lleva un año y más desastres en un año no han podido suceder», resaltó Oramas.

Oramas acusa a González Laya de no haber hecho nada para excluir a las Islas de la lista ámbar

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La diputada tinerfeña hizo una crítica contundente de todos los aspectos de la actual diplomacia española en el mundo hasta el punto de señalar que «realmente no tenemos en estos momentos una política exterior como país». Resalta la nacionalista que esto es así tanto en la UE, como en Latinoamérica pero, sobre todo, en África, y en especial en la política de relaciones con Marruecos y en lo que a ese respecto afecta a Canarias.

Tanto Oramas en el Congreso, como el secretario general de CC, Fernando Clavijo, en el Senado, han emprendido una crítica frontal al Ministerio de Exteriores a este respecto, denunciando la «apropiación» por parte de Marruecos, en febrero de 2020, de las aguas del Sahara y su intención de definir el límite marítimo de sus aguas territoriales de forma unilateral. Clavijo ha solicitado por ello la comparecencia de González Laya en el Senado, junto a la otros miembros del Ejecutivo, para que explique la crisis diplomática con el país vecino y los efectos que ello puede acarrear en el fenómeno migratorio. Para CC, elementos como las maniobras militares conjuntas de Marruecos y Estados Unidos frente a la fachada atlántica canaria, o las prospecciones petrolíferas en aguas limítrofes a la teórica mediana marítima entre ambos países son ejemplos del fracaso de la estrategia española d vecindad con el régimen de Mohamed VI, que tiene especial incidecia en el Archipiélago.

Pero la diputada tinerfeña ha dejado su sello personal en esta ofensiva nacionalista contra Laya. Durante la menciona moción en el Congreso, Oramas desveló que colgó el teléfono a la ministra hace meses cuando ésta la llamó en una ocasión para quejarse de una anterior crítica de la diputada a la dejación de funciones del Ministerio de Asuntos Exteriores por la crisis migratoria en Canarias. «Una vez pregunté que dónde estaba la ministra, que había que buscarla como a Wally [el famoso personaje de cómic de la camiseta rojiblanca rayada], y nunca se sabía de ella en momentos de crisis importantes», explica Oramas. Luego, según cuenta la diputada, la ministra la llamó para quejarse, ella, Oramas, le pidió explicaciones sobre las actuaciones del ministerio en África, y aquella le respondió con un displicente «tú no eres nadie para explicarte nada».

«Ha sido la primera vez que cuelgo un teléfono a un ministro, y lo digo aquí. Que se lo coma», dijo la diputada desde la tribuna del hemiciclo.

Sin peso en Londres

Sin que aparentemente viniera a cuento, la ministra respondió ayer a la dirigente nacionalista canaria. Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, González Laya trataba de responder a una diputada del PP sobre las relaciones con Marruecos y la política exterior del Ejecutivo, y recordó en este sentido una moción aprobada en marzo en el Senado en el que ocho grupos parlamentarios, entre ellos el PP, el PSOE, Bildu, ERC o Junts, apoyaron la misma hoja de ruta para el Gobierno en relación con el conflicto del Sahara. Laya, mirando hacia el escaño de Oramas, enfatizó que esa moción «también fue apoyada por CC, por cierto», un gesto claramente interpretable como un deseo de no pasar por alto sus críticas y sarcasmos del día anterior.

Según CC, la ministra tiene también su parte de responsabilidad en el hecho de que Canarias no haya sido excluida de la lista de países a los que el Reino Unido mantiene restricciones de viajar a sus residentes. «En vez de estar en Londres, intentando que nos sacaran de la lista de destinos con restricciones, no sabemos dónde estaba, pero lo que está claro es que no ha hecho nada», asegura la diputada, quien considera que España debe utilizar al Jefe del Estado para hacer diplomacia por todo el mundo en defensa de los intereses españoles.

El conflicto del Sahara, la oleada migratoria o las fronteras marítimas, entre las críticas

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La ofensiva de CC en relación a la crisis diplomática con Marruecos coloca a esta formación política en la línea ejercida también por el PP contra el Gobierno central en este tema. Los nacionalistas canarios coinciden con los populares, tal como ha quedado patente en los debates parlamentarios de los últimos días, que la suspensión de la Reunión de Alto Nivel (RAN) con el reino alauíta, prevista para finales del año pasado, aplazada luego a febrero y ahora suspendida indefinidamente, no es por causa de la pandemia sanitaria, como sostiene el Ejecutivo español, sino en la crisis diplomática que ya se larvaba hace meses y que ha explotado en toda su intensidad tras la acogida por parte de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y la entrada de más de 9.000 personas, muchos de ellos menores, por la frontera de Ceuta.

González Laya dijo ayer que «España ni ha buscado, ni ha deseado, ni alimenta una crisis con Marruecos» y que «está plenamente comprometida con mirar a futuro y con el diálogo y en ello estamos trabajando». «España y Marruecos han sido capaces en los últimos años de trabajar en una cooperación modélica que sirve para gestionar nuestra interdependencia, que esta impuesta por nuestra proximidad y está dando frutos destacados en términos de estabilidad y prosperidad y por eso confiamos en desarrollar nuestras relaciones», afirmó.

También reiteró que la posición española sobre el conflicto del Sahara es el mismo de siempre, «no ha cambiado, ni cambiará» porque se basa en el «multilateralismo, el respeto a las normas internacionales y las resoluciones de la ONU».

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