Ha vuelto a suceder una nueva tragedia en la ruta canaria de la migración, la más peligrosa de todas las que parten de África porque las dimensiones del Atlántico multiplican las posibilidades de perderse en el mar. Al menos siete migrantes subsaharianos han podido contarlo y explicar lo sucedido a bordo de la patera con la que pretendían llegar a Canarias. Sin embargo, pasaron una travesía infernal de dos semanas viendo cómo a su alrededor iban muriendo sus compañeros de viaje.

La pesadilla acabó ayer para ellos cuando los guardacostas mauritanos los rescataron. Los siete migrantes contaron que partieron hace dos semanas de un punto de la costa de Marruecos aún no identificado. Al menos, las informaciones proporcionadas por los guardacostas mauritanos nada dicen del punto de partida. También es por los supervivientes que se sabe que en la embarcación viajaban a 47 personas más, que murieron al quedarse sin comida ni agua durante una travesía que se prolongó más de lo normal.

Según informó a Efe una fuente de seguridad de la localidad costera de Nuadibú, donde se encontró la patera con los supervivientes, los fallecidos formaban parte de un grupo de medio centenar de migrantes, mayoritariamente senegaleses y malienses, que salieron el pasado 1 de agosto de Marruecos con la intención de alcanzar las Islas Canarias.

Los siete, todos ellos hombres, explicaron a las autoridades mauritanas que, una vez en el mar, el motor de la embarcación se paró y la patera se quedó a merced de las olas. Con el paso del tiempo, las provisiones de alimentos y el agua potable que llevaban a bordo comenzaron a acabarse, lo que provocó la muerte progresiva de los pasajeros, entre los que había mujeres y niños, según han relatado las personas que han conseguido sobrevivir.

Estas siete personas se salvaron tras saltar a tierra cuando finalmente la patera llegó, llevada por las olas, a las costas mauritanas. Los supervivientes fueron atendidos por miembros de la guardia costera mauritana y llevados a la Policía de Nuadibú, que tramitará su expulsión a sus países de origen cuando se hayan investigado las circunstancias del suceso.

82 este mes

Con estos últimos 47 fallecidos son ya 82 los fallecidos o desaparecidos de los que se tiene constancia en la llamada ruta atlántica o ruta canaria de la migración en lo que va de agosto. El jueves de la semana pasada se tuvo conocimiento del fallecimiento de 13 personas en una patera rescatada a 640 kilómetros del sur de Gran Canaria.

Aquella patera que fue localizada por un carguero el lunes pasado había partido el 28 julio, cuatro días antes que la de la última tragedia. En ella viajaban 46 migrantes a bordo, según relataron los supervivientes de la travesía a la Policía Nacional tras su llegada a Gran Canaria.

El martes, cuando ya llevaban dos semanas navegando, un avión de Salvamento Marítimo pudo ubicar la embarcación y el buque Ever Grace, que se encontraba próximo a la zona, procedió al rescate, tras recibir la petición por parte de Salvamento Marítimo. En ese momento, ya había nueve personas menos a bordo. Los demás fallecerían después. Cuatro personas cayeron al agua durante el traspaso hasta el carguero, que fue especialmente complicado por el débil estado de salud de los migrantes. Una de las 34 personas que sí subieron a la cubierta del Ever Grace, una mujer, falleció poco antes de que llegara un helicóptero del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) del Ejército del Aire para evacuarla a un hospital, junto a otros tres varones.

Ese mismo día, en el que arribaron 101 migrantes en dos embarcaciones, la ONG Caminando Fronteras alertó del vuelco de una patera en Tarfaya con 18 desaparecidos.

Mientras, aunque ayer no llegó ninguna embarcación a Canarias, los equipos de Salvamento Marítimo en Canarias se mantienen alerta, dado que las condiciones del mar estos días favorecen la navegación. La Red Canaria por los Derechos de las Personas Migrantes lleva semanas advirtiendo de un previsible repunte migratorio y de la falta de recursos para la acogida.