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Defensa se queda sin fondos para reforzar la seguridad aérea isleña

El Ejército del Aire insiste en que la jubilación de los F-18 de Gando es prioritaria

Un F-18 en la Base Aérea de Gando

La renovación de los halcones desplegados en la Base Aérea de Gando tendrá que esperar. El Ministerio de Defensa no ha incluido en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 una partida destinada a la compra de los cazas que sustituirán a los F-18 que se encargan de la vigilancia del espacio aéreo de Canarias y que, tras dos décadas de servicio, han alcanzado el límite de su vida útil. Desde hace dos años el Ejército intenta paliar esta carencia con un plan específico de conservación para tratar de estirar la operatividad de las últimas unidades, al menos, hasta 2024. Sin embargo, las grandes inversiones que las Fuerzas Armadas han hecho en armamento durante los últimos años reduce las posibilidades de que Defensa invierta en nuevos programas de modernización hasta 2028 puesto que ha llegado a su techo de gasto para los próximos años.

La solución para poder afrontar la renovación de las aeronaves responsables de la defensa isleña pasa por una enmienda de los socialistas a los PGE que amplíe los fondos del Ministerio que dirige Margarita Robles. Otras vías posibles son que Hacienda autorice a Defensa a aumentar su deuda o que otro ministerio adelante los 2.000 millones que requiere el Programa Halcón que incluye la sustitución de los cazas de Gando, que ya han superado las 6.000 horas de vuelo. La necesidad de renovación de los aviones de combate del Ejército del Aire en Canarias coincide con el rearme que ha realizado Marruecos en los últimos años. El país alauí ha invertido más de 19.500 millones de euros en la compra de armamento en el mercado internacional, sobre todo en Estados Unidas y Francia, con blindados Abrams, helicópteros Apache, carros de combate, aviones caza F-16, fragatas, baterías antimisiles e incluso la puesta en órbita de dos satélites espía.

La flota de F-18 desplegada en las Islas ha visto reducida su operatividad después de que se detectara corrosión en su fuselaje, como consecuencia del cóctel climatológico que supone las altas temperaturas, la humedad, el salitre y la calima a la que están expuestas en las Islas. Un deterioro que Robles conoció de primera mano durante su visita a los hangares Gando en enero de 2019. Para garantizar la seguridad y fiabilidad de los aviones de combate que siguen operativos, fuentes del Ejército del Aire explican que se aplican rigurosos controles de calidad, aunque reconocen que las flotas más veteranas, como es el caso de los F-18 de Gando, necesitan cada vez más repuestos y más acciones de mantenimiento para poder cumplir con esos estándares de calidad. Cuidados que van en detrimento de la disponibilidad de las aeronaves y suponen un aumento de costes y de los recursos necesarios para mantenerlos operativos. Durante su ponencia en la segunda Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef), celebrada la semana pasada, el jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), Javier Salto, insistió en que la sustitución de los F-18 destacados en Gran Canaria es una tarea prioritaria.

La medida transitoria que baraja el Ejército del Aire para cubrir las labores de los halcones en las Islas es desplegar en Gando uno de los escuadrones de F-18 que están destacados en las bases aéreas de Zaragoza o Torrejón de Ardoz (Madrid), incluso en detrimento de otras misiones. En este sentido, el general jefe del Mando Aéreo de Canarias, Juan Pablo Sánchez de Lara, aseguró en marzo que “los ciudadanos de Canarias deben saber que, sea como fuere, la seguridad del espacio aéreo del Archipiélago estará siempre garantizada”.

La veintena de F-18 de Gando llegaron a Gran Canaria hace dos décadas, procedentes de la Base Aérea de Morón de la Frontera (Sevilla), y Defensa los adquirió de segunda mano a la Marina estadounidense en 1995. El Eurofighter Typhoon es el modelo mejor posicionado para sustituir a los F-18, porque el Ala 11 y el Ala 14 ya utilizan esta aeronave y así se facilitaría la interoperatividad entre unidades. En el caso de que Defensa se decante por esta aeronave, el salto generacional de cuatro décadas entre los F-18 y sus sustitutos se percibirá especialmente en la tecnología con la que funcionan ambos aviones, con lo que los pilotos del 462 Escuadrón del Ala 46 tendrían que realizar un curso de “conversión operativa” a la nueva plataforma. Sin embargo, la web británica Janes, especializada en temas militares y aeroespaciales, publicó a principios de este mes que España había solicitado oficialmente información para la compra de medio centenar de Lockheed Martin F-35 Lightning II y apuntó que las primeras unidades deberían entregarse en 2027. El F-35 es uno de los modelos de aviones de combate más avanzados y modernos del mercado armamentístico.

Además de la renovación de los cazas de Gando, a finales de esta década el Ejército del Aire tendrá que afrontar el remplazo de los F-18 de la Península, que todavía tienen unos años más de vida porque pertenecen a otra serie de fabricación. Esta flota, que durante años fue la columna vertebral de la defensa aérea española, está compuesta por unos 60 aviones repartidos entre Zaragoza y Torrejón; y ya ha sido sometida a varios procesos de modernización desde que comenzara a operar hace cuatro décadas.

Según recoge el proyecto de los PGE de 2022, “las inversiones en modernización del Ejército del Aire se destinan a continuar proyectos iniciados en años anteriores”, entre los que destaca la reposición de vehículos y armamento individual y colectivo, así como la construcción de bases, especialmente las relacionadas con la previsible entrada en servicio del helicóptero NH-90 y del avión no tripulado estratégico operacional. Los programas especiales de modernización del Ejército, que cuentan con un presupuesto de 2.848 millones de euros, invertirán en la compra de material como buques de acción marina (BAM), helicópteros multipropósito, vehículos de combate ruedas 8x8 o fragatas F-100.

¿F-35 o Eurofighter?

El Ministerio de Defensa estudia la jubilación de los F-18 y los candidatos que pelean por ser los sustitutos son el F-35 y el Eurofighter. Dos aeronaves de quinta generación que jugarán un papel importante en la modernización de los ejércitos durante las próximas décadas. El F-35, de fabricación estadounidense, tiene un peso máximo de 31 toneladas y alcanza una velocidad punta de 1960 kilómetros por hora y una altitud máxima de 15.000 metros. Por su parte, el modelo europeo, el Eurofighter Typhoon, posee un peso máximo de 23,5 toneladas y alcanza una velocidad punta de 2.450 kilómetros por hora (dos veces la velocidad del sonido). La altitud máxima que puede alcanzar es de 19.812 metros. El F-35 cuenta con un total de diez anclajes donde se pueden colocar misiles y bombas. Mientras, el Eurofighter dispone de 14 compartimentos de anclaje, donde se pueden fijar armas similares a las del F-35 y también algunos complementos dedicados a la guerra electrónica, así como tanques para transportar combustible extra.

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