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Conflicto saharui

Biden enfría el reconocimiento de Marruecos sobre el Sáhara

EEUU opta por alejarse del respaldo de Trump a la soberanía alauí en las antiguos territorios españoles y se posiciona junto a la ONU

El ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken

Jugar a la ambigüedad. Esta es la técnica que está utilizando la administración del presidente estadounidense Joe Biden para enfriar el respaldo de su antecesor Donald Trump a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. El reconocimiento que el republicano hizo hace un año acerca de la autoridad de la soberanía alauí sobre los territorios de la antigua colonia española se convirtió, desde el momento de su llegada a la Casa Blanca, en una papa caliente para Biden. Las últimas declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, tras el encuentro el lunes con el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, muestran ahora una tendencia más distantes a las pretensiones de Marruecos.

Blinken prefirió no entrar en el debate sobre el apoyo a las partes del conflicto –Marruecos y el Polisario– y se limitó a defender los esfuerzos del recién nombrado como enviado especial para el Sáhara Occidental del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Staffan de Mistura. El plan de la ONU para resolver el conflicto pasa por un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui al que Rabat se opone frontalmente, proponiendo como alternativa una autonomía bajo la soberanía marroquí. La mención de Blinken, pues, a los esfuerzos de las Naciones Unidas se aprecia como una jarra de agua fría sobre la papa caliente que dejó Trump. Es decir, un paso hacia la imparcialidad.

La carta de la ONU

Y esta no es la primera vez que EEUU utiliza la carta de la ONU para esquivar el compromiso de Trump. Ya lo hizo días antes el propio Blinken en una entrevista en Nairobi a la BBC. En esa ocasión también prefirió ignorar la decisión del expresidente norteamericano de apoyar a Marruecos cuando se le preguntó por el asunto. Blinken evadió dar una respuesta clara y prefirió, como lo había hecho también el portavoz del Departamento de Estado Ned Price en varias ocasiones, responder que la «diplomacia estadounidense se está centrando ahora en el proceso liderado por la ONU». El objetivo es encontrar una «resolución digna y duradera», subrayó Price.

Esta nueva posición en la administración de Biden no ha modificado la buena relación entre EEUU y Marruecos. Así lo expresaron ambas partes en el encuentro celebrado el lunes en Washington. Blinken subrayó que esta histórica asociación bilateral está arraigada en intereses compartidos para la paz, la seguridad y la prosperidad de las dos regiones. Bourita coincidió con él e insistió en enriquecer los lazos con más diálogo estratégico, cooperación militar y mayor número de intereses y valores comunes.

El ministro de Exteriores marroquí se refirió además a los desafíos globales que enfrentan las dos partes, incluido el cambio climático y el terrorismo, y puso sobre la mesa algunas cuestiones en el norte de África, sin mencionar explícitamente el problemático Sáhara Occidental.

Washington sí aprovechó la ocasión para aplaudir la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel y la agenda de reformas impulsada por el rey Mohamed VI, así como la importancia de promover los derechos humanos y las libertades fundamentales en el país.

El aumento de tensión en el enfrentamiento entre Marruecos y el Frente Polisario por la situación del Sáhara Occidental está removiendo todo el panorama internacional. Hace tan solo dos días la organización saharaui amenazó a través de un comunicado a 70 empresas extranjeras, entre ellas 15 españolas, dos de ellas canarias­, que operan en la zona. El Frente Polisario ya había utilizado advertencias de este tipo en el pasado, pero en esta ocasión se habla de un escenario bélico contra Marruecos que podría ser un grave riesgo para las empresas que allí se encuentren. Igual que en un advertencia anterior la compañía canaria Binter aparece en el listado, algo que «no preocupa» demasiado a la aerolínea.

La compañía isleña incluye en su oferta de vuelos, conexiones con Dakhla y El Aaiún –territorios en la zona de conflicto– y entre sus planes a corto plazo no está eliminar estas conexiones. «Llevamos oyendo las mismas amenazas hace más de quince años, por eso no le damos la mayor importancia», aclaran desde Binter. «Vamos a seguir trabajando como hasta ahora porque contamos con todos los permisos necesarios en regla», añaden fuentes de la empresa isleña.

La advertencia del Frente Polisario incluye las recientes concesiones por parte de Rabat de prospecciones petrolíferas en aguas del Sáhara Occidental a pocas millas de las costas canarias a distintas operadoras internacionales. Esto solo ha servido para aumentar los desacuerdos que acumulan desde hace meses entre Rabat y Madrid. Entre esos asuntos está la continua llegada de inmigrantes desde Marruecos a las Islas. 

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