Los canarios votarán la formación del Parlamento autonómico en 2023 con el mismo sistema que en 2019. La Cámara aprobó ayer que en los próximos comicios se aplique la reforma electoral de 2018 que acabó parcialmente con la norma de la triple paridad en el Archipiélago. Aunque ninguna de las formaciones se mostró entusiasmada con la ley electoral, apoyaron mayoritariamente su aplicación porque en las circunstancias actuales no es factible abrir un debate parlamentario para realizar modificaciones profundas y esta fórmula es la que cuenta con el mayor consenso.
Con 51 votos a favor y uno en contra, de la diputada del grupo Mixto Vidina Espino, se acordó repetir el modelo de 70 escaños –tres por El Hierro, ocho por Fuerteventura, 15 por Gran Canaria, cuatro por La Gomera, ocho por Lanzarote, ocho por La Palma, 15 por Tenerife y nueve por la circunscripción autonómica–. Para las listas insulares, solo se tienen en cuenta las formaciones que reúnan al menos el 15% de los votos en la circunscripción insular o el 4% en toda la comunidad autónoma. Con esta decisión, el Parlamento cumple con el mandato del Estatuto de Autonomía, que fijaba un plazo de tres años para aprobar una ley que regule el régimen electoral de las Islas.
Espino defendió en solitario la posibilidad de reducir el número de diputados, porque «solo están los 70 cuando se votan los presupuestos». La diputada del grupo Popular Luz Reverón subrayó que no hay un solo sistema electoral bueno y que cada comunidad «debe buscar el que más se adapte a sus necesidades». Además, reconoció que la de 2018 fue una reforma «moderada».
José Miguel Barragán, del grupo Nacionalista, se mostró tajante ante la posibilidad de que el debate se centrara en si un modelo electoral es más o menos democrático según quien lo haya creado. Asimismo, invitó a los diputados a retomar las negociaciones en 2023 para mejorar el sistema si se considera necesario hacer una nueva reforma.
