Salir del callejón sin salida y escribir una nueva página en la historia del país es el objetivo de la iniciativa marroquí para la negociación de un estatuto de autonomía de la región del Sáhara. Una propuesta que el Reino de Marruecos presentó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) hace catorce años y que ahora pretende relanzar tras la acogida positiva de la comunidad internacional y el cambio de contexto. Así los expusieron los participantes del coloquio Autonomía, solución viable y justa al contencioso en el Sáhara, celebrado en el Club LA PROVINCIA. Un encuentro organizado por la Asociación de Cooperación y Amistad Canario-Marroquí (Acama) y el Consulado de Marruecos en Canarias.
Rafael Esparza
Presidente Acama
- «La ONU ya no habla de referéndum de independencia, solo de acuerdo entre las partes»
- «Si el reencuentro entre las familias se realiza sin traumas, podrán cicatrizar las heridas de la guerra»
La iniciativa se relanza en un contexto marcado por el recrudecimiento del conflicto desde que en noviembre de 2020 se rompiera el acuerdo de alto el fuego establecido desde 1991. El proyecto busca acabar con el conflicto, la separación y el exilio y “favorecer la reconciliación del pueblo saharaui”. De forma que las partes inicien un proceso de diálogo y negociación que desemboque en una «solución política mutuamente aceptable». El objetivo final es crear un estatuto de autonomía –similar al sistema de autonomías español– que sea sometido a consulta mediante la celebración de un referéndum en las poblaciones concernidas.
La iniciativa marroquí incluye la amnistía general que descarta cualquier detención o intimidación
Según este sistema, las poblaciones del Sáhara administrarán por sí mismas y de manera democrática sus asuntos, a través de los órganos legislativo, ejecutivo y judicial dotados de competencias exclusivas. Y además, dispondrán de los recursos financieros necesarios para el desarrollo de la región y participaran, de un modo activo, en la vida económica, social y cultural del Reino. El Estado conservará competencias exclusivas en lo relativo a la defensa, a las relaciones exteriores y a las atribuciones constituciones y religiosas del Rey.
Jerónimo Saavedra
Expresidente autonómico
- «Canarias tiene que definir su postura ante el conflicto, es una decisión que se toma con la cabeza»
- «La amnistía en el proceso es importante, hay que centrarse en pasar página»
La idea, que se origina en 2007, vuelve a estar sobre la mesa después de que distintos actores del panorama internacional hayan mostrado en los últimos meses su apoyo a la iniciativa. Donald Trump, expresidente de EEUU, reconoció públicamente hace un año la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. «La propuesta de una autonomía seria, creíble y realista de Marruecos es la única base para una solución justa y duradera, para una paz y prosperidad perdurables», escribió Trump en Twitter. Y fue a comienzos del verano pasado cuando Marruecos volvió a presentar ante la comunidad internacional su propuesta de autonomía. «La idea del referéndum de independencia se ha eliminado en todos los ámbitos de Naciones Unidas. Ahora todos se plantean que la única solución posible es un acuerdo entre las partes», aclaró en el coloquio Rafael Esparza, presidente de Acama.
El economista y estudioso de los conflictos árabes explicó en la conferencia que la situación socio-política de Marruecos ha cambiado mucho en los últimos años. Esparza insistió en que el país cuenta con «mayores cotas de democracia y derechos humanos» y también en que se ha transformado el seno del Frente Polisario, con la aparición de alternativas viables en el interior de su militancia como es el caso del Movimiento Saharaui por la Paz. Estas dos circunstancias combinadas provocan que se de un «escenario más favorable para la viabilidad de la propuesta marroquí», según Esparza.
Esparza considera que el primer paso es la negociación directa entre Marruecos y Argelia
“En Canarias ha sido un éxito su estatuto de autonomía, la iniciativa marroquí de autonomía para el Sáhara también podría serlo”, explicó en el encuentro Mohamed Salem Behiya, presidente del Consejo Provincial de Tarfaya, quien defendió que los habitantes del Sáhara marroquí viven en “libertad y democracia con todos los derechos civiles garantizados”. Las últimas elecciones de septiembre en el país norafricano contaron con una alta participación de la población del Sáhara marroquí. En algunas regiones el porcentaje superó el 80%, lo que para Salem se traduce en que “los elegidos son los verdaderos representantes legítimos de la población”. Esta misma idea defendió el senador marroquí Ahmed Lakhlif, quien aseguró que la iniciativa cuenta con “el apoyo pleno de todo el pueblo marroquí y con las provincias del sur del país y la comunidad internacional”. El también Vicepresidente del grupo parlamentario de Amistad Marruecos-España en la misma Cámara parlamentaria aclaró que “no se trata de una decisión unilateral, de imposición, sino de una iniciativa abierta para alcanzar una solución real”.
Ahmed Lakhlif
Senador marroquí
- «La iniciativa cuenta con el apoyo del pueblo marroquí y la comunidad internacional»
- «No se trata de una decisión unilateral ni impuesta, es una idea abierta para lograr una solución»
El presidente de Acama es uno de los defensores de la iniciativa en Canarias y uno de los primeros en proponer el sistema de autonomías como solución al conflicto en el Sáhara. El profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) presentó en la cuarta comisión de las Naciones Unidas en 2005, el informe Un nuevo marco para la posible solución del problema, adelantándose dos años a la propuesta del rey de Marruecos. Esparza analiza en el documento las fases para alcanzar la autonomía como “base, sería y creíble”, para resolver el contencioso. Este proceso debería partir, según Esparza, de una negociación directa entre Argelia y Marruecos, lo que permitiría, además de más autonomía para la región, acabar con el principal obstáculo para construir la Unión del Magreb Árabe (UMA). Y esto a su vez otorgaría a los países del norte de África mejores condiciones para mejorar sus relaciones con Europa y el resto del mundo.
La segunda fase del plan de Esparza consistiría en la resolución de los problemas de la población saharaui dentro de un marco democrático y de respeto a los derechos humanos. “Si el reencuentro de las familias separadas se lleva a cabo sin traumas se podrán sentar las bases de un desarrollo social armónico que, con el paso del tiempo, cicatrice las heridas de un conflicto que nunca tuvo que haberse producido”, añadió Esparza, quien aseguró que la solución propuesta por Marruecos traería beneficios para todas las partes implicadas. Incluso para Canarias, que podría «continuar con las relaciones económicas y sociales en un marco pacífico y que no presente peligro alguno para el desenvolvimiento de la actividad turística del Archipiélago».
Precisamente de Canarias y de su posicionamiento en el conflicto habló Jerónimo Saavedra, expresidente socialista del Gobierno autonómico, quien durante su mandato en 1986 compartió con el rey Hasan II un ejemplar del Estatuto de Canarias traducido al francés. «Canarias tiene que definir su postura respecto al problema, no es una cuestión de sentimientos es una decisión que parte de la cabeza», afirmó tajante.
Mohamed Salem
Presidente Consejo de Tarfaya
- «En las Islas el estatuto de autonomía es un éxito y en el Sáhara también lo será»
- «Los habitantes de la región viven en libertad y democracia con todos los derechos»
Saavedra considera que aunque España se mantenga «sin posicionamiento claro», las Islas tienen que «mojarse» porque de ello depende «su futuro». «¿Queremos una república islámica o una monarquía democrática?», preguntó durante la conferencia el también exministro. Saavedra insistió en que el debate entre políticos y en los medios de comunicación isleños debe centrarse en responder a esta pregunta y en hablar de la iniciativa marroquí que calificó de «solución realista, viable, duradera y aceptable».
El proyecto incluye un apartado en el que se aclara que el Reino de Marruecos garantizará a todos los saharauis –estén en el exterior o en el interior– el lugar y el papel que les corresponde, sin discriminación ni exclusión alguna, en las instancias e instituciones de la región. Y se especifica que se adoptará una amnistía general que excluye cualquier diligencia, arresto, detención, encarcelamiento o intimidación de cualquier naturaleza que sea, fundándose sobre hechos objeto de la amnistía. «Me recuerda a la Transición española, lo importante en estas situaciones es pasar página, reconstruir el país y reinventarse», explicó Saavedra.
