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Laína en la Plaza de la Feria: Mpaiac, Ortiz Wiot y Eufemiano Fuentes

La desarticulación del movimiento y el secuestro del industrial marcan su etapa en el Gobierno Civil | Cae tras un duro enfrentamiento con el alcalde capitalino

Francisco Laína toma posesión como gobernador civil de Las Palmas ante Manuel Fraga Iribarne. La Provincia

Francisco Laína se encuentra tras su nombramiento en 1976 como gobernador civil de Las Palmas con una papa caliente, más bien ardiente. Se trata del Mpaiac y la ascendencia popular que consigue el movimiento para la independencia, liderado por Antonio Cubillo, que a través de su emisora desde Argelia resquebraja el suelo de cristal sobre el que se apoya España tras la muerte de Franco. Madrid teme perder el control de Canarias por culpa de un mensaje cada vez más africanista y convencido del uso de la acción terrorista frente al enemigo colonizador.

El nuevo gobernador civil recibe instrucciones precisas de su superior, Martín Villa, para acabar con los grupúsculos independentistas con la policía franquista y sus servicios de información. En 1977, Cubillo lograría su mayor y dantesco daño colateral: un descomunal accidente aéreo en Los Rodeos como consecuencia del desvío de un vuelo desde Gando debido a un atentado del Mpaiac en un floristería.

En 1976 afronta el liderazgo de Cubillo, que había que frenar para evitar una espiral separatista

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Bajo la gestión de Francisco Laína se va a producir un hecho que marca el tardofranquismo en Gran Canaria, el secuestro del industrial y cacique Eufemiano Fuentes. Se lo llevan de su mansión de Las Meleguinas, siendo el principal sospechoso del acto Ángel Cabrera Batista, ‘el Rubio’, que pide un rescate y que mantiene en jaque a la policía con persecuciones y tiroteos a través de fincas de las medianías de la Isla.

En el ambiente de incertidumbre política tras la muerte de Franco, con choques entre los nostálgicos y los reformistas, la desaparición de Eufemiano Fuentes, al que se le atribuye un historial de represiones, es vinculada por los opositores al Mpaiac. Un nexo que Francisco Laína siempre desmintió. El secuestro, no obstante, concitó en torno a él una serie de hechos que incrementaron la confusión, como la detención de la familia del secuestrador o un rocambolesco tiroteo donde un inspector cae por las balas de otro compañero. O el romance de la hija de Eufemiano Fuentes, casada con el mexicano Carlos de la Torre, con el policía responsable de la investigación.

El culebrón, finalmente, obtuvo su punto y final tras localizarse el cadáver del industrial en el fondo de un pozo. Su mutilación complicó las labores de identificación y creció el rumor de que no se trataba de Eufemiano Fuentes. En 2010, el mismo Francisco Laína manifestaba a este periódico su seguridad de que el hombre que había sido enterrado respondía a la identidad del cacique. Pero sus palabras tenían enfrente la rumorología social y sobre todo las leyendas: una de ellas daba por hecho que el empresario se había esfumado al Caribe huyendo de un contexto político que adivinaba adverso, o al menos de ajuste de cuentas.

En su disputa con el primer edil no calibró bien que estaba ante un político popular y transversal

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Francisco Laína selló definitivamente el expediente y abrió otro que provocaría su cese como gobernador civil en 1977. Fue su enfrentamiento con Fernando Ortiz Wiot, un reconocido abogado que acabaría (1990) como afiliado del PSOE, pero que en la etapa del gobernador civil era alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. En este caso, el representante del Estado no midió sus fuerzas y abonó un enfrentamiento con el primer edil a cuenta de un solar donde el primero quería construir una comisaría, pese a que había sido calificado como zona verde por el Ayuntamiento capitalino.

En una época donde el autoritarismo era el pan de cada día, Ortiz Wiot era un alcalde popular, querido y uno de los primeros que había aprendido la lección de la transversalidad política. Fue un verdadero pionero en las políticas de barrios, hasta el punto de que el municipio llegó a ser la ciudad de España con más organizaciones vecinales. El envite era demasiado fuerte para Francisco Laína, y sus superiores decidieron finalmente enviarlo a otro destino antes de cebar un nuevo problema de los tantos que se le venían encima al país cuando la transición era aún un balbuceo y Adolfo Suárez ejercía de tahúr del Mississippi apagando fuegos y negociando con todo el espectro.

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