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Conflicto ruso-ucraniano

Nadia Mytkaly: "He hablado poco con mi padre porque sonaron las alarmas y se iba al refugio"

La joven ucraniana, que reside en Gran Canaria, dice que se siente impotente porque su familia sufre

Nadia Mytklay junto a su padre

Es horrible, es muy duro lo que está pasando en mi país. No entiendo que un dirigente político pueda ordenar todo este daño a las personas, porque está muriendo la gente,” protesta Nadia Mytkaly, que nació en Lviv (Ucrania) hace 37 años, y vive desde hace tres en la capital grancanaria. Angustiada y preocupada por los duros momentos que está sufriendo toda su familia debido a la invasión del Ejército ruso en Ucrania, piensa sobre todo en su padre, de 68 años, y en su hermano, un joven con problemas de capacidad intelectual. La última vez que pudo ver a sur progenitor fue hace tres años, y por eso guarda como un tesoro la foto de la última vez que estuvieron juntos. Aunque ayer pudo hablar un momento a través del móvil, dice que fue apenas una conservación breve porque en ese momento empezaron a sonar las alarmas antiaéreas, y le dijo “que se tenía que ir al refugio”.

A Nadia le gusta tanto el clima, y la vida en Gran Canaria, que tras pasar un tiempo en Madrid adonde se trasladan desde Lviv en 2001 junto a su madre y sus hermanas, decide fijar su residencia por un tiempo en la isla, y aunque vuelve a la capital de España, termina por regresar. Ahora regenta su propio negocio de floristería en la calle Luis Doreste Silva. El oficio es algo que le viene de familia, pues su abuela era florista y también su madre. Pero con la vida laboral encaminada, y un futuro por delante, las noticias de Ucrania le hacen sentirse más sola que nunca. “No tengo a nadie en Canarias, y en momentos como estos te sientes impotente porque tu familia sufre, y no puedes hacer nada”, lamenta. 

Para estar al tanto de lo que ocurre en su país ha estado pendiente de lo que emiten las televisión ucraniana, los diversos canales que hay en España, y también de Rusia. De esta forma ha podido percatarse de las formas tan distintas de mostrar el ataque de Rusia sobre las ciudades de Ucrania. “Las imágenes de la televisión ucraniana son duras, conmovedoras, mientras que en España se centran en más en ver las repercusiones económicas de este conflicto, y en los canales rusos es como si no pasara nada”, revela.

Y es que Nadia, que dice que se siente española, tiene su corazón ahora en Lviv donde viven su padre, su hermano, sus sobrinos, sus tíos y sus primos. Las horas desde el pasado jueves se le han hecho eternas, y reclama entre enérgica y desesperada que esta barbarie se detenga. “No pueden dejarnos solos”, insiste al tiempo que espera que el mundo sepa que esto no lo ha provocado Ucrania como explica Putin, y que entiendan que todo lo propicia “el presidente ruso al que no le importan las vidas humanas sino sus ansias de expansión”.

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