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Crisis interna del Partido Popular

Manuel Domínguez: Un estreno crítico

Ha vivido como un drama y con dudas la crisis del PP apenas un mes después de asumir la presidencia regional

Manuel Domínguez, presidente del PP de Canarias MARIA PISACA

El presidente del PP de Canarias, Manuel Domínguez, pisará de nuevo mañana la sede central del partido en Madrid por tercera vez desde que el pasado 23 de enero fue elegido para el cargo en el reciente congreso regional. Asistirá a la trascendental Junta Directiva Nacional con la que los populares tratan de poner fin a la crisis devastadora que ha vivido la organización por el enfrentamiento entre el todavía presidente nacional, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y que a la postre se va a resolver con la marcha del primero y la convocatoria de un congreso extraordinario, el 2 y 3 de abril, para tratar de pasar página y entronizar en el liderazgo al ahora presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Entre aquel 23 de enero en que asumió la presidencia regional del partido, sustituyendo a Australia Navarro, y la cumbre de mañana, Domínguez ha vivido cinco semanas de tiovivo político y emocional que le marcará para el resto de su mandato.

En este tiempo, Domínguez sólo había visitado la sede del partido en dos ocasiones, con un escenario en cada una de ellas muy distinto que de ninguna manera se podía imaginar. Si su primera visita desde la elección a la calle Génova, el 28 de enero, estuvo marcada por el optimismo y un espíritu de impulso y reconquista del proyecto popular en las Islas, la segunda, el pasado miércoles, en el marco de le reunión de Casado con los barones territoriales para frenar la sangría de la crisis interna, suponía para él un desgarro político y personal que ha gestionado con no pocas dudas sobre cómo afrontar el momento.

El nuevo presidente del PP de Canarias ha reconocido que estos días han significado para él una auténtica pesadilla y que han sido los «más tristes» de su vida política, algo que corroboran las personas de su entorno y distintos dirigentes del partido en las Islas.

Con todo, quienes lo rodean apelan a su reconocido carácter «pragmático» para lograr que ninguno de los objetivos que se marcó cuando alcanzó la presidencia regional se vean desdibujados.

Algunos cuentan que para Manuel Domínguez ya fue un gran contratiempo el hecho de que el congreso que lo aupó al liderazgo regional no pudiera ser presencial como consecuencia de la sexta ola pandémica, y que se viera privado de la gran fiesta popular que pretendía ser el evento, así como de la asistencia de los principales líderes estatales. Aunque participaron telemáticamente tanto Casado como el entonces secretario general, Teodoro García Egea, verdadero padrino de su candidatura única y ahora ya dimitido por la crisis, el congreso canario no era el que él tenía en mente. De hecho, antes de desatarse la tormenta interna, el partido tenía previsto un gran acto de apoyo en La Palma aprovechando la presencia de los barones territoriales gobernantes en la Conferencia de Presidentes que se iba a celebrar en esa isla.

La cumbre de presidentes se suspendió por la crisis internacional en Ucrania, pero el partido ya tampoco estaba entonces para eventos internos como el que se pretendía y Domínguez tendrá que «tirar para adelante con lo puesto», según expresan desde el PP canario.

Durante estas dos semanas de terremoto en las filas populares, el dirigente canario se ha mostrado dubitativo sobre los pasos a dar y las apuestas que hacer

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Durante estas dos semanas de terremoto en las filas populares, el dirigente canario se ha mostrado dubitativo sobre los pasos a dar y las apuestas que hacer. Si primero ofreció su apoyo a Casado, pronto viró de estrategia ante la evidencia de que todos los demás barones territoriales apostaron por el congreso extraordinario, el adiós a Casado previa dimisión de García Egea, y la petición a Feijóo para que diera un paso al frente. «Las siglas y nuestros afiliados están por delante de cualquier cargo. Esperábamos una solución rápida por parte de la dirección nacional, pero ha llegado el momento de que las bases nos indiquen el camino. Por eso, solicitamos la celebración de un congreso extraordinario», fue el contundente mensaje desde la ejecutiva canaria en Twitter pocas horas antes de ese decisivo claustro.

Domínguez ha hablado durante todo este tiempo con todos los implicados, y ha consultado con los presidentes insulares, hasta que finalmente, y superando la barrera que suponía la figura de Poli Suárez, secretario general del PP canario y muy allegado a Egea, él mismo explicitó la necesidad de dar por superada la etapa de Casado y que Feijóo tomara las riendas, tal como hizo en la tensa reunión de Madrid.

Llegados a este punto, Domínguez pretende convertir la Junta Directiva de mañana, y sobre todo el congreso, en el punto de inflexión para su propia tarea como líder de los populares canarios. Su entorno y los cargos internos y electos del partido creen que nada va a cambiar en la nueva etapa respecto a los objetivos del PP canario de cara a las elecciones autonómicas y locales de mayo de 2023, y que pese a que toda la nueva estructura del partido tras el congreso regional y los congresos insulares previos está auspiciada por el anterior equipo de la calle Génova, no hay contraindicaciones respecto a la dirección nacional que surja en abril. Domínguez asegura tener un muy buen entendimiento con Feijóo, con el que ha hablado varias veces estos días y del que tiene toda la confianza.

Además, si finalmente la secretaría general del partido recae en el eurodiputado Esteban González Pons, tal como se está señalando desde el entorno de Feijóo, se trataría de otra persona de gran cercanía con Canarias a través del también eurodiputado canario Gabriel Mato.

Muchos en el PP canario creen que Domínguez tiene un perfil político más cercano a quienes van a tomar las riendas en Génova que a quienes las sueltan, y recuerdan que conoce los entresijos de la cúpula desde que ya formó parte del Comité Ejecutivo durante cuatro años en la etapa de Mariano Rajoy.

Además, pertenece a esa generación que se quedó fuera de la dirección popular tras la derrota de Soraya Sáenz de Santamaría en el último congreso nacional pese a haber ganado las primarias entre los militantes, y que, al menos supuestamente, va a volver a puestos de relevancia con Feijóo.

Con esos mimbres no debería, por tanto, quedarse descolocado pese a ser nuevo en el cargo, algo que también afecta a varios presidentes regionales como son los casos de la Comunidad Valencia, Baleares, o Cataluña. 

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