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África occidental | El avispero del continente vecino

Los mercenarios rusos agitan el Sahel y obligan a España a abandonar Malí

Las tensiones en el Sáhara se suman a la inestabilidad en la zona y Europa retira la misión de formación militar en la que hay desplegados 530 soldados españoles

Un hombre con una foto de Putin se manifiesta en Mali contra las sanciones impuestas al país por la Cedeao. Adrissa Diakité / Efe

A las crecientes tensiones entre el Sáhara Occidental y Marruecos, avivadas por el giro histórico de España con respecto a la antigua colonia, se une la inestabilidad desatada en Malí por el despliegue de mercenarios rusos en el territorio, cuya presencia contribuye a agitar el avispero del continente vecino. Después de los dos golpes de Estado consecutivos que se produjeron en Malí en 2020 y 2021, el Gobierno de transición encontró en el Kremlin a un fiel aliado y repudió la colaboración de Francia, que se vio obligada a abandonar la operación Barkhane, tras casi una década combatiendo el avance yihadista en el país. En este contexto, Rusia lanzó sus redes sobre Malí, como un paso más dentro de sus maniobras expansionistas con aires neocoloniales que se abren paso, paradójicamente, explotando el sentimiento anticolonial africano.

En este peligroso contexto, que se desarrolla a solo 850 kilómetros de la costa de Fuerteventura, la Unión Europea también ha optado por dar un paso atrás. Los veintisiete acordaron el lunes suspender la misión de entrenamiento militar en Malí, ante el recrudecimiento de las condiciones de seguridad en el país. La misión EUTM-Mali se inició en 2013 para reforzar las capacidades de las fuerzas armadas del país africano, para que fueran autosuficientes y capaces de contribuir a la defensa de su población y su territorio frente al terrorismo yihadista.

EUTM-Mali cuenta con unos 1.100 efectivos y desde que fue desplegada ha instruido a cerca de 15.000 soldados malienses. España, con 530 militares, es el país que contribuye con más efectivos a la operación, aunque inicialmente el Congreso de los Diputados solo autorizó el envío de 56 efectivos el campo de adiestramiento de Koulikoro, a 60 kilómetros de Bamako. Actualmente no hay ningún contingente canario desplegado en la operación, pero hasta 2019 hubo un batallón isleño integrado en ella.

Desde hace casi una década, los militares europeos desplegados en Malí han proporcionado al ejército local formación en logística, cadena de mando y gestión de recursos humanos, así como asesoramiento sobre derecho internacional humanitario. Ahora, los mercenarios rusos tiran por tierra esos conocimientos, ya que proceden al margen de toda regulación, sin rendir cuentas a ningún organismo, y carecen de límites morales en sus intervenciones.

Josep Borrell afirma que no hay garantías suficientes por parte de las autoridades malienses, sobre la no interferencia del grupo Wagner

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Muestra de ello es que la ONG Human Rights Watch denunció la semana pasada que a finales de marzo se había producido una masacre en Moura, en el centro de Mali, donde el Ejército maliense, con el apoyo de instructores rusos, asesinó a unos 300 civiles. La ONG relata que la tragedia se desató cuando los militares dispararon desde cuatro helicópteros a un grupo de supuestos yihadistas que se encontraba en el mercado de animales. Una vez en tierra, los milicianos y los supuestos miembros de la compañía Wagner rodearon la localidad y comenzaron a ejecutar aleatoriamente a los habitantes del pueblo durante cuatro días. La mayoría de los asesinados eran de etnia peul, a la que se le suele acusar de complicidad con los yihadistas. Según la ONG, muchos cadáveres, la mayoría con disparos en la cabeza, fueron quemados y enterrados en fosas comunes.

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, anunció la decisión de suspender la misión EUTM-Mali en la rueda de prensa posterior a la reunión de los ministros de Exteriores europeos en Luxemburgo, donde argumentó que no hay garantías suficientes por parte de las autoridades de transición de Malí, sobre la no interferencia del grupo Wagner, que "empieza a ser responsable de los acontecimientos tristes que han dejado decenas de muertes en Malí".

El escenario de inseguridad e incertidumbre contribuye a avivar los flujos migratorios

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El representante de Naciones Unidas para Malí, El Ghassim Wane, ha solicitado ante el Consejo de Seguridad de la ONU acceso a Moura para investigar la matanza y también ha mostrado su preocupación por la situación de seguridad en el país. Wane celebró la apertura de una investigación por parte de las autoridades malienses, pero subrayó que "es imperativo que la Misión de la ONU tenga acceso al lugar de las presuntas violaciones".

De los seis países del África Occidental cuyos gobiernos han sido derrocados por la fuerza en los últimos 21 meses, Malí es el más sacudido por la inestabilidad política, con un golpe de Estado dentro de otro golpe. El gobierno provisional maliense tenía de plazo hasta finales de febrero para iniciar un proceso electoral, pero en el último trimestre de 2021 planteó a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) ampliar la transición cinco años, con la excusa de disponer de margen para realizar las reformas institucionales necesarias. Ante esta idea, la organización regional impuso unas duras sanciones a Malí que agotó la paciencia de la población de estos territorios, que ven en Rusia una vía para solucionar sus problemas.

El escenario de incertidumbre e inseguridad en la zona del Sahel contribuye a incrementar los flujos migratorios hacia Canarias, como destino final de la peligrosa ruta atlántica, que une la costa noroccidental africana con el Archipiélago. Hoy, Salvamento Marítimo rescató a 35 migrantes magrebíes que viajaban a bordo de una patera que fue localizada a 2,7 kilómetros del sur de Maspalomas. Precisamente uno de los puntos que España y Marruecos acordaron en la reunión mantenida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey alauí, Mohamed VI, fue relanzar y reforzar la cooperación en el ámbito de la migración.

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