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La lava, libre de azufre, es apta para su reutilización en la reconstrucción

El Instituto de Micro y Nanotecnología del CSIC identifica por primera vez los elementos químicos de las rocas volcánicas

Ingenieros y constructores tratan de retirar la lava del cruce de Tacande a principios de año. Andrés Gutiérrez Taberne

Las lavas que escupió el volcán –y cuyo volumen asciende a 159 millones de metros cúbicos– están libres de azufre, lo que supone que son aptas para su reutilización en la reconstrucción de La Palma. Estas rocas que un día fueron incandescentes no necesitan tratarse para utilizarse y, además, su composición muestra su potencial en distintos aprovechamientos.

Por primera vez se ha identificado la composición química concreta de la lava que emanó durante 85 días del volcán de Cumbre Vieja. Un misterio que hasta ahora estaba sin resolver. El 42% de su composición es oxígeno, «fruto de la oxidación del magma cuando sale a la superficie», como explica José Luis Costa, físico experimental del Instituto de Micro y Nanotecnología (IMN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 

Pero la mayor parte de la composición de estas rocas volcánicas son metales. El más abundante es el silicio que se halla hasta en un 16% de las rocas volcánicas. No es una sorpresa, pues este elemento es el «más frecuente en el manto terrestre». La lava también contiene hierro en un 9%, y carbono, calcio y aluminio en un 7%, respectivamente. Menos abundante es el sodio (5%), el magnesio (3%), el titanio (2%) y el potasio (1%). Sin embargo, su escasez no los hace menos valiosos. 

Una de las rocas volcánicas vista al microscopio electrónico del Instituto de Micro y Nanotecnología del CSIC El Día

Este trabajo surgió como «una colaboración espontánea», a consecuencia de los trabajos de robótica submarina en los que participa Costa. Los investigadores pudieron analizar las rocas mediante técnicas de microscopía electrónica (Scanning Electron Microscopy) y difracción de rayos X (X Ray Diffraction). Con estos datos tan precisos, no solo se da, por primera vez, una información detallada sobre la composición de la lava, sino que, gracias a ella, se puede determinar los posibles usos de este material. «Hasta ahora solo se sabía que la lava contenía óxido de silicio, pero no teníamos un porcentaje tan preciso como el que hemos podido proporcionar», remarca el físico. «Los canarios ya saben que estos materiales tienen propiedades idóneas para la construcción o para la agricultura, pero ahora lo sabemos con datos concretos», destaca. 

El potente microscopio del IMN analizar la roca a escala nano, hallando pequeños cristales

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El Cabildo Insular ya está colaborando con otros centros del CSIC como el Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto de Geociencias y el Instituto Español de Oceanografía, así cómo la ONG Geólogos del Mundo, trabajando en los diferentes usos de la lava volcánica. «Me parecía importante empezar con una caracterización físico química usando las tecnologías del instituto como primer paso a un posible reaprovechamiento», concreta.

El IMN cuenta con uno de los microscopios electrónicos más potentes de Europa, utilizado habitualmente para el análisis de óxidos, metales y polímeros en escalas micro y nanométricas. «Solemos trabajar a escalas de pocos átomos», reseña el investigador que insiste en que, por esta razón, el análisis de esta roca volcánica fue una novedad en el laboratorio. «Nunca habíamos visto una roca con tanta resolución», resalta el investigador.

Las rocas están compuestas en un 42% por oxígeno y una mezcla de distintos metales

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El grupo de investigación ha desnudado totalmente la roca volcánica hasta el punto de poder visualizar los pequeños cristales que contiene. Además, no ha tenido que hacer ningún tratamiento adicional a la roca para poder verla tan de cerca. «Este microscopio es tan avanzado que, pese a ser la muestra aislante, no precisa de ningún tratamiento adicional pudiendo obtener información morfológica a escala micro y nanométrica sin el recubrimiento de oro que hasta ahora se necesitaba depositar en muestras aislantes en microscopios convencionales explica Raquel Álvaro, técnica del SEM del IMN. «Jamás se habían visto esos nanocristales que son las que hacen que las cenizas tengan propiedades abrasivas», incide. 

Los nanocristales se aprovechan, usualmente, para aplicaciones médicas o terapias con nanopartículas. Por su parte, el silicio es un elemento muy preciado en la industria tecnológica y el titanio se utiliza para implantes médicos. Su explotación, sin embargo, «no es rentable», puesto que la mayoría de plantas de chips semiconductores ya están diseñadas para funcionar con un tipo de material y no incluye las rocas volcánicas. «Pero extraerlo, en todo caso, sería posible», explica Costa. 

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