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Canarias

La cooperativa más añeja, que es Premio Canarias

Agrícola del Norte recibe la Medalla de Oro de Canarias en su centenario

Antonio González Viéitez (izq.) y Ricardo Díaz, ayer, en la empaquetadora de plátanos de Bañaderos, en Arucas. José Carlos Guerra Mansito

«¿Para qué producir si no disponemos de mercados donde colocar la fruta, o bien, si el único exportador nos lo paga al precio que le da la gana?». La Cooperativa Agrícola del Norte nació en 1922, después de que su promotor, José Samsó Henríquez, se hiciera esta pregunta. Un siglo después, este mismo argumento sigue vigente para sus cooperativistas, que trabajan en un plan de transformación para diversificar su producción platanera con otras frutas, aprovechando las tierras desocupadas, al mismo tiempo que luchan contra la concentración del sector en pocas manos y la competencia de la banana de las multinacionales americanas. 

El denominado Sindicato Amarillo, por su color identificativo y su gestión, agrupa a 259 agricultores, y da empleo a casi un centenar de trabajadores en sus distintas áreas, buena parte de ellos jóvenes. Es la cooperativa platanera más antigua de Gran Canaria y la mayor de Arucas, y comercializa sus productos bajo la marca Lairaga. La previsión es que ese año ponga en el mercado unos 11 millones de kilos de plátanos, a lo que se sumarán otros 2,5 millones de otras frutas y hortalizas

Hace 19 años se convirtió, además, en Organización de Productores de Frutas y Hortalizas, diversificando así su oferta platanera.

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El 80% de la producción se exporta a la Península y el resto se queda en el mercado local. Reúne en conjunto unas 325 hectáreas cultivadas de plátano, por toda la geografía grancanaria.

La Cooperativa, presidida por Ricardo Díaz, recibirá en 30 de mayo, Día de Canarias, la Medalla de Oro de Canarias. Antes ha sido premiada por el Cabildo con el Roque Nublo de Gran Canaria, en su categoría Económico; y con la Medalla de Oro de Arucas 2022.

El más veterano

Antonio González Viéitez es el cooperativista más veterano de Agrícola del Norte, además de ser consejero dentro de la directiva. Lleva 53 años, más de la mitad de la sociedad, ya que se hizo cargo del negocio familiar con casi 28 años.

El economista defiende que los ideales que llevaron a Samsó a poner en marcha el Sindicato Amarillo hace un siglo siguen vigentes. Es decir, «es indispensable la unidad ante los grandes productores y exportadores». 

«El 6% controla el 52% de toda la producción platanera, y eso es un peligro en Europa, avisa el socio más antiguo

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Y para ello echa mano de cifras actuales: más de la mitad del mercado lo copa la banana. Y, sobre todo, en los últimos años se ha dado un proceso de concentración, donde el 6% de los productores controla en estos momentos el 52% de la producción platanera. «Esto es un grave riesgo para Canarias», a su juicio, porque puede llevar a la Unión Europea a replantearse las actuales ayudas, ya que con esta perspectiva dista mucho de poder defenderse como antaño que esta fruta mantenga a miles de cosecheros. 

«A medida que se concentra, la justificación de la ayuda se convierte en peligrosa, porque es más difícil justificarla», aclara.

Antonio González insta a incentivar el relevo generacional y a cambiar imagen en la sociedad de que el campo es una actividad económica inferior a otras. Defiende el modelo de gestión mancomunada. «Las cooperativas tienen mucho futuro, y por eso hemos aguantado un siglo». Entre otras razonas, añade, porque da cabida a los jóvenes que empiezan, primando los ideales de participación, transparencia y democracia interna. 

Antonio González Viéitez defiende que el ideario que llevó a su fundación en 1922 por Samsó sigue vigente

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Reconoce que en ocasiones las cooperativas han tenido mala fama. «Una vez estaba defendiendo en Tenteniguada este modelo, y un viejo con cachimba me dijo: ‘Ustedes no saben nada. Son 12 toletes y un tío listo’. Por eso nosotros aspiramos a ser genuinos, para borrar esa idea negativa», añade. 

González Viéitez pone como ejemplo de participación interna el cambio que hicieron hace unos años para cambiar de organización de productores. Lo concretaron conjuntamente en asambleas después de sopesarlo, con el voto casi unánime de sus integrantes. Es lo que llama el «armazón social» con el que se rigen. 

El cooperativista más veterano de Agrícola del Norte señala que el siguiente paso en la sociedad es trabajar con vistas a abastecer al consumo local, donde encuentra un gran nicho de mercado. Para ello apunta que apenas el 13% del consumo interno es producción del país, pese a que hay mucha tierra vacía y riesgo de despoblamiento. De ahí el proyecto que tienen en marcha para cultivar productos subtropicales en tierras abandonadas, como sustituto a las importaciones, y trabajando con los cultivos ecológicos. Esto no quiere decir que vaya en detrimento de sus cultivos plataneros, ya que «hay suficientes tierras vacías». Para ello considera determinante la planificación e ir de la mano de las cadenas de supermercados. En este sentido, echa en falta una mayor implicación de la Administración, lo que redundaría también en frenar el paro juvenil, y mantener el patrimonio rural y la biodiversidad. Así como la formación, porque «el hombre del campo trabaja ya de forma muy distinta a hace décadas», porque se requiere controlar factores como la nutrición vegetal, la composición del suelo, el pH, etc. Y para ello se exige ir de la mano de técnicos cualificados.

"Asprocan no controla la oferta y a la banana"

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Antonio González Viéitez es contundente al afirmar que el sector requiere ayudas públicas. «En la Unión Europea no hay un solo cultivo sin subvenciones, aunque se discuta el término, porque cumple con otras funciones, como es el mantenimiento del territorio, combate el cambio climático y beneficia al conjunto de la población. Y por eso lo lógico es que haya compensaciones para quien favorece el bienestar general».

La Cooperativa continúa ahora en un proceso de transformación, que se inició hace unos 15 años, con la entrada a la comercialización de otras frutas, como el aguacate, papayas, mangos, cítricos, y la papa para el mercado local, «que fue la apuesta más grande en mucho tiempo».

Supracooperativas y las 'picas'

González Viéitez se muestra partidario del modelo de cooperativismo, pero que requeriría también supracooperativas para lograr un modelo de escala económico que compita con las grandes empresas y las multinacionales, que le están comiendo el terreno. Sobre todo porque la banana se lleva ya más del 50% del mercado nacional. Es ahí donde hace una crítica a la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), ya que considera que no está combatiendo a las multinacionales y las bananas. A esto se suma que se haya desentendido de estudiar la oferta y fijar unas categorías de fruta homogénea, lo que está ocasionando que vuelvan las ‘picas’. Esto es, una saturación que redunda en el precio y que obliga a que la fruta se arroje a la basura.

Agrícola del Norte ya promovió fusiones a lo largo de su historia. En los años 20 apoyó la Mancomunidad de los sindicatos agrícolas del norte y del sur de Gran Canaria. Y en los 70 logró la fusión con la Cooperativa Unión de Agricultores de Arucas, La Aldea y Las Palmas de Gran Canaria. Además, participó en la creación del Grupo de Cooperativas Plataneras del archipiélago, del que se salió.

De ahí que defienda que el modelo que animó hace un siglo a fundar Agrícola del Norte siga vigente un siglo después.

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