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La guerra encarece la ayuda del PMA para África con el hambre al alza

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU en el Puerto de La Luz incrementa su gasto por el grano bloqueado en Ucrania y la subida del coste de la energía

Nave del Programa Mundial de Alimentos en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria. WFP LAS PALMAS

La guerra de Ucrania golpea a los más vulnerables dentro y fuera de sus fronteras. El desabastecimiento, encarecimiento y las dificultades para exportar materias primas básicas como el trigo, el millo o el aceite de girasol, cuya principal procedencia es el país ucraniano, en cuyos puertos permanecen retenidas miles de toneladas, reverbera en la población de los territorios más empobrecidos del planeta, que también notan en sus frágiles bolsillos el alza de los precios de los alimentos que ya de por sí les resultaba muy complicado adquirir. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, que cuenta con uno de sus almacenes internacionales de distribución en el Puerto de La Luz, también está afectado por estas circunstancias.

El programa se ha visto obligado a destinar más recursos económicos a la compra de comida para tratar de paliar el incremento de la hambruna en los países a los que presta ayuda, recrudecida también por las graves sequías que atraviesa el continente africano. El gasto del PMA se ha incrementado en 67,3 millones de euros mensuales en comparación con los datos previos a la pandemia de la covid-19. El director del PMA, David Beasley, apuntó esta semana que la invasión rusa de Ucrania podría conducir a la peor crisis alimentaria global desde la Segunda Guerra Mundial. Beasley ilustró con cifras el deterioro que ha experimentado la crisis alimentaria en los últimos años: se ha pasado de 80 millones de personas en riesgo de pasar hambre a 276 millones durante la pandemia y, ahora, a unos 320 millones por el conflicto ucraniano.

El incremento de los precios se ha percibido en el PMA de varias maneras. Al alza del coste de los alimentos se suma que se han visto obligados a hacer las compras en puntos más alejados de los países de destino y, por tanto, se ven afectados también por el coste del transporte, que a su vez ha aumentado por los picos en los precios de la energía a causa de la guerra. «La razón principal por la que adquirimos grandes cantidades de alimentos en Ucrania y en la región del Mar Negro es porque están más cerca de muchas de nuestras principales operaciones», explicó el director de la División de Operaciones de la Cadena de Suministro del PMA, Alex Marianelli. Ahora el coste de los envíos es más alto y el plazo de entrega es más largo. «Tenemos que planificar las entregas con más antelación para evitar posibles interrupciones», subrayó Marianelli.

Marianelli apunta que deben planificar las entregas con más antelación garantizar los suministros

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Gracias a la previsión de los equipos del PMA, la nave de Gran Canaria no ha sufrido desabastecimiento y no ha habido impacto en sus distribuciones en África Occidental. «Siempre se planifica con antelación para que nuestras operaciones tengan acceso a lo que necesitan. Lo que compramos hoy se consumirá en los próximos meses», prosiguió el director de la División de Operaciones de la Cadena de Suministro del PMA, Alex Marianelli.

Según el Consejo Internacional de Cereales, el precio del trigo se ha elevado un 85% desde mediados de 2020 y un 12 % desde el 20 de febrero, fecha en la que comenzó el conflicto bélico en el este de Europa. Para Marianelli, la situación empieza a parecerse a la que se registró entre 2008 y 2011. «Si sumas el aumento de los precios del combustible, el impacto en las exportaciones de fertilizantes y las cosechas futuras afectadas, la incertidumbre en los mercados de alimentos será devastadora para el acceso asequible a la comida», auguró.

El hambre aguda en los países del África Occidental y del Sahel está en su pico más alto de la última década. Un escollo que se agrava porque estas regiones también están tratando de recuperarse de los efectos de la crisis sanitaria y pasan por su peor año agrícola desde 2011. «Estos factores solo empujarán a más personas a morir de hambre y forzarán a aquellos que antes podían alimentarse, a vivir con la incertidumbre de no saber si podrán tener su próxima comida», lamentó Marianelli. Por esto, el PMA trabaja para evaluar todos los factores que contribuyen al hambre en la región y ajustar su programación para dar respuesta a este grave problema. Además, mantiene una estrecha colaboración con los gobiernos locales a fin de brindarles el apoyo técnico necesario para mejorar las condiciones de vida de la población.

La falta de comida en África Occidental y el Sahel está en su pico más alto de la última década

El PMA tiene 60 años de experiencia que le han valido para testar su capacidad de reacción ante crisis humanitarias como la de Ucrania. Con el alza de los precios, el programa se ha esforzado en potenciar su amplia cadena de productores locales que garantizan la accesibilidad a los alimentos y mantienen activos los comercios locales. A la vez que brinda asistencia en efectivo para que la población compre lo que necesita y estimule la economía local.

El acceso a la comida es uno de los principales problemas en los lugares donde permanecen conflictos bélicos activos. Pero en el caso de Ucrania el problema es doble porque supone dificultades tanto para llevar alimentos como para extraerlos. «La guerra en un país que produce alimentos suficientes para alimentar a 400 millones de personas se puede convertir en una situación devastadora para el hambre en el mundo», concluyó Marianelli, quien mostró su preocupación tanto por los alimentos bloqueados en los puertos como por las futuras cosechas que no se podrán cultivar hasta la recuperación del país y de los terrenos agrícolas.

El PMA almacena y envía desde su base en Gran Canaria a África productos como aceite, arroz, millo, granos o alimentos especializados para el tratamiento de la desnutrición. A lo largo de la década que lleva trabajando en el Puerto de La Luz, ha enviado más de 300.000 toneladas de comida a los países de África Occidental. Además, en marzo envió 4.050 mantas a Ucrania, que eran propiedad de la Comisión Europea de Ayuda Humanitaria y estaban almacenadas en la capital grancanaria.

Programas atendidos

Argelia

Saharauis

  • El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas proporciona asistencia alimentaria a refugiados saharauis vulnerables en Argelia. En 2021, envió desde Gran Canaria 760 toneladas de comida al país norafricano.

Mauritania

Refugiados

  • El año pasado, 3.847 toneladas de alimentos salieron desde la nave del PMA en el Puerto de La Luz hacia Mauritania. El programa presta asistencia a poblaciones refugiadas de este país, incluyendo tratamiento de la malnutrición y suplementos nutricionales para niños y mujeres embarazadas y lactantes; asistencia alimentaria a hogares vulnerables; comidas para escolares y actividades de creación y reconstrucción de activos.

Benin

Niños

  • El PMA envió 2.398 toneladas de comida a Benin, para alimentación nutritiva para niños y niñas en edad escolar.

Sierra Leona

Agricultores

  • El PMA brinda asistencia alimentaria a pequeños agricultores y cooperativas para la creación de activos comunitarios, mejorar sus medios de vida y fortalecer la resiliencia de Sierra Leona, a donde envió 1.636 toneladas de alimentos.

Guinea-Bissau

Crecimiento

  • Guinea-Bissau recibió 1.062 toneladas de comida desde el PMA de Gran Canaria en 2021, para el apoyo a la implementación de la política nacional de nutrición y el protocolo para la prevención integrada del retraso en el crecimiento.


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