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Novena ‘isla’, escaparate en Madrid

La delegada del Gobierno regional en la capital, Lola Padrón, redefine las funciones de la ‘embajada’ canaria y reclama una nueva sede con más espacio y personal

Una de las exposiciones que ha albergado la Delegación del Gobierno de Canarias en Madrid, Lola Padrón en el centro. | | LP/DLP

Las oficinas institucionales de las comunidades autónomas en Madrid se gestaron con la intención de buscar un punto de conexión in situ para defender los intereses de cada región en el núcleo del poder político y económico del país. Eran meros centros de representación del gobierno de turno de cada comunidad autónoma para defender y gestionar ante la instituciones estatales esos intereses, y dar cobertura a las visitas que los presidentes autonómicos hacían a Madrid, pero también buscaban acercar y explicar a las grandes empresas y sectores económicos, donde se tomaban las grandes decisiones sobre inversiones y expansión territorial de las compañías, las ventajas de cada uno de los respectivos territorios.

Canarias entendió desde el primer momento la necesidad de esa herramienta, en su caso más que cualquier otra comunidad autónoma por su lejanía geográfica de la capital. Y fruto de ese empeño creo en 1994 su propia ‘embajada’ que fue denominada oficialmente Oficina de Relaciones Institucionales de Canarias en Madrid. Como en el caso de la mayoría del resto de comunidades, esa oficina es ahora muy distinta a la que el entonces presidente Manuel Hermoso inauguró a principios de 1995, con funciones, objetivos, dinámicas de trabajo, y proyección hacia el exterior que nada tienen que ver con aquella sede de mero apoyo técnico al Gobierno regional y a los parlamentarios canarios en Madrid.

De hecho, desde el 2012 el centro ha pasado a denominarse Delegación del Gobierno de Canarias en Madrid, asumiendo desde entonces la persona que se pone al frente el cargo de delegado o delegada. Es el caso de la actual dirigente del organismo, la socialista tinerfeña Lola Padrón, nombrada en octubre de 2019, quien además está llevando a cabo una auténtica transformación de todo el trabajo de la Delegación para tratar de crear un «centro integrado de proyección, y a la vez de recepción, de todo aquello relacionado con los intereses de Canarias y de los canarios», cuya gestión pueda desarrollarse desde el también llamado ‘kilómetro cero’ de la política nacional.

«Hay que entender que Madrid es un punto estratégico porque por aquí pasa todo no solo a nivel económico y sociocultural. La oficina cumplió su objetivo, pero necesitamos un centro de unas características muy distintas», afirma la delegada canaria en la capital del Estado.

Padrón presentó al Gobierno regional, al poco de llegar al cargo, un proyecto de desarrollo de la Delegación que ella misma está empezando a poner en práctica pero que debería tener su colofón en la próxima legislatura. En todo caso, además de una inaplazable modernización de algunas de las instalaciones del centro, ubicado desde su inauguración en un local de 378 metros cuadrados en el número 8 de la calle Fernanflor, junto a uno de los laterales del Palacio del Congreso de los Diputados, la actual delegada trata de dar un vuelco a la dinámica de trabajo y al propio concepto de las funciones y objetivos del centro, tratando de instituir una «acción transversal» abierta al exterior en la que se integren múltiples sectores canarios que tengan algo que mostrar o gestionar en Madrid.

«La oficina fue útil durante un tiempo, cumplió sus funciones y lo hizo bien, pero estamos en otra pantalla del tipo de prestación que debe ofrecer. Hay que hacer llegar hasta todos los terminales de la economía y de la cultura con presencia en Madrid lo que es Canarias. El sector económico, social, empresarial, turístico, ecológico, cultural, y los canarios residentes en Madrid deben tener un recurso abierto para que puedan tener una referencia y una palanca suficiente para todos aquellos que quieran crecer al nivel que sea», resume Padrón esta nueva filosofía del espacio.

Todo este planteamiento no va en detrimento, obviamente, del carácter del centro como apoyo institucional al Gobierno de Canarias en las múltiples gestiones ante el Estado y otros organismos públicos y privados, además de la asistencia que precisen el presidente o los consejeros del Gobierno en sus visitas oficiales a la capital. «Tiene que ser un recurso útil para la sociedad y que sirva para conocer Canarias como realmente es, una comunidad autónoma junto a África, puente entre tres continentes y ganar centralidad en la capital», resalta Padrón.

«Queremos que la Delegación sea la novena isla canaria, un escaparate permanente de todo lo canario en Madrid», resume de forma gráfica. De momento, la delegada ha tratado de imprimir otro aire con la creación de un espacio de exposiciones abierta al público que ahora muestra una con material del Museo Canario, denominada Los Canarios. Descubre su historia, y ya ha albergado otras relacionadas con distintos aspectos de la cultura de las Islas o su entorno africano.

Otra sede más personal

El espejo en el que se quiere mirar la delegada lo representan las delegaciones en Madrid de comunidades como Cataluña, Galicia o Asturias, que disponen de centros multidisciplinares, con una gran proyección al exterior y con todos los sectores con intereses que defender en Madrid implicados y representados, tanto los económicos como los socioculturales.

Son centros con instalaciones mucho más grandes que las de que dispone la Delegación canaria y con mucho más personal. La sede gubernamental isleña la integran en este momento ocho funcionarios, además de la propia delegada como cargo de confianza dependiente del presidente del Gobierno, además de un representante de Proexca, el organismo de exportación del Gobierno de Canarias, que funciona autónomamente integrado en la oficina institucional. Su presupuesto actual es de 300.000 euros. «No podemos funcionar como Delegación con medios de oficina», advierte la delegada.

Para lograr los objetivos de la nueva etapa, Padrón plantea cambiar de sede por una más grande pero sin abandonar el centro urbano de la capital. Una operación posible sería vender la planta que el Gobierno compró en su día hace varios años para albergar durante un tiempo la Casa de Canarias en Madrid en la vecina calle de Jovellanos, y comprar o alquilar un inmueble alternativo que acogiera a ambos espacios, la propia Delegación del Gobierno y el actual centro sociocultural de los canarios residentes en Madrid.

También propone un cambio orgánico estudiando la posibilidad de gestionar la Delegación a través de fundaciones, organismos autónomos u otras figuras jurídicas que aporten flexibilidad en la gestión. Paralelamente se debería llevar a cabo una convocatoria de plazas para nuevos puestos con perfiles adecuados a las multifunciones que se pretenden afrontar.

Una de las facetas sobre las que el nuevo modelo pone más énfasis es la que tiene que ver con la proyección de los colectivos sociales y culturales de las Islas. Conscientes de que los mercados y centros de referencia en la industria musical, la editorial o la audiovisual tienen su centro neurálgico en la capital, la delegada busca hacer de trampolín para el lanzamiento hacia la Península de las empresas, grupos y colectivos del mundo de la cultura y las artes, así como de los artistas y creadores que quieran dar el salto fuera de las Islas.

Necesario consenso político

El formato de Delegación de la ‘embajada’ canaria en Madrid, además de su labor de apoyo institucional al Ejecutivo, va a estructurarse en dos áreas, una económica y otra sociocultural. La primera da cobertura a aspectos como el seguimiento y explicación del REF, la promoción exterior a través de Proexca o GRM, la entidad del Medio Rural en Canarias, o las cuestiones relacionadas con la transición ecológica, entre otras muchas. La segunda daría soporte a toda esa ingente actividad sociocultural de las Islas que necesita proyectarse al exterior. La Delegación precisará en un futuro de hasta tres espacios diferentes con los que construir un proyecto global que permita potenciar el conocimiento integral de la realidad canaria. Desde un punto de venta permanente de productos canarios elaborados, hasta un centro cultural estable muy dinámico, pasando por un punto fijo de información turística. Para llevar a cabo en toda su propuesta, la delegada reclama consenso político y que el plan se mantenga en la próxima legislatura independientemente del gobierno que se forme.

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