La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vecinos de Puerto Naos y La Bombilla se concentran: «Queremos volver»

Los residentes de los dos núcleos aislados se manifestaron ayer para demandar soluciones | Acceso, ventilación y suministro de agua, entre sus propuestas

Protesta de los vecinos de Puerto Naos y La Bombilla

Protesta de los vecinos de Puerto Naos y La Bombilla

Para ver este vídeo suscríbete a La Provincia - Diario de Las Palmas o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Protesta de los vecinos de Puerto Naos y La Bombilla N. N.

El calendario completó la órbita de la Tierra alrededor del Sol desde el 19 de septiembre de 2021 hasta hoy y los residentes de los núcleos llanenses de Puerto Naos y La Bombilla siguen en el mismo sitio: lejos de casa. En la mañana de ayer, alrededor de un centenar de vecinos y vecinas de estas dos localidades costeras del Valle de Aridane se concentró a la entrada de ese paraíso vaciado que es hoy Puerto Naos para exigir a las distintas administraciones públicas alternativas que posibiliten el regreso, aunque sea de forma intermitente, de las personas desalojadas a sus casas.

«Queremos volver, queremos luchar, queremos volver», clamaban los vecinos y vecinas bajo el sol, entre silbidos y aplausos. «Esta Navidad queremos comernos el turrón en nuestras casas». Incluso, una agrupación de vecinas enarbolaba sus escobas y cepillos de barrer para subrayar que «queremos limpiar nuestras casas de cenizas, ventilarlas y volver a vivir en ellas». «Ya llevamos un año malviviendo en hoteles y pisos compartidos», manifestó Olga Martín, vecina de Puerto Naos.

Desde el día que reventó el Tajogaite y hasta la fecha, Puerto Naos, uno de los principales núcleos turísticos de La Palma, permanece aislado y cerrado al público, al igual que su localidad vecina, La Bombilla, debido a la alta concentración de dióxido de carbono y gases tóxicos en determinadas zonas, donde los niveles de oxígeno descienden al 13%.

El pulso enérgico de este enclave playero de arena negra, fondos azules y atardeceres impresionistas ha quedado congelado en un paréntesis de un año, donde no irrumpió la lava pero sí quedó atrapado en la incertidumbre y la angustia más de un millar de vecinos desahuciados. La supuesta letalidad de las emanaciones solo posibilita accesos controlados y puntuales para recoger enseres, mientras las viviendas se agrietan y los negocios se arruinan. Por tanto, el motor de esta manifestación, que dos días antes fue prohibida por la Delegación del Gobierno en Canarias pero cuyos organizadores replantearon entonces como «concentración silenciosa», es abrir un diálogo que proponga «más soluciones y menos prohibiciones».

Así lo subrayó Rosana Simón, campeona mundial de Taekwondo y natural de Los Llanos de Aridane, que se erigió en portavoz de la protesta y leyó una versión resumida del manifiesto que remitirán a las distintas administraciones. «Los vecinos nos hemos reunido aquí para dar un mensaje bastante claro: tenemos muy claro que hay presencia de gases en esta zona, pero necesitamos más soluciones y menos prohibiciones, y sobre todo, pedimos más información para barajar posibles medidas que nos permitan volver pronto a nuestras casas».

La campeona de taekwondo Rosana Simón. | | E.D.

Cabe recordar que, mientras los vecinos y vecinas damnificadas se manifestaban en la costa oeste en vísperas de la efeméride de todo un año a la intemperie, la comunidad científica recibía un homenaje oficial por su labor durante el proceso eruptivo y posteruptivo de manos de Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias, en Santa Cruz de La Palma, vertiente opuesta de la Isla.

Entre los epígrafes que recoge el manifiesto se plantean medidas como localizar dónde están los puntos rojos y los puntos blancos de las emisiones para poder acceder a viviendas o comercios; limpiar fosas sépticas, pozos negros y plantas de tratamiento de aguas residuales, así como las cenizas acumuladas en desagües y alcantarillados; y que se suministre agua colectiva a toda la red para impedir que el continuo ascenso de los gases. Otra de las demandas de ambos núcleos es permitir entrar a los vecinos a ventilar propiedades para que se disperse el dióxido de carbono y resto de gases tóxicos existentes en viviendas y negocios.

«Si colaboramos entre todos y dejan de ponernos trabas, muy pronto podremos regresar a nuestros hogares y recuperar la normalidad de nuestras vidas», concluyó Simón, quien reside en Barcelona, pero no dudó en regresar a la isla bonita para apoyar a los suyos tras la erupción.

Compartir el artículo

stats