Golpe de los Fuentes al horizonte electoral del PSOE en Fuerteventura

Conmoción entre los socialistas de la isla: «Tenemos un nudo en el estómago»

El PSOE suspende al diputado Juan Bernardo Fuentes y al excargo canarioTaiseht Fuentes señalados en posible fraude

El PSOE suspende al diputado Juan Bernardo Fuentes y al excargo canarioTaiseht Fuentes señalados en posible fraude / Carlos de Saá

Conmoción en el PSOE de Fuerteventura: «Es un golpe muy duro, tenemos un nudo en el estómago». Los socialistas majoreros asisten incrédulos al caso de presunta corrupción que afecta directamente a dos dirigentes del partido que forman parte de una familia con fuerte raigambre en la isla, los Fuentes. Pero no solo se trata del golpe emocional que supone para los militantes y simpatizantes, sino también de la repercusión electoral que puede tener este caso para la formación en la isla a escasos tres meses de los comicios autonómicos, insulares y municipales del 28 de mayo.

Después de una legislatura políticamente convulsa en Fuerteventura tanto en el Cabildo como en la mayoría de los ayuntamientos de la isla en la que el partido ha perdido parte de su poder, los socialistas majoreros se las prometían felices una vez que su líder, Blas Acosta, ha quedado eximido de los dos asuntos judiciales que planeaban como una sombra sobre su futuro político. En pocos meses Acosta se ha librado de los casos La Pared y Gesturpa y desde su actual puesto de viceconsejero de Economía del Gobierno canario se apresta a reconquistar la Presidencia del Cabildo majorero, tras perderla al dimitir antes de que le censuraran sus rivales políticos a mitad de la legislatura. Las encuestas no le van mal al PSOE, que sigue teniendo una sólida base de votos y que pugna en la principal institución de la isla con Coalición Canaria.

Poco ha durado la alegría de la absolución de Acosta. El escándalo que se ha formado por las artimañas expuestas en la investigación policial alrededor de Juan Bernardo Fuentes y Taishet Fuentes es un golpe en la línea de flotación del PSOE de Fuerteventura ya que el primero, además de diputado nacional, controlaba la organización socialista en la capital de la isla, Puerto del Rosario, y el segundo era el cabeza de lista al Ayuntamiento de Antigua, del que ya había sido concejal. Los dos han sido suspendidos de militancia y despojados de sus cargos públicos y la preocupación ante lo que se avecina se ha extendido por el partido.

Blas Acosta tras perder la moción de censura

Blas Acosta tras perder la moción de censura / LP/DLP

Como en los viejos tiempos de la política navajera de Lanzarote, Fuerteventura ha vivido una legislatura de convulsiones y crisis prácticamente en todas sus instituciones y el PSOE ha sido protagonista esencial de este escenario. Tras las elecciones de 2019 los socialistas majoreros enhebraron alianzas con distintas fuerzas para desalojar a Coalición Canaria de varias instituciones, en las que ocupaban el poder hegemónico desde hacía décadas. Tras haber sido vicepresidente del Cabildo de Fuerteventura con los nacionalistas, Blas Acosta logró la Presidencia de la corporación insular tras una moción de censura al partido más votado en los comicios, CC. A la misma vez lograba la Alcaldía de Puerto del Rosario en un pacto múltiple y alcanzaba un acuerdo en Pájara para cogobernar con Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF). Con la victoria regional del PSOE y Ángel Víctor Torres, con Acosta como uno de sus principales valedores, el poder sonreía a los socialistas.

Pero lo que ha sucedido en estos últimos años en la política majorera recuerda a los peores tiempos de lo que acaecía en la isla vecina en décadas anteriores. Mociones de censura, cambios de pactos, expulsiones, traiciones y todo tipo de componendas que han dejado un paisaje en el que el PSOE de Fuerteventura se quedó sin el Cabildo y fue expulsado del pacto en el Ayuntamiento de Pájara, mientras que en Puerto del Rosario ha aguantado los envites lanzados por sus rivales políticos manteniendo un frágil equilibrio que permite al socialista Juan Jiménez seguir al frente de la Alcaldía de la capital majorera. 

Entre los restos del naufragio político de la isla el PSOE sigue contando con cuotas de poder en Tuineje, donde gobierna el PP tras romper con Coalición Canaria en ese municipio. En La Oliva, donde comparte áreas de gobierno en un pacto múltiple en el que gobierna la hija de Domingo González Arroyo, Pilar González. Y en Antigua, donde también comparte pacto entre otros con un partido ahora aliado a Nueva Canarias, Alternativa por Antigua, con Matías Peña al frente. En Betancuria la situación del PSOE es poco relevante ante el dominio político de Marcelino Cerdeña.

Escenario inédito

Así las cosas, la estrategia del PSOE majorero y su líder, Blas Acosta, ha sido la de aguantar las presiones de sus rivales, CC y PP, para desalojar a Sergio Lloret del Cabildo, institución que se encuentra en una situación inédita con solo dos personas en el grupo de gobierno. Los socialistas no han querido ceder hasta ahora para dar su plácet a un gobierno insular provisional hasta las elecciones y frenar la crisis que vive el Cabildo. El tacticismo consistía en culpar a nacionalistas y populares de la crisis por haber apoyado en su día a Lloret para desalojar al PSOE y así llegar a las elecciones con más fuerza, conscientes de que si PP y CC suman dejarán a los socialistas en la oposición.

Pero toda esta estrategia se puede venir abajo como un castillo de naipes en función de cómo evolucione la investigación del llamado caso Mediador. Lo que va saliendo a la luz pública de la trama de extorsión deja en muy mal lugar a Juan Bernardo Fuentes y a su sobrino Taishet Fuentes y, por extensión, la consiguiente bomba de racimo que planea sobre la organización socialista en la isla. Sin duda los rivales políticos del PSOE en Fuerteventura utilizarán este caso para herirlo políticamente, además de al Gobierno regional ya que ambos Fuentes fueron altos cargos del Ejecutivo en la Consejería de Agricultura.

La caída en desgracia de la familia Fuentes como consecuencia de este affaire puede debilitar la figura política de Blas Acosta, pese a lo cual sigue sin tener rival interno en el partido que le pueda disputar el liderazgo. A partir de ahora el PSOE tendrá que armarse para hacer frente a una tempestad que le puede salir cara.

Suscríbete para seguir leyendo