La trama de los Fuentes empaña el regreso de Carolina Darias a la política canaria

El ‘caso Mediador’ sacude las estrategias de Ferraz y Moncloa en las vísperas de la remodelación del Ejecutivo / La dimensión mediática en Madrid que está tomando el escándalo descoloca a los socialistas

Carolina Darias en un colegio de Las Palmas de Gran Canaria.

Carolina Darias en un colegio de Las Palmas de Gran Canaria. / Elvira Urquijo A. / Efe

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Desde hace más de una semana, no hay comparecencia pública de cualquier cargo de relevancia del PSOE o del Gobierno central en la que no tenga que decir algo sobre el último escándalo de presunta corrupción política que se ha destapado en Canarias. El llamado caso Mediador sobre la red de extorsión y chantaje a empresarios del sector ganadero en las Islas a cambio de facilitar su acceso a ayudas, entre otras supuestas ilegalidades, ha saltado con rapidez a la exposición mediática estatal por la implicación en ella del diputado nacional José Bernardo Fuentes, supuesto cabecilla de la trama, y ha salpicado la agenda de todos los dirigentes socialistas de primer nivel.

El hecho de que Fuentes fuera obligado a dejar de inmediato el acta de diputado y que se le abriera expediente de expulsión del partido no ha reducido el impacto que el escándalo está teniendo en la actualidad política estatal, ni la preocupación con la que se está observando tanto desde Moncloa como desde Ferraz, cuyas agendas mediáticas se han visto sacudidas desde entonces.

La trama de los Fuentes en la que están siendo investigados tanto el diputado majorero por Las Palmas como su sobrino Taishet, salta al escenario político regional y estatal en un contexto que para los socialistas no podía ser más dañino, en las vísperas de la campaña para las elecciones autonómica, locales e insulares del 28 de mayo, y en las semanas previas a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realice la remodelación de su gabinete, probablemente a mediados de marzo, para llevar a cabo las sustituciones de las ministras de Sanidad, Carolina Darias, y de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, para que asuman por completo su papel de candidatas respectivas a las ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Madrid.

A fecha de hoy, Darias es precisamente una de las personas de peso político en el PSOE y en el Gobierno que todavía no se ha pronunciado sobre el caso que investiga el juzgado número 4 de Santa Cruz de Tenerife, pero ella es consciente de que tendrá que hacerlo de inmediato y de que su respuesta debe ser contundente, mucho más de lo que ha sido en algunos casos por parte de dirigentes socialistas.

Tratándose en su caso de la candidata a una de las instituciones más importantes en juego el 28-M y por su condición de ministra canaria, sabe que sus primeras palabras al respecto van a estar sujetas a máxima observación y valoración. Este contexto no es precisamente el que ella esperaba para su regreso a la política canaria, porque la trama en la que se investiga a sus excompañeros de partido José Bernardo y Taishet Fuentes va a dominar buena parte del debate político en las Islas en las semanas previas a la campaña electoral y, en función de la evolución de la investigación, en la propia campaña, con posibles efectos en los resultados electorales.

Serio contratiempo

De esta forma, lo que desde el entorno de Darias, y desde dentro de la parte socialista del Ejecutivo central, se había estado trabajando para que su salida del Ministerio fuera con viento a favor, queda diluido ante un escándalo que supone un serio contratiempo, trastocando de forma notable el contexto en el que ella pretendía aterrizar en la capital grancanaria para defender su candidatura y mantener para los socialistas el principal municipio del Archipiélago.

Es una circunstancia que a ella la incomoda especialmente porque es sabida su resistencia inicial a asumir dicha candidatura y a tener que dejar el Ministerio, pero a la que accedió finalmente por petición expresa de Sánchez.

Si su paso por Sanidad y el balance de su gestión al frente del Ministerio podría considerarse un aval personal más que aceptable para defender la candidatura, algunos elementos externos de la campaña no le van a ser precisamente favorables y menos que ninguno un episodio que está haciendo mucho daño al PSOE, no solo por la presunta corrupción que el caso Mediador está destapando, sino también por los detalles de algunas de las actividades de algunos de los implicados, entre ellos el entonces diputado Fuentes, en Madrid, como son la utilización del Congreso para favorecer las operaciones de la trama, o las fiestas posteriores en hoteles prostíbulos, quizá el aspecto más escabroso, sórdido y de reproche social de este caso.

Es esta dimensión del escándalo, documentada con fotos en distintos medios de comunicación en la última semana, la que está haciendo que muchos socialistas se estén reconociendo «avergonzados» por las actividades del ya exdiputado apodado Tito Berni por sus socios en la trama. Lo cierto es que a medida que se van conociendo aspectos de la investigación aumenta esa preocupación entre los socialistas.

Potencialidad expansiva

Si desde el principio la dirección federal ya alertó de la potencialidad expansiva del caso y se inquietó por el alcance real y las posibles derivadas de la trama, la difusión de determinados aspectos del sumario no ha hecho más que confirmar ese temor.

No solo por las actividades presuntamente ilegales de uno de los principales implicados, el general retirado de la Guardia Civil, Francisco Javier Espinosa, único de los doce llamados a declarar para el que se he decretado prisión, sino por la deriva institucional que puede tomar el asunto al conocerse que la trama tiene firmados contratos de adjudicación con los ministerio de Defensa y de Interior, además de con otras entidades públicas como una fundación que preside la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño.

Unos contratos sobre cuya investigación por parte de la jueza instructora no tiene conocimiento ninguno el Gobierno central, según la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Más allá de los pormenores judiciales del caso, en el ámbito político al caso Mediador ha zarandeado al PSOE y a toda la vertiente socialista del Gobierno central, que reconocen el daño reputacional que puede provocar en el peor momento posible. Y dan por hecho que la oposición, en particular el PP, va a utilizarlo en el debate parlamentario y en la estrategia de acoso a Sánchez, como de hecho ya se vio en la sesión de control del pasado miércoles con sendas referencia del diputado canario Guillermo Mariscal y Macarena Montesinos, mientras que se suceden las peticiones de comparecencias de ministros y ministras para que expliquen la naturaleza de esos contratos de la trama con la administración.

Los dirigentes del PSOE que se pronuncian tratan de enfatizar el sentimiento de cabreo, irritación y vergüenza como han hecho en días pasados el portavoz en el Congreso, Patxi López, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, o el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que en el caso de los socialistas canarios se convierte también en «decepción y desolación», según expresaron varios diputados y senadores al día siguiente de conocer los hechos.

El presidente de Canarias y líder del PSOE en las Islas, Ángel Víctor Torres, se vio obligado el viernes a ser más contundente tras una primera reacción bastante tibia. Tanto él como Carolina Darias saben que sus respectivas campañas a partir de ahora, y no se sabe aún por cuanto tiempo, van a ser rehenes del caso Mediador aunque no les afecte directamente.

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