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Rebeca Rodríguez Francés Patrona de la 'Salvamar Tenerife'

«La operación más sensible para mí es buscar desaparecidos en el mar»

«Esta distinción se la dedico a mi madre, a mi familia y a mis compañeros de trabajo»

Rebeca Rodríguez Francés, patrona de la ‘Salvamar Tenerife’. La Provincia

Mujer, nacida en Fuerteventura y la primera fémina en acceder al puesto de patrona de una embarcación tipo Salvamar en toda España. Lleva casi 18 años en Salvamento Marítimo y ha vivido en primera persona el rescate en el Atlántico de muchos migrantes que pretenden llegar a Europa en barcas precarias. En el mar se encuentra su lugar de trabajo y también su «patio de juegos» para pescar o hacer surf. 

¿Cómo valora la concesión de esta Medalla de Oro de Canarias?

Me siento muy honrada por este reconocimiento, al igual que bastante abrumada. A cualquier trabajador que realice su trabajo sin buscar ningún tipo de reconocimiento le dicen que es Medalla de Oro del Gobierno de Canarias por desempeñar su labor y le resultará sorprendente. Lo primero que piensas en esos primeros momentos es: ¿Qué? No puede ser. ¿Seguro?

¿Quién la llamó para comunicárselo?

Un vecino del pueblo que está bastante implicado en los asuntos de carácter social. Me llamó y me dijo, cuarenta minutos antes de que saliera la nota de prensa oficial: estás siendo valorada para este honor, por tu trayectoria profesional, por ser mujer y, además, majorera. Algo que, repito, me sorprendió muchísimo.

¿Puede explicar algo más el motivo por el que le otorgan tal distinción?

Por mis años de profesión en el sector, por haber sido la primera mujer en España en llegar a ser patrón de una embarcación tipo Salvamar de Salvamento Marítimo y, además, majorera.

Si tuviera que agradecer y dedicarle este reconocimiento a alguien, ¿a quién mencionaría?

Tengo claro que a mi madre, Mari Francés, y a mi familia. Como isleños, tenemos fuertes vínculos familiares y ellos siempre han sido mi mayor apoyo. Y, seguidamente, a todos los compañeros con los que he tenido la suerte de trabajar en todas las embarcaciones en las que he navegado.

¿Qué le han aportado a nivel humano sus años de trabajo en el rescate de personas en el mar?

Los trabajadores del mar somos gente muy recia, a veces demasiado, ya que nuestra labor se desempeña en condiciones extremas. Por eso creo que el rescate migrantes y otros náufragos me ha aportado mucha moderación.

Desde su punto de vista, ¿los viajes desde la costa africana de los migrantes que llegan en situación irregular por vía marítima son cada vez más inseguros por las embarcaciones y los medios empleados?

El flujo migratorio, antes, ahora y siempre, será inseguro e incierto. Es mucho océano al que se encuentran expuestos en cada viaje. Salvamento Marítimo cuenta a día de hoy con más medios marítimos, aéreos y tecnológicos para la intervención, además de grandes profesionales, tanto en los centros de control como a nivel operativo. Desde nuestra base central en Madrid se apuesta por la excelencia a la hora del salvar vidas en el mar.

Ha llegado a estar 23 o 26 horas navegando de forma continuada durante los peores momentos de la llegada masiva de migrantes al Archipiélago. ¿Qué es más importante cuando se está en esas circunstancias: la vocación y las ganas, la preparación técnica o la resistencia física?

Supongo que se suman todas las fuerzas descritas por tu parte. Cuando recibes la orden de salida a la mar intentas ir compartimentando la emergencia, para que el desarrollo de la misma se lleve a cabo con las máximas garantías de seguridad.

¿Se acuerda de alguna operación especialmente compleja en todo este tiempo?

Son innumerables las operaciones que realiza Salvamento Marítimo a lo largo del año. Y no cabe duda de que las más complejas siempre serán aquellas en las que hay vidas humanas en peligro. No obstante, para mí existe un tipo de operación que resulta muy sensible: los desaparecidos en el mar, ya que tienen una gran carga emocional muy fuerte detrás. Aunque pongas todo tu empeño y seamos muchos los profesionales implicados en la búsqueda, así como medios materiales para la localización, a veces no se consigue el resultado deseado para los familiares que se encuentran en tierra esperando y manteniendo la esperanza...

¿En algún momento ha llegado a arrepentirse de haber elegido esta profesión, en la que, muchísimas veces, salva vidas, pero, en ocasiones, pone en riesgo la suya?

Ha habido momentos duros, buenos y excelentes. Sin embargo, no me he arrepentido nunca de desempeñar esta labor. No ha sido fácil, pero intento que a la hora de afrontar una emergencia siempre se haga con las máximas garantías de seguridad, tanto para mis compañeros de abordo como para la embarcación. Estamos muy comprometidos con nuestro cometido.

¿Considera que en Canarias no hay demasiado interés de los jóvenes por las profesiones relacionadas con el trabajo en el mar?

Creo que existen muchos jóvenes con esta inquietud, pero, desgraciadamente, no resulta fácil. Por ejemplo, tienen que desplazarse a las islas capitalinas a estudiar o a Lanzarote, como fue mi caso, porque en ese momento el centro conejero era el que contaba con residencia para alojarme. Si no, no podría haberlo hecho.

¿Todavía sigue practicando surf y disfrutando del océano en sus ratos libres?

Sí. Cada vez que existen buenas condiciones de surf, me voy al agua, o pesco, por ejemplo. Mi verdadero disfute del mar está en esos ratos. Para muchos canarios, ese es nuestro parque de juegos, siempre que la mar deje, claro está.

¿Tiene algún reto personal por alcanzar en el ámbito profesional, en sus aficiones o a nivel personal?

Bueno, creo que todas las personas debemos estar constantemente en movimiento, acumulando expectativas y tranquilos. Con esa mentalidad, estaré agradecida con lo que me depare el futuro.

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