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Así es el mirador más exclusivo de Canarias: una ermita solitaria y un cielo lleno de estrellas

Un creador de contenidos comparte un rincón escondido con vistas de otro planeta, solo accesible a pie y con recompensa estelar en La Gomera

Arure, en La Gomera

Arure, en La Gomera / Página web: lagomera.travel

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

Hay paisajes que no se explican, se sienten. Y a veces, para llegar a ellos, hay que salirse del camino. Eso es justo lo que propone el creador de contenido @guaripetacamper, que ha compartido en su perfil de TikTok un rincón poco conocido donde las vistas parecen sacadas de otro mundo.

“Las vistas en Canarias son otro nivel”, asegura mientras graba un desfiladero que se pierde entre palmerales, acantilados volcánicos y un mar azul profundo. Lo que pocos imaginan es que este lugar está en La Gomera y no, no en Gran Canaria, como muchos creen al ver las imágenes.

Un mirador escondido entre barrancos

Se llama Mirador del Santo, y aunque el nombre suene discreto, lo que ofrece no lo es. Ubicado en la parte occidental de La Gomera, cerca del pueblo de Arure, el mirador debe su nombre a la Ermita del Santo, una pequeña capilla situada en su medianía.

Valle de Taguluche, en La Gomera

Valle de Taguluche, en La Gomera / Página web: lagomera.travel

Desde este punto, se contempla el espectacular valle de Taguluche, un profundo barranco rodeado de laderas abruptas, salpicadas de palmerales que contrastan con las rocas volcánicas y el cielo abierto.

¿Cómo llegar a este lugar?

Según la guía turística ilagomera.net, para llegar hay que tomar la carretera GM-1, que conecta San Sebastián con Valle Gran Rey. Una vez en Arure, hay que recorrer a pie un pequeño tramo de 150 metros hasta alcanzar el mirador. No hay aparcamiento habilitado, pero eso forma parte de su encanto: es un lugar tranquilo, accesible solo a pie y alejado del bullicio turístico.

La caminata, aunque breve, permite disfrutar del entorno con calma y llega a su recompensa máxima al llegar al mirador, ya que ofrece una panorámica sin interrupciones y el sonido del viento como único acompañante.

Un ventana al universo

Pero no todo queda ahí. En las noches despejadas y sin luna, el Mirador del Santo se convierte en un punto perfecto para observar la Vía Láctea. La falta de contaminación lumínica permite ver con claridad la franja estelar que atraviesa el cielo, un espectáculo natural que suma puntos a este enclave ya de por sí impresionante.

Entre su acceso exclusivo, su riqueza natural y sus vistas nocturnas, el Mirador del Santo no solo es uno de los más bonitos de Canarias, sino también uno de los más mágicos. Porque a veces, lo mejor está donde menos se espera y hay que caminar un poco para verlo.

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