Ni horarios ni vecinos: esta isla de Canarias solo tiene un habitante y las aguas más azules del mundo
Un pequeño paraíso protegido en el azul del Atlántico donde la desconexión es real y solo 700 personas pueden visitarlo al día

Hola Islas Canarias
¿Cuántas veces hemos soñado con dejarlo todo atrás y escapar a una isla desierta donde nadie nos moleste? Sin horarios, sin prisas, sin el ruido constante de la ciudad. Un lugar donde el único sonido sea el del mar y la brisa moviendo la arena.
A solo dos kilómetros de Fuerteventura, entre el azul profundo del Atlántico, emerge el islote de Lobos: un refugio sin coches, sin edificios y con un solo habitante. Un lugar donde la desconexión no es una promesa vacía, sino una forma de vida.
Ecosistema entre dunas, mar y silencio
La revista Viajar lo describe como “un lugar en el que encontrarás las aguas más azules del mundo”, y no es para menos. Este islote de origen volcánico recibe su nombre por haber sido hogar, en tiempos pasados, de focas monje, conocidas popularmente como lobos marinos.

Una imagen de lobos marinos. / EFE
Hoy, Lobos es un parque natural protegido. Sus playas de arena blanca como La Concha, sus senderos solitarios y sus calas escondidas hacen que este pequeño rincón canario se haya convertido en uno de los destinos más exclusivos y sostenibles del Archipiélago. Solo se permite el acceso de 700 personas al día, lo que garantiza la conservación de su frágil ecosistema.
La historia que esconde el islote
Aunque hoy es sinónimo de desconexión, Lobos tiene un pasado mucho más agitado. Investigaciones recientes de la Universidad de La Laguna revelan que los romanos establecieron allí un asentamiento temporal para la obtención del preciado tinte púrpura.
Siglos después, el islote se convirtió en refugio de pescadores, marineros y, más recientemente, surfistas que buscan su famosa ola de derechas junto a La Caldera.
Además, Lobos es cuna de la escritora Josefina Pla, una figura destacada de la literatura española del siglo XX, cuya estatua preside el entorno del centro de visitantes.
Para llegar hasta allí, hay un servicio regular de ferry desde Corralejo, en Fuerteventura. También encontrarás un restaurante gestionado por los descendientes de Antoñito, el mítico único habitante, así como una pequeña zona de acampada.
El creador de contenidos @cristiandelgadofdezz lo resume así en su cuenta de TikTok: “Buena gastronomía, playas vírgenes, arena blanca y un clima tropical increíble". De manera que pasear por Lobos es una experiencia mágica.
Qué hacer y qué ver en el islote de lobos
Las playas y calas vírgenes son solo una parte del encanto. El sendero principal atraviesa la isla de sur a norte y permite descubrir parajes naturales únicos.
Desde el volcán de La Caldera ,cuyo ascenso regala vistas espectaculares de Lanzarote y las Dunas de Corralejo, hasta el faro de Martiño, en el extremo norte, la ruta es un viaje entre lava, viento y cielo abierto.
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