Defensa

Mezcla de ganas, nervios e incertidumbre en la cuenta atrás para el Líbano

Familiares y amigos se despiden de la Brigada Canarias XVI en un acto en la Base General Alemán Ramírez

La unidad parte a mediados de mayo al país asiático para participar en la misión Libre Hidalgo que desarrollan los cascos azules de la ONU

Despedida de la Brigada Líbano XLIII

La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

Mezcla de emociones en la Base General Alemán Ramírez de la Isleta. Se acerca el día, el viaje planeado hace tantos meses está a punto de materializarse y los nervios se apoderan de las familias que calman el miedo con el orgullo que les invade al ver la boina azul en la cabeza de sus seres queridos.

"Mis nervios aumentan a medida que se acerca el día, ya es la cuenta atrás y aunque estoy muy emocionada, este acto me recuerda que se va", reconoce Johana Santana minutos antes de ver como su pareja, Keret Morales, de la Brigada Canarias XVI participa en el desfile de despedida del contingente Libre Hidalgo XLIII que inicia su misión en el Líbano a mediados del mes de mayo.

Un acto celebrado esta mañana en la base militar de la capital grancanaria, sede de la Brigada Canarias XVI, que presidió el teniente general Julio Salom Herrera, Jefe del Mando de Canarias del Ejército de Tierra, y al que acudieron -además de los familiares- autoridades civiles y militares.

No es la primera vez que el sargento Morales sale de misión en el extranjero, ya estuvo en Afganistán y en el Líbano, pero sí es la primera vez que deja a la pequeña Sofía acompañando a su madre. "Es muy duro no tenerlo, echarlo de menos y no saber cuándo vamos a poder hablar con él para saber que está bien", afirma Santana, quien explica que en las otras ocasiones la niña era más pequeña y "menos consciente" de lo que ocurría.

El militar comparte la pena de dejar a la familia durante seis meses en casa, pero tiene claro que su trabajo conlleva este tipo de sacrificios. "Él trabaja todos los días pensando que lo que hace es un ensayo de la vida real y la realidad aparece cuando se va de misión, es como si estuviera haciendo simulacros todos los días hasta que surge la posibilidad de irse fuera", explica Santana.

El cabo primero Jesús Santana también tiene todo listo para partir y la maleta va llena de "ganas y mucha ilusión". Es su cuarta misión en el exterior, y ahora acude al Líbano como auxiliar de mantenimiento de vehículos. En su caso no hay miedo, pero sí preocupación por lo que deja aquí: su pareja Ainhoa Santana y el pequeño Niam.

"Es muy pequeño, le intentamos explicar lo que va a pasar pero no acabar de entenderlo, se dará cuenta cuando vea que papá no está en casa", lamenta el militar. En estos días, antes de partir, los planes están claros: pasar tiempo de calidad con la familia. "Es muy complicado, estoy bastante nerviosa y un poco triste porque una nunca sabe cómo va a estar allí", reconoce Ainhoa.

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