Predecían el futuro, sanaban y guiaban a su pueblo: las figuras femeninas que marcaron la historia de Canarias

Fueron sanadoras, sabias y líderes espirituales en un tiempo en el que el poder también era femenino

Exposición de las harimaguadas en el Museo Municipal de Arucas

Exposición de las harimaguadas en el Museo Municipal de Arucas / José Carlos Guerra

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

En los riscos sagrados de Gran Canaria, vivieron mujeres que sabían leer las estrellas, escuchar la tierra y sanar con la palabra y las plantas. Se las conocía como harimaguadas o maguadas, y aunque la historia oficial las dejó al margen, su legado sigue vivo en la memoria oral, en los yacimientos arqueológicos y en los relatos que hoy vuelven a compartirse gracias a proyectos como Pequeñas Historias de Canarias (@phdc_23).

“Eran mujeres conectadas con las estrellas, con las energías cósmicas, guardianas del conocimiento ancestral”, explica el creador del proyecto. En una sociedad donde lo espiritual no se separaba de lo cotidiano, estas mujeres tenían la función esencial de mantener el equilibrio entre el mundo natural y el humano.

"Su capacidad para predecir el futuro y conocer y solucionar conflictos las convirtió en figuras centrales en la vida politica y espiritual de la isla", añade.

No solo eran religiosas, eran sabias

Durante siglos, las crónicas coloniales confundieron a estas figuras con monjas o sacerdotisas. Pero su papel iba mucho más allá de la religiosidad. Tal y como recoge el podcast Guanchipedia, vestían con pieles blancas muy largas que cubrían totalmente su cuerpo y que arrastraban por el suelo como símbolo de su rango.

Vivían además en recogimiento como parte de un proceso de formación espiritual y social. Aunque también "participaban en algunas ceremonias de cultos agrarios relacionados con la fertilidad y la feminidad".

Asimismo, se decía que solo salían de sus moradas para peregrinar hacia los riscos sagrados, como los de Tirma, Amagro o La Aldea, donde realizaban baños rituales a veces incluso con leche de cabra como forma de purificación.

Por el territorio indígena de Tirma

Por el territorio indígena de Tirma / LP/DLP

¿Harimaguadas o maguadas?

Su nombre aún genera debate. Según algunos cronistas, como Gómez Escudero, el término original era “maguadas” o “maguas”, pero los colonizadores, como solían hacer, modificaron el vocablo. Lo cierto es que la función y el respeto que inspiraban estas mujeres era real, más allá del nombre que les impusiera la historia.

"Eran jóvenes doncellas de la clase noble que se recluían al comenzar su pubertad, practicaban baños purificadores y prenupciales y asistían corporativamente a las procesiones de rogativa por las lluvias, cuando éstas escaseaban", definen en el Las Harimaguadas, rito de iniciación peculiar de la isla de Gran Canaria de Francisco Perez Saavedra.

Harimaguadas, ritos y divinidades

Harimaguadas, ritos y divinidades / Javier Bolaños

Lo más sorprendente es que no existe figura equivalente en otras islas del archipiélago. Solo en Gran Canaria se ha documentado un sistema tan claro de retiro, instrucción y liderazgo femenino.

Por eso, los expertos consideran que las harimaguadas eran una institución única del mundo aborigen canario, que combinaba elementos de saber tradicional, espiritualidad, sanación, mediación política y, posiblemente, rituales de fertilidad.

Consejeras, sanadoras y mediadoras

Las harimaguadas no eran solo místicas, tenían voz en los momentos difíciles, eran consultadas durante conflictos, sequías o decisiones políticas importantes.

La gente les atribuía el don de predecir el futuro, y cuando había enfermedad o escasez, acudían a ellas. Su conocimiento de las plantas medicinales, de los ciclos de la luna y de los símbolos del entorno las convertía en figuras esenciales dentro de la vida de los antiguos canarios.

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