Yolanda Arencibia, una vida dedicada a Galdós reconocida en el Día de Canarias
El Gobierno autonómico otorga la Medalla de Oro el próximo 30 de mayo a la catedrática e investigadora fallecida el pasado 22 de marzo
Su obra 'Galdós. Una biografía' fue la ganadora del Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias 2020

Yolanda Arencibia en la apertura del XII Congreso Internacional Galdosiano, en la Casa Museo Pérez Galdós, en 2022. / Andrés Cruz

«Luisa, esa negrilla va a servir pa' estudiar», escuchó Yolanda Arencibia que su abuelo le decía a su madre cuando era chiquita. Así lo relataba en este periódico su hijo, Luis Roca, que la recuerda como una «heroína de muchas vidas», una mujer que adoraba a sus padres, una estudiante dedicada, una profesora excepcional que tenía dos grandes pasiones: Benito Pérez Galdós y enseñar literatura.
Fallecida el pasado 22 de marzo, el Gobierno del Archipiélago ha decidido reconocer su extensa trayectoria en el próximo Día de Canarias otorgándole la Medalla de Oro. Un homenaje más a esta pionera del saber científico galdosiano «entusiasta» y «enérgica» que no podía estarse quieta, como rememora Alicia Llarena, que dejó huella por sus investigaciones, por su calidad como docente y por su forma de concebir la cultura como ese «modo de vivir que te sostiene».
Arencibia es hoy una canaria universal como lo fue -y es- Galdós. Fue nombrada Hija Predilecta de Gran Canaria por parte del Cabildo en 2007, Hija Predilecta de la capital grancanaria en 2015 y también Hija Adoptiva de Firgas en 2017. Recibió el XXXII Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias 2020 en mayo de 2024 por la que ella misma definía como «la gran obra de su vida»: Galdós. Una biografía (Tusquets Editores, 2020), investigación materializada en libro para la que, sin saberlo, se estuvo preparando durante muchos años de su vida.
Su pasión galdosiana se le metió en vena cuando era bien joven. A sugerencia del filólogo e historiador Francisco Ynduráin, Arencibia centró su tesis doctoral en pruebas corregidas por el propio autor, proceso en el que vio de forma clara el «alma del creador» de Don Benito, como ella misma llamaba al escritor por el que profesaba un «amor maduro», citando sus propias palabras.
Así, la investigadora aceptaba todo de él, con sus virtudes y sus fallos, sin descuidar ninguna de las facetas del creador canario, sumergiéndose en su periodismo, en sus discursos, en sus entrevistas o prólogos. Fue mucho más allá de su vertiente literaria y de los Episodios Nacionales, acercando a los lectores obras menos conocidas como Lo prohibido, Aita Tettauen o La campaña del Maestrazgo.
Primera catedrática
Arencibia no solo sentó precedentes en el campo de la investigación galdosiana: a principio de los 60 pudo irse sola a París a estudiar francés -algo imposible de pensar para las mujeres de su tiempo-, en 1973 festejó entre compañeros ser la única de ellos en lograr la Cátedra de Instituto -en ese momento salían 8 en toda España- y fue, además, la primera catedrática en Filología Hispánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
Fue una adelantada a su tiempo que también se dedicó a profundizar en la vida y obra de otros autores, de poetas como Ángela Mazzini, María Encarnación Cubas y Victoria Ventoso, o escritores como Alonso Quesada, Cairasco de Figueroa, Tomás Morales, Agustín Millares o Pancho Guerra.
Fue miembro del comité científico de los Congresos Internacionales de Estudios Galdosianos, fue nombrada Galdosiana de Honor en 2017, en 2018 pasó a ser integrante del jurado del Premio Nacional de las Letras Españolas, ostentó el cargo de consejera de Educación del Cabildo de Gran Canaria, coordinó el Club de Lectura Pérez Galdós del Club Canario de Amigos de Galdós y ejerció como vicepresidenta de la Academia Canaria de la Lengua.
La experta galdosiana escribía también cuento, novela y poesía. Se definía como una persona tenaz, organizada y constante en su trabajo, labor que se vio materializada en la colección Arte, Naturaleza y Verdad que dirigió (29 volúmenes publicados entre 2005 y 2013 por el Cabildo de Gran Canaria), en su empeño como directora de la Cátedra Pérez Galdós de la ULPGC o en su estrecha colaboración con la Casa Museo Pérez Galdós.
Arencibia, tal y como relata su hijo, «amaba el cine», especialmente las películas románticas, «adoraba a su padre», al que recordaba con los ojos brillantes y con una sonrisa de labios apretados y siempre estaba leyendo y escribiendo, tan concentrada «que era fácil asustarla sin querer». Esta trayectoria de entrega y dedicación a la literatura, a Benito Pérez Galdós, al Archipiélago y a la vida misma, es la que se lleva una de las 14 medallas que buscan reconocer a esas personas o entidades que defienden la cultura, identidad y los derechos humanos en las Islas.
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