IN MEMORIAN

En la isla donde reposa el alisio

Manuel Hermoso fue nacionalista, sí, y lo fue desde la raíz: no desde el grito, sino desde el compromiso; no desde la confrontación, sino desde la construcción serena de lo propio

Manuel Hermoso, expresidente de Canarias.

Manuel Hermoso, expresidente de Canarias. / GOBIERNO DE CANARIAS

Pedro Alfonso

No solo un expresidente.

No solo un fundador de la autonomía canaria.

Ha partido uno de esos hombres que no se heredan: se respetan. Se recuerdan.

Con mirada firme y palabra cercana, supo conjugar la política con afecto, determinación y con cercanía.

Hoy, enmudece la chácara y los timples bajan el pulso hasta volverse letanía.

Porque no se va un hombre cualquiera,

sino una voz que articuló el alma de los barrios de Canarias cuando aún no sabía cómo decirse a sí misma.

Fue nacionalista, sí, y lo fue desde la raíz:

no desde el grito, sino desde el compromiso; no desde la confrontación, sino desde la construcción serena de lo propio.

Su legado no fue una consigna: fue una manera de estar.

De servir. De sumar. De ser con los demás.

Hoy, esa Atlántida que nos sostiene y nos llama, bate con fuerza el oleaje en su honor.

Como si el mar mismo supiera que ha partido un hijo suyo.

Uno de esos que caminó con paso firme, constante, con la convicción de quien no buscó imponer, sino convencer.

Con la elegancia de quien, sin ruido, construyó puentes donde otros solo veían distancia.

La gente no olvida a los hombres que le ayudaron a saberse pueblos.

Y Canarias no olvidará a Manuel Hermoso.

Ni su voz suave, ni su temple, ni su forma de mirar hacia adelante sin olvidar nunca de dónde venía.

Descansa, presidente.

Hoy el Archipiélago te llora…

pero también te agradece.

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