¿Una moneda y un recuerdo? Las máquinas de mini arte viral de Nueva York llegan a Canarias

Inspiradas en las virales expendedoras de Grand Central, las nuevas máquinas reparten arte en miniatura con paisajes de Lanzarote

Calima en Lanzarote (26/11/2024)

A. F.

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

De una ranura metálica salía una impresión diminuta, apenas mayor que una postal, con una ilustración que parecía sacada de un sueño: los taxis amarillos convertidos en acuarela, la silueta de Manhattan como un esbozo de infancia. Y todo por una moneda.

Ahora esa experiencia artística que convirtió una máquina expendedora en fenómeno viral aterriza en Canarias con acento insular y alma volcánica. Lanzarote será la primera parada de MiniPostal, un proyecto que une ilustración, emoción y memoria en un formato tan pequeño como inolvidable.

Una artista lanzaroteña detrás del fenómeno

“En cuanto vi la máquina de Nueva York supe que quería hacer lo mismo con mis ilustraciones, pero desde aquí, desde las Islas Canarias”, cuenta la creadora del proyecto, una diseñadora e ilustradora natural de Lanzarote que ha querido mantener por ahora su identidad artística bajo perfil. Su objetivo es claro: “crear una experiencia entrañable que conecte con el territorio”.

La primera máquina ya está en funcionamiento, y el contenido de sus ranuras son pequeñas obras de arte inspiradas en algunos de los rincones más emblemáticos de la isla: Jameos del Agua, el Parque Nacional de Timanfaya, el Mirador del Río, la Fundación César Manrique o el casco antiguo de La Villa de Teguise. Cada impresión cuesta un euro, es aleatoria y de edición limitada, lo que convierte el gesto de comprar en un pequeño acto de coleccionismo.

Del ticket al tesoro: así funciona

No se necesita tarjeta, ni registro, ni app. Basta con acercarse a la máquina, introducir una moneda y esperar la sorpresa. “Es arte en estado puro, directo a tus manos”, comenta la ilustradora. La idea es fusionar la espontaneidad de una máquina expendedora con el valor sentimental del arte hecho a mano.

Cada impresión lleva la firma de la artista, una numeración limitada y un diseño único. “La idea es que cada persona se lleve algo diferente, pero siempre conectado con Lanzarote”, explica. Por eso, la ubicación de la máquina también está pensada para turistas y residentes: zonas transitadas, puntos culturales o eventos especiales.

Una experiencia que busca expandirse

MiniPostal en sus redes sociales, la artista ya adelanta nuevas ubicaciones en otras islas y posibles colaboraciones con eventos como bodas, fiestas privadas o mercados de arte. “Nos están contactando para alquilar la máquina como detalle exclusivo para celebraciones. Los diseños pueden adaptarse y personalizarse. Es un detalle original y con valor emocional”.

El proyecto también invita a reflexionar sobre lo que significa regalar arte en tiempos de saturación digital.“No es solo una postal. Es una memoria, una parte de la isla, una forma de volver a mirar nuestro paisaje con otros ojos.

La isla ha inspirado a generaciones de artistas, desde César Manrique hasta quienes, como esta creadora, siguen explorando nuevas formas de representar su geografía emocional. Paisajes como La Geria, la Cueva de los Verdes o las playas doradas de Playa Blanca y Costa Teguise se transforman aquí en recuerdos en papel. Y es que el arte, a veces, no necesita un lienzo gigante para emocionar. Solo una moneda, una máquina y un pedacito de isla que cabe en la palma de tu mano.

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