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La subida de la fruta convierte al melón y la sandía en un lujo del verano

La inflación repunta dos décimas en Canarias por el encarecimiento de la electricidad y el aumento de los precios de los alojamientos turísticos

Un vendedor coloca melones y sandías en una frutería.

Un vendedor coloca melones y sandías en una frutería. / Juan Carlos Castro

Santa Cruz de Tenerife

El calor ya está aquí y las ganas de comer la fruta fresca típica del verano va en aumento. Melones, sandías, ciruelas, picotas o paraguayos llevan semanas en los lineales de los supermercados. Las ganas de consumirlas no han variado de un año a otro, pero sí su precio. Quienes hayan acudido a hacer la compra habrán podido comprobar cómo el coste de estos productos, pero también el de otras variedades que no tienen presencia durante todo el año, es mucho mayor que doce meses atrás. En concreto, la fruta fresca se encareció en junio un 15,2% en Canarias, de acuerdo con el Índice de Precios de Consumo (IPC). Se trata de la mayor subida desde abril del año pasado y es además una de las más elevadas del país. Un incremento que ha mantenido el alza de la cesta de la compra en el Archipiélago en un 1,8%, una décima más que la inflación general, que se queda en un 1,7%.

De esta manera, lo que se paga este verano por el melón o la sandía poco tiene que ver con lo que se abonaba el año pasado. Según el Observatorio de Precios Agrícolas de Canarias, el kilo de melón alcanzó en junio de media los 2,94 euros en los puntos de venta. Doce meses atrás eran 2,66 euros. Algo similar ha ocurrido con la sandía, la otra reina del verano. El kilo superó los 2 euros el mes pasado, un precio que sí es más similar al que se pagaba en 2024, pero que dista mucho del que se abonaba en 2023, cuando un kilo de esta sabrosa fruta costaba 1,46. Una cosecha más reducida debido a los efectos climáticos es lo que está detrás de estos encarecimientos, que se aderezan con el incremento de los costes de producción. También están más caras otras frutas que no se venden solo durante la época estival como los plátanos, las fresas o los kiwis.

Pero estos productos no son los únicos alimentos que han elevado la cesta de la compra. Los huevos siguen una estela parecida a la que ya siguió el aceite el año pasado y suben un nuevo escalón. En junio su precio se incrementó un 12,5%. El café y el cacao hicieron lo propio un 13,1% y la carne de vacuno también aumentó un 11,1%. Pero a diferencia de lo que ocurría durante la crisis inflacionista –que llegó a provocar que llenar la despensa fuera hasta un 18% más caro que un año atrás– ahora sí que hay productos que bajan de precio. El aceite, la leche o el pan son más baratos que en junio de 2024.

Sin embargo, a pesar de las subidas en la cesta de la compra, otras variables se han encarecido más que la alimentación. Los gastos asociados a la vivienda suben casi un 4%. Un aumento que, tal y como destaca la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) es fruto del evidente encarecimiento de la factura eléctrica, cuyos precios aumentaron con respecto a junio de 2024 en un 9,2% en el Archipiélago, más que a nivel estatal. Los restaurantes y hoteles también se elevan un 3,9%, algo que volverá a convertir estas vacaciones en las más caras de la historia.

Aun con todo, la evolución de los precios en Canarias sigue mostrando un tono más moderado que en el conjunto del país, con una inflación interanual general del 1,7%, que repunta del 1,5%. Sin embargo, por cuarto mes consecutivo sigue por debajo del 2% que el Banco Central Europeo (BCE) considera idóneo para tenerla bajo control. Pero, tal y como advirtió ayer la CEOE-Tenerife, esta contención no puede hacernos olvidar las tensiones que existen en componentes como la energía, los alimentos y la vivienda, que continúan presionando tanto el gasto de los hogares como los costes de producción.

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