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Las facturas para reconstruir La Palma crean un tira y afloja entre las administraciones

El Cabildo demanda 252,2 millones de ayudas comprometidas por Sánchez, mientras el ministro Torres saca pecho por "los más de mil millones ya movilizados por el Estado"

En las entrañas del Tajogaite: dos años tras la erupción del volcán de La Palma

Andrés Gutiérrez

Hoy poco importa ya que durante los 85 días y ocho horas de erupción, 2.800 drones sobrevolaran la superficie sometida por las coladas del volcán Tajogaite. Las cifras de las que se habla el 19 de septiembre de 2025, cuatro años después de que estallara la crisis volcánica más importante registrada en España en las últimas cinco décadas, están relacionadas con el dinero comprometido que aún no ha llegado, es decir, los 252,2 millones de euros que el Gobierno de Pedro Sánchez no ha reembolsado a la cuenta desde la que se abonan las facturas para la reconstrucción de La Palma. También de los más de mil millones que el ministro Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias el día que reventó Cumbre Vieja, coloca en el bloque de las transferencias realizadas por parte del Estado para paliar una emergencia que todavía mantiene abiertas muchas heridas en el Valle de Aridane.

Más allá de los cien millones que no llegaron en 2024, los otros cien de los que no hay noticias este año y los 52,2 millones programados para la recuperación de infraestructuras que Madrid ha retenido o los excelentes indicadores económicos de los que presume el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, en la Isla Bonita son mayoría los que creen que «aún quedan muchas cosas por hacer». También son más los que viven convencidos de que «esto sólo se arregla con dinero». Y es que por muchos recuerdos que hayan quedados sepultados bajo el magma y el inmenso dolor que supone no poder regresar al terruño en el que un día viviste, todo se puede arreglar con la «pasta» de la que hablan unos y otros, las ayudas económicas que hoy reactivan un fuego cruzado entre Canarias y Madrid.

Los afectados lo que quieren es que la cosa se mueva, que nadie olvide que el camino hacia la normalidad, si es que algún día se logra, aún es largo y que las posibles guerrillas entre administraciones deben quedar en un segundo por el bien de la comunidad. Al final, Gobierno de Canarias, Cabildo de La Palma, los ayuntamientos afectados [El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte] y Gobierno de España están hablando el mismo idioma, el de la ansiada rehabilitación, aunque los tiempos no estén perfectamente engrasados.

Cuestión de ‘perras’

Escribir que la relación entre Canarias y Madrid ha sido mala en el proceso de restauración sería falsear la realidad. Las dos partes han valorado los esfuerzos realizados, pero lo cierto es que se necesitan más recursos económicos para que la maquinaria no se pare: los 252,2 que están pendientes, por ejemplo, vendrían de perla para saldar deudas con los propietarios de terrenos que hoy permanecen cubiertos por pedruscos. La prioridad son las partidas para invertir en la compra de suelo y el alquiler de viviendas y las ayudas para darle un meneo a los distintos motores económicos locales: muchos jóvenes han abandonado temporalmente la brega en las plataneras para alistarse en alguna de las sociedades que ejecutan grandes obras en la zona cero del volcán Tajogaite. Sobre este asunto, el ministro Ángel Víctor Torres sostiene que ahora hay cien empresas más inscritas en la Isla (2.580) y que se ha alcanzado un récord histórico de afiliados a la Seguridad Social. «Tenemos 27.020, que son cinco mil más que en el mes de septiembre de 2021», presume el expresidente canario.

Canarias y Madrid han agradecido los esfuerzos realizados, pero a día de hoy faltan muchos recursos económicos para liquidar deudas

El socialista tira de estadísticas para subrayar que la población ha aumentado un 3% con respecto a hace cuatro años y que los 135 millones de euros invertidos en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, a través de cuatro Planes de Empleo anuales para La Palma, lograron amortiguar una caída que podría haber sido mortal, si lo encadenamos con los devastadores efectos provocados por la pandemia.

En el otro bando, en el que están el presidente regional Fernando Clavijo y su compañero de formación Sergio Rodríguez, presidente del Cabildo de La Palma, el inventario de los cuatro años que siguieron a este desastre natural es igual de positivo. En materia de vivienda las administraciones han invertido más de 24 millones de euros en subvenciones para los damnificados, abonaron 10,2 millones de euros por 53 viviendas, 53 garajes y 53 trasteros en un inmueble en construcción en Los Llanos de Aridane, firmaron otro cheque por valor de 3,1 millones euros para adquirir 16 viviendas, 14 plazas de garaje, 16 lavaderos y ocho almacenes y se han activado dos líneas de financiación para colaborar con jóvenes de entre 18 y 35 años a pagar un alquiler o para la rehabilitación propiedades. También se aceptó la cesión gratuita de un solar localizado en la calle José María Brito Pérez, en El Paso, para crear casas protegida.

El Cabildo, por primera vez en la historia, será el encargado de liderar la reconstrucción del CEIP La Laguna [el presupuesto oscila en torno a los 5,2 millones] tras un convenio firmado con la Consejería de Educación que gestiona el popular Poli Suárez.

La Carretera de la Costa

La buena sintonía entre las partes ha propiciado que las macroinfraestructuras, vitales para garantizar una buena conectividad en la Isla, se hayan sacado adelante en un tiempo récord y sin rechistar. La planificación de la Carretera de la Costa, activa desde junio de 2023, es el mejor ejemplo de las buenas intenciones que tienen unos y otros. Y es que a pesar de las enormes complejidades de la obra [trabajar sobre gigantescas coladas que internamente mantenían una temperatura muy elevada], finalmente se logró unir el municipio de Tazacorte con Puerto Naos (Los Llanos de Aridane). La factura no fue pequeña [38 millones de euros], pero esos 3,9 kilómetros de asfalto vinieron como llovidos del cielo. Eso sí, cada mil metros de vía le costó al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) 9,5 millones de euros. La lava destruyó 73,8 kilómetros de carreteras y provocó heridas de distinta gravedad en tramos de la LP-2, LP-211, LP-212, LP -213, LP-215. El trazado de la Costa discurre por los brazos de las coladas que cayeron sobre Tazacorte (2.460 metros), unos solares agrícolas (600) y los restos de una antigua erupción (400).

La enorme actividad en torno a la LP-2 , sin duda, es otra de las señales más evidentes de que la recuperación marcha por buen camino. Las mejoras en la conexión con la LP-212 [en El Paso] y la apertura de del Camino de San Isidro, Las Norias y los caminos de Corujo y Cabrejas (Tazacorte) y la renovación del Callejón de Morera, los caminos Los Campitos y El Atajo, el Callejón de La Gata y el Vial Norte y los viales transversales del Polígono Industrial (Los Llanos de Aridane) indican que los cimientos están colocados para que la economía palmera vuelva a circular a una velocidad superior a la que lo hizo en los años del covid y los que siguieron a la erupción del Tajogaite.

Lo más seguro es que las diferencias entre Canarias y Madrid se resuelvan de manera satisfactoria por el encaje que tiene la Agenda Canaria en la capital, es decir, en base a una negociación en la que los dos extremos parecen estar condenados a entenderse si lo que quieren es sacar adelante sus proyectos. Cuarenta y ocho meses después de la última erupción registrada en el Archipiélago la sensación es que todos se necesitan para tirar del carro de la lenta recuperación.

"Quiero volver a llevarle flores"

Mari Nieves tiene enterrados a sus abuelos, padres y a un hijo en la zona norte del cementerio de Los Ángeles (Los Llanos de Aridane), justo la que sigue sepultada por unas gigantescas coladas que se descolgaron de forma traicionera sobre el campo santo. Los montículos de lava le han cerrado el camino para llegar hasta sus seres queridos, pero ella no deja de llevarles flores. En su interior algo le susurra que ahora «me necesitan más que nunca y a mí no me cuesta nada venir», comenta sin soltar de su mano derecha media docena de rosas encarnadas que siempre deja en el mismo punto. «Están ahí», repite antes de completar su ritual en silencio. «Que te digan que existe la posibilidad de que los pierdas para siempre es muy duro; es una sensación de vacío que me genera una presión en el pecho», aclara en el instante en el que un halo de optimismo le saca una sonrisa de su cara. «Más allá han recuperado varios nichos. ¡A ver si tengo suerte!».

Hablar de los enterrados que, a su vez, han sido enterrados por los rejos del Tajogaite se ha convertido en un tema tabú en el Valle de Aridane. Pocos son los que se atreven a verbalizar el enorme dolor que sienten al ver cómo la naturaleza les arrebata el último vínculo con sus familiares. «El primer pensamiento que tuve el día que me enteré que el magma había entrado en el cementerio fue venir corriendo a salvar lo que pudiera; a despedirme... Luego, en cuanto pasan los minutos, lloras y te das cuenta de que no puedes hacer nada». Su testimonio es una fotocopia del relato de otros vecinos que han tenido que pasar por lo mismo. «Algunos decidieron callar para evitar más disgustos en casa», cuenta sobre el silencio que guardaron varios conocidos en su misma situación por miedo a que una noticia tan impactante perjudicara la salud de un ser ya debilitado por los años. Mientras tantos, las obras por «rescatar» nuevos nichos prosiguen en Los Ángeles.

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