Un simulacro de erupción lo más real posible

El simulacro de erupción volcánica desarrollado en Garachico durante este viernes 26 de septiembre ha sido lo más real posible. Miles de agentes y efectivos han intervenido en la simulación que ha comenzado a las 8:00 horas. Una hora después, a las 9:00 horas, se recibió el mensaje de alerta en los móviles avisando del comienzo de la recreación del proceso eruptivo. Figurantes, alumnado de maquillaje o emergencias también han formado parte del ejercicio organizado por el Cabildo de Tenerife. Todo lo acontecido en el primer simulacro de erupción volcánica que se ha realizado en España está siendo evaluado y se enmarca dentro del EU-Modex Garachico 2025.

Ataques de ansiedad y pánico fingidos por jóvenes, rescate de patrimonio cultural o un accidente de tráfico durante la evacuación de afectados hacia el albergue han formado parte del ejercicio. También se ha realizado medición de gases por parte de los equipos del Gobierno de Canarias.

'El plan del plan'

Airam Adán, vecino de Garachico, tiene la misión de velar por la seguridad de todos los implicados en el simulacro eruptivo. A las 9:00 horas, su semblante se vuelve un tanto más serio y dice por su dispositivo: "Atención, activamos plan de seguridad". Para él, esto no es un simulacro. "Vamos a darle seguridad a todos los agentes y a toda la población que participa de alguna manera", explica. "Hay que tener la mente fría y pensar que seas o no de Garachico, esto es un trabajo en el que hay que cuidar de todos y ser bastante serio y puntual", argumenta.

El papel no falla

Los garachiquenses que viven en la zona del muelle viejo estaban más que preparados para salir en cuanto les llegó la alerta a sus dispositivos móviles. Juan Pedro Martín y su madre salieron de casa cuando un agente de seguridad tocó en su puerta. "Nos desalojaron y ahora estamos esperando para registrarnos", lo cuenta en medio del bullicio de la explanada costera donde se instalaron las carpas de Cruz Roja. En ese momento, los ordenadores para el registro de desalojados fallaron y el plan B fue el papel: "Lo están haciendo todo por escrito", dice Yolanda Fuentes, quien está embarazada de ocho meses. "Te preguntan si tienes enfermedades, medicación, alergias o con quién vives. No me hicieron nada especial por mi estado", añade. Tras ese primer registro, cada uno de los evacuados se dirige a la carpa del albergue que le hayan asignado.

Una novelería

Claudia Real espera dentro de la carpa tras haberse registrado. "Creo que está bien enfocado", apunta. Real vive en 'la curva del cacharrero', justo debajo de la carretera que lleva hasta el barrio de San Pedro. "Sonó la alarma y dije: ¡vámonos para El Muelle! Vine sola con una amiga que estaba en mi casa y estamos esperando para ir al albergue", relata. Para Real este simulacro "es jaleo, pero también es novelero. Está bueno. Además, ya sabemos lo que tenemos que hacer para cuando llegue".

Otros vecinos, sin embargo, no afrontan esta situación con tanto entusiasmo. "Estoy concienciada de que algo puede pasar, pero tengo miedo y todo esto me produce ansiedad", manifiesta Nena Díaz quien espera para registrarse junto a su marido y su perro, bien acomodado en su transportín. "Al perrito no lo voy a dejar", confiesa. En cuanto a las mascotas, Guasi Acosta y su pareja han aparecido en la explanada del litoral garachiquense con Longo, su pastor alemán que no tiene bozal. "Nos han dicho que tenemos que esperar para subir a la guagua que nos lleva al albergue porque el perro no tiene bozal", explican.

No habría tanta calma

El desarrollo de este ejercicio simulado ha despertado la curiosidad de cientos de vecinos y visitantes que se colocan alrededor de los diferentes escenarios. Irina Padrón vive en Garachico, pero no en la zona evacuada. Aún así, se ha acercado hasta el muelle viejo porque "queremos ver el simulacro y cómo se lleva todo el procedimiento. Tenemos un poco de nervios porque vemos pasar policía y ambulancias... si fuera real, estaríamos bastante nerviosos y creo que no habría tanta calma como estamos viendo ahora", confiesa.

María Candelaria Méndez, Cristina Méndez y Silvia González se han sentado en las gradas del pabellón municipal, el albergue para los evacuados, con las mochilas que recogieron el pasado miércoles 24 de septiembre. Estas vecinas del núcleo desalojado se quejan de que han sido las últimas en llegar a la instalación, mientras que fueron las primeras en subirse al transporte para llegar a la infraestructura. El motivo de esta tardanza es que el ejercicio que simuló un accidente de tráfico incluía a la guagua en la que eran transportadas. "Hay gente que tiene hambre ya", reclaman. No se les ha dado nada que comer al llegar al pabellón y eso no les parece bien.