Ellos no necesitan que un concejal les diga cuándo empieza el Carnaval. Empiezan el Carnaval una semana antes que el resto de los mortales, que para eso son la salsa de las fiestas. Los chiringays, que este año van por libres, abren sus 22 barras esta misma noche para empezar a servir cubatas a los amantes de la fiesta y de la mascarita que quieren ir calentando motores antes de que empiece el meneo oficializado. Y para recibir a los primeros clientes, nada menos que una performance a cargo de Drag Circus, el espectáculo que combina plataformas y trapecios que se representó en Maspalomas durante todo el año pasado.

Con nuevo formato y nueva ubicación, los chiringays se reparten este año entre las terrazas Tao, en el parque Romano, y La Sal, en el Muelle Deportivo. Sin embargo, ambos locales, del Grupo MB, han sido rebautizadas hasta el próximo 17 de febrero como Mariquitao y La Salerosa. En cada una de ellas habrá 11 barras por cada uno de los empresarios que se han animado este año a montar chiringays pese al desalojo de Santa Catalina y las indecisiones del Ayuntamiento con la ubicación definitiva.

"Hay que verle el lado positivo a todo, este es el primer año que lo hacemos así, cuando acabe veremos como salió y si nos queda bien repetimos el año que viene", aseguraba ayer Paco Matías, más conocido como Paco el del Miau. Los empresarios de chiringays quieren que el tramo que separa el Muelle Deportivo del parque Romano se convierta en una especie de calle de mascaritas. "Queremos que sea una calle del Carnaval, es como si estuvieras en el parque Santa Catalina y te movieras al Intercambiador, queremos que la gente se pase toda la noche yendo y viniendo, que se rompan los tacones de un lado al otro". Paco el del Miau tiene claro que la distancia entre una sala y otra no va a ser problema. "La gente es muy alcahueta y quiere verlo todo".

Los empresarios de esta zona de marcha carnavalera afirman que tienen autorización para permitir un aforo de hasta 3.000 clientes entre los dos locales y aclara que, aunque no habrá puertas para los que vayan a divertirse, sí se controlarán y expulsará a los amigos del botellón. "La entrada es totalmente libre y a mí no me parecen pocas 3.000 personas, es verdad que otros años, en el Parque, venían muchas más personas pero de esas sólo consumían apenas 200, los demás hacían botellón". ¿Y fuera de las terrazas? "Eso es competencia del Ayuntamiento, ellos verán si evitan o no el botellón".

La oferta musical de estos chiringays reinventados será la habitual, mucha músico disco de los 70, 80 y 90, además de algo más actual. Las copas oscilarán entre los seis euros de los combinados y los cuatro de las cervezas. "Pero en vaso de cristal, eso sí", puntualiza Paco el del Miau. Además, los que consuman en los chiringays tendrán derecho a parquin gratuito en el aparcamiento del Muelle Deportivo.

Estos empresarios optaron por la vía de la colaboración con una empresa privada nada más ver las intenciones del Ayuntamiento en septiembre pasado. "Nos querían mandar a la plaza de La Luz, junto a la iglesia ¿cómo nos van a poner allí si la Iglesia no nos quiere a los gays?", asegura Paco. A pesar de esta colaboración, los empresarios niegan que la fiesta se haya privatizado. "La gente está muy equivocada, no se privatiza nada, de lo que se trata es de que los que vengan estén más seguros y tranquilos".

Paco el del Miau defiende, además, la idea de la dispersión del Carnaval en varias zonas como El Rincón, pero rechaza que los cinco chiringays que se van a instalar en la plaza de la Música tengan tal categoría. "Esos no son chiringays, son otra cosa".