Unai Tellería Bolinaga parece que nunca ha roto un botón. Tiene 44 años, nació en el pueblo guipuzcoano de Elgeta, de poco más de mil habitantes, reside en Londres y resulta que desde allí se ha recorrido el mundo -Australia, India, Perú...-, creando diseños para obras de teatro, películas y campañas publicitarias, pero no de aceite y vinagre, sino de marcas como Diesel, Oken, Nivea, Ducal, Fuyitsu, Inca Cola, la Caixa, BBVA, Citroën, Mercedes, Chevrolet, Seat o Volkswagen.

Ahí está el hombre en el atelier del edificio Miller tan pancho, pero dirigiendo a un grupo de una decena de personas que cosen, despuntan y recortan telas y complementos las ocho horas del día desde el pasado 10 de enero para vestir la obertura de la Gala de la Reina del viernes día 12.

Un cálculo conservador contando sólo las últimas semanas en el Miller arrojan 2.000 horas de trabajo, para total, apenas 15 minutos de pase. Sí, como un potaje a fuego lento que luego se comen los chiquillos en dos cucharones.

Los patronistas y costureros tendrán que sacar de allí 130 trajes, y como la cosa va de los años 20, se centran en alevosos gánsteres, chicas de Charleston, marineros resabidos y bañistas, de modo general, pero también de puro mobiliario. Hay gente que saldrá vestida de mesa, oiga, no especifica si de mesa camilla, pero de mesa, además de lámparas y otras tropelías.

El frangollo es digno de una producción de buenas dimensiones. Tellería Bolinaga ya conoce lo que es ataviar a personal a granel, en rodajes como el de la película El perfume, historia de un asesino dirigida por Tom Tykwer y coprotagonizada por Dustin Hoffman, pero lo del Carnaval tiene un aquello, un run run, un come come que le ha hecho repetir 12 años consecutivos desde que arribó por primera vez a cuenta del Carnaval del Quijote, en el que se quedó prendando por "la entrega y la forma en que los isleños defienden su papel en las actuaciones y en la fiesta".

Se ve que le pone la cita capitalina, no solo "porque puedes hacer locuras" con los diseños, sino también por motivos más prosaicos, como que en Londres, "imagina qué frío", ayer mismo a las cuatro de la tarde había 11 grados chuchurríos y se puede decir que hasta bueno estaba el tiempo.

Para que en el día de autos un bañador a rayas no acabe por defecto de la logística como calcetín de un gánster, Unai se acompaña de otros grandes profesionales. Ahí tienen a Montse Colomé, coreógrafa que ha trabajado con grupos como Comediants, en óperas del Liceo de Barcelona, La Zarzuela o de la Walsh National Opera, o también en tinglados XXL como los Juegos Olímpicos de Barcelona o las expos de Sevilla y Lisboa, entre otros muchos.

O a Claudio Martín, segundo de abordo, diseñador y coordinador de ambientación y caracterización del Festival de Ópera Alfredo Kraus. Ellos batutean además del personal de aguja e hilo a otros comandos compuestos por doce personas que se encargarán de ayudar a vestir a los figurantes.

Unos figurantes que, a su vez, acuden al taller de confección del orden de cuatro veces durante la creación de las fantasías a medirse primero y a probarse posteriormente los 'ternos'. Sin embargo ayer, sobre las mesas de costura, no se apreciaban los trajines y las cifras que mueve todo este suceso.

Las cinco alumnas en prácticas del Instituto de Formación Profesional de La Minilla, que se afanan con el otro quinteto de profesionales, tienen aquello muy alicatado y allí no rumbia una lenteja suelta que no esté bajo control. Ni las perlas. El medio kilómetro lineal de perlas que irán desgranando una a una como millos del caroso para irlas apuntalando en este fondo de armario de sin fin que consumirá otros cientos de metros en telas, de plumas, boas y todo lo que se mueva encima, incluso de flecos, que según apuntan Unai y Claudio, no serán flecos propiamente dichos, "pero que lo parecerán", adelantan con cara de Cuarto Milenio sin desmentir que puedan ser flecos láser o flecos cuánticos.

En todo caso, la solución, el próximo 12 de febrero, cuando en el escenario alonguen en un plis plas de 15 minutos varias toneladas de ingenio, diseño y trabajo.