Nisa Alemán Cuesta está viviendo, a sus 29 años, algo que no esperaba. Se presenta como candidata a Reina del Carnaval con la fantasía Ciudad del Mar, de Kilian Betancor, quien le llamó directamente a ella para llevar su diseño, algo que todavía no se termina de creer. Entrenadora personal en un gimnasio, ha participado en torneos internacionales de culturismo natural.

¿Cómo le surge la idea de participar en este Carnaval?

Me lo ofreció mi propio diseñador, Kilian Betancor, y yo le dije que sí y me asombré y me ilusioné mucho porque nunca pensé que encajara en el perfil de una Reina. Supongo que tenía la creencia que, como soy bajita y siempre me han dicho que estoy fuerte, pues no encajo en ese perfil. Pero pienso que son tonterías.

Justo le iba a preguntar por eso. Hay mucha gente que cree que no encaja en el perfil de Reina porque tienen una idea de candidata muy distinta.

Yo sé que puedo ser lo que yo quiera, porque siempre lo he hecho. Me siento igual de divina que una top model, pero siempre tienes esa inseguridad, porque te la crean.

¿Es una persona muy carnavalera?

Yo cada año bailo en la obertura y en la gala Drag, pertenezco al elenco de bailarines, pero como este año me presento a Reina, pues no he podido salir con ellos como otros años.

¿Nunca se le había pasado por la cabeza el poder presentarse a Reina?

Nunca me lo planteé, pero no porque no me viera, ya que tengo la fuerza y el arte necesarios para hacerlo perfectamente, pero no creí que alguien se fuera a interesar en mí.

¿Qué características resaltaría en una buena candidata?

Creo que debería tener fuerza para que no se note lo que pesa el traje (ríe), y buena interpretación y buen oído musical. Ser elegante, en general.

Después de este año sin Carnaval, que usted padeció especialmente como parte del Carnaval en sí, ¿existen ganas de regresar a la alegría y desenfado de las fiestas?

Sí, claro, la gente tiene muchas ganas de cualquier cosa que esté relacionada con el Carnaval. De hecho, el día del sorteo, solo salir a la calle tras el evento y ver a tres o cuatro personas disfrazadas me ilusionó mucho, fue como "Guay, está volviendo". Se echaba mucho de menos.

"Voy a un concierto de música clásica y solo con la mente ya estoy bailando, pero también con un buen DJ"

¿Le anima el hecho de que la gente tenga tantas ganas o supone una presión añadida?

A mí me anima muchísimo. Va a ser una experiencia diferente. La única presión que tengo yo es no poder con el traje.

¿Le inspira la temática de La Tierra?

A mí me gusta la temática de mi fantasía, y el escenario me parece precioso también. La Tierra engloba muchas cosas, y Ciudad del Mar... Pues ya se pueden imaginar lo que soy. Quiero recalcar de nuevo que cualquier chica, alta, baja, gordita o flaca, puede ser reina. Si es que hasta la gente se sorprende de que me haya presentado candidata porque, si ves las fotos de mi Instagram, salgo muy marcada, y las mujeres fuertes asustan a la gente.

¿Qué sería lo primero que haría para intentar cambiar el planeta?

Es que hay tantas cosas feas, que lo primero que hay que arreglar ahora es la guerra que realmente nos afecta a todos, aunque nos hagan creer que está súper lejos. Para mí sería lo primero, pero claro, ¿cómo?

Me decía que le inspiraba mucho la música clásica, ¿cree que la visión que se tiene de ella es que se identifica con determinadas clases sociales?

Hoy en día, creo que está al alcance de todos. Tienes una Filarmónica preciosa en la isla, pero poca gente la valora... Se me pasa súper rápido un concierto de música clásica, pero quizás la gente no la conoce y, como no la conoce, ni siquiera se para a escucharla cuando se topa con ella.

¿Prefiere bailar ritmos latinos o ritmos clásicos?

Depende. Yo voy a un concierto de música clásica, y solo con la mente ya estoy bailando, y por eso se me pasa volando. Pero también un buen DJ de música electrónica me hace bailar un montón. Cada música tiene su momento.

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Candidatas a Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria: Nisa Alemán (Restaurante El Centro Guayadeque) Andrés Cruz

Por ejemplo, ¿qué bailaría si estuviera limpiando la casa?

Pues blues (ríe). Está guay, me gusta todo. Quizás soy menos de flamenco y ese tipo de baile, pero puedo valorar una canción bonita.

¿Qué es más complicado, pedir permiso o pedir perdón?

Para mí es más complicado pedir perdón. Necesito pedir permiso siempre, porque me da mucha cosa hacer algo mal. Yo, por respeto, prefiero pedir permiso primero.

Usted que ha viajado por el mundo en torneos internacionales, ¿cuál es la esencia de un canario?

Quizás sea la cercanía, es más abierto, más dado... Es cálido, tiene una actitud diferente.

¿Qué significa para usted tener ese ratito para hacer deporte?

Para mí es un trabajo, porque yo siempre he hecho deporte, pero es verdad que este deporte (el culturismo natural), si se hace de la forma que creo es la adecuada, con la nutrición de la mano, te das cuenta que no solamente cambia tu físico, sino también la mentalidad. No es que me encante levantar pesas, porque si pudiera conseguir los mismos resultados sin esforzarme tanto, pues me encantaría, pero te enganchas porque te sientes cada vez más fuerte. Yo antes comía muy mal, y estaba todo el rato mala con vómitos o gripe, o me cansaba mucho. Pero desde que cambié, hace seis años, lo he notado en todos los sentidos y me siento más segura de mí misma.

Es como un estilo de vida.

Sí, es un estilo de vida. Y es raro que te lesiones, es la primera vez que me lesiono en seis años. Cuando compites a nivel profesional, y tienes que exigirte, si haces las cosas bien no tienes por qué lesionarte.

¿Si pudiera participar en algún programa de televisión, cuál sería?

Yo quiero ir a Supervivientes, que me escuchen los organizadores. Soy una luchadora, y si me tengo que pelear con alguien porque no va a por pescado, yo no me quedo con hambre por nadie (ríe). Quiero ir por la aventura, y porque en realidad creo que es de los pocos realities en los que hay un trabajo interno, la gente tiene que buscarse la comida todos los días. Me parece auténtico. Es como irte de acampada, que me encanta, pero a lo extremo. Te pone a prueba en todos los sentidos, aunque seguramente lo terminaría pasando mal por la pérdida de masa muscular.