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Legañosos, 40 años dando la murga

La formación de Carrizal ofrece una exposición en su renovado local que lleva el nombre de Antonio Pulido Castro, el primer director e impulsor de esta sociedad

Legañosos, 40 años dando la murga La Provincia

Mario Muñoz es vicepresidente de Legañosos y reconocido como la voz autorizada de Legañosos, murga salió por primera vez al Carnaval en 1982 y este año fue una de las trece que no salió porque no se daban las garantías para preparar un repertorio a la altura del segundo de Interpretación cosechado en el último concurso antes del covid. Aunque no los subieron a cantar, celebran el mismo aniversario que Serenques.

Las paredes del remozado local de ensayo de Los Legañosos, en Carrizal, destilan historia a través de las fotografías y placas que exponen en su sede, en un repaso por los cuarenta años que han transcurrido desde la primera edición que salieron a cantar a las calles de su pueblo, en 1982. Aunque Mario Muñoz –vicepresidente de la sociedad y voz autorizada de la formación crítica– no es fundador, en los casi veinte años que lleva en las filas de la murga ha albacea de la trayectoria del grupo.

La fundación de Legañosos se vincula directamente al tándem formado por Antonio Pulido Castro, quien fuera el primer director, que contó con la implicación de otro referente en la historia no solo de la murga sino del Carnaval de Carrizal: Antonio Ramírez, que en la actualidad es el presidente del Patronato del Carnaval, una figura externa sin vínculo político y que tiene la encomienda de la organización de los festejos, como parece que así va a suceder en las próximas semanas. Desde la cabalgata –la tercera más importante de la Isla, por detrás de Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas–, que concluyen con la quema de fuegos en la plaza de El Burrero, que concita la presencia de vecinos de toda la isla por su espectacularidad.

«A título personal apuesto por mantener el concurso de murgas a 20 minutos y una sola canción»

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De regreso a los orígenes de Legañosos, Mario Muñoz recuerda los primeros años, en los que rescata el testimonio de los componentes de la época. «La murga salió a la calle por primera vez en 1982. Piensa que se acababa de producir el golpe de Estado el 23 de febrero del año anterior, por lo que algunos tenían miedo de cantar unas críticas que iban dirigidas a la iglesia, el ayuntamiento y a lo que pasaba en el pueblo». «Subieron a cantar acojonados», sentencia Mario Muñoz con la forma que caracteriza a este jefe de mantenimiento de hoteles del Sur de Gran Canaria, siempre cercano y afable.

En la historia de Legañosos, la misma que se expone en la exposición que se puede visitar a diario, desde las 19:00 a las 21:00 horas, el inicio del siglo supuso un punto de inflexión que vino marcado por un paréntesis para afrontar una segunda etapa ya sin miedo, aprovechando los cambios que había experimentado ya la sociedad. «Se puede criticar sin faltar al respeto», añade, desde el orgullo de ser la murga más antigua de un municipio con casi 30.000 habitantes, cuna de las infantiles Legañositos y Lechonsitos –esta última sí participa esta edición–, así como Chacha Legañosos, Náyades, Sin Ton Ni Son, Decididas, Los Descendientes o la charanga Los Colegas de Jimmy, «conocidos por todos por su degeneración», se ríe, para precisar que «no sé como viene gente de fuera para ver la única actuación que ofrecen en el concurso de Carrizal».

Legañosos, 40 años dando la murga

Tras el paréntesis tomado a comienzos del siglo XX, Legañosos afronta una nueva etapa de transición que lo acerca a los premios, de la mano de Julián, que fue el primer director, o la presidencia de Marcos Pulido Arencibia, a quien de casta le viene al galgo, pues es hijo del director con el que Legañosos se estrenaron en 1982. A partir de ahí, la nómina de directores la integran David Zurita, para hacer un paréntesis de dos años con Michael Montelongo que daría paso al regreso de David Zurita de nuevo al frente de la murga. En paralelo, como armonizadores de la formación crítica, Michael Montelongo, Manolo Estupiñán o el mismísimo Víctor Batista, director e Gofiones, hasta que en las dos últimas ediciones desembarca a Legañosos Marcos Suárez.

Son la clave del éxito para poner a tono al grupo donde ha sido fundamental el papel jugado por sus letristas, Adrián Ramírez e Isidro. En doce años, de 2008 a 2020, cosechan seis premios: un primero en 2016, tres segundos, en 2014, 2015 y 2020, y dos terceros, en 2008 y 2019. De otra forma, fue el despegue en la evolución de Legañosos desde 2008 para empadronarse en el pódium del Santa Catalina.

Sin embargo, venir de un segundo de Interpretación en 2020, la última edición del concurso antes del covid, no era una justificación suficiente para afrontar el regreso al concurso de murgas que se celebró la pasada semana en el parque de Lolita Pluma. Por la incidencia de la pandemia, «no teníamos las garantías ni se daban las condiciones para tener la calidad que se espera de nosotros», para recordar que incluso lo intentado. «Había días entre los que ensayábamos diez o quince, por voces... Pero nosotros necesitamos más tiempo para competir».

Se revuelve en ese momento Mario Muñoz para explicar: «es una hipocresía decir que lo bonito es participar; yo si voy a un concurso voy a competir».

Cuando se le pregunta si no se le queda magua porque Chancletas subiera a cantar Serenquenquenes en la final con motivo del 40 aniversario que celebran también los de Agüimes, Mario Muñoz asegura que «nos alegra que se hayan acordado de Serenquenquenes», para añadir: «se acordaron de ellos porque los querían sacar al escenario, a los mismos a los que criticaron en la fase por no salir, una decisión que nosotros también tomamos».

«Chancletas se acordó de los 40 años Serenques para subirlos al escenario tras criticarlos»

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Otro titular: «Los concursos de murgas, tanto en Tenerife como en Gran Canaria, han ido perdiendo tanto», algo que en su opinión se debe a que los treinta minutos de actuación que cuenta cada murga se hace mucho. «Nosotros, cuando votamos, tampoco éramos partidarios de recortar tiempo», y apostaron por 30 minutos y dos canciones. Mario Muñoz insiste en que acata la decisión de la mayoría de componentes, para sentencias que, después del concurso de murgas celebrado la semana pasada, «el certamen es más ameno a un tema y 20 minutos de duración», hasta el punto de que cree que el futuro pasa por mantener este formato.

«Es exagerado que la gente tenga que soportar cinco horas de murgas», añade este reconocido y admirado murguero de Carrizal, que desliza la oportunidad para que continúe de cara a 2023 esta fórmula de transición por el covid.

Chancletas, su favorita

Cuando se le pregunta se comparte el veredicto del jurado que dio el primero de Interpretación a Chancletas, seguido de Chismosos y Chancletas, Mario Muñoz hace un juego de palabras para concluir que para él ganó el formato de concurso; lo que más le gustó, lo que sentencia desde su trayectoria de diecinueve años como componente de Legañosos, «casi una hipoteca», se ríe.

También resta crédito a quienes dicen que los ganadores de 2022 desmerecen porque faltan los trasatlánticos del Suroeste. «El mérito lo tiene quien salió, y a ellos todo el respecto», para admitir que su favorita al título fue Chancletas, mientras hace extensiva la felicitación a Gambusinos, de Fuerteventura, a quien espera que regresen el próximo año. «Tienen un mérito enorme por venir desde su Isla, conciliando la vida familiar y profesional con los traslados para estar en el concurso». «El mismo respeto con todas las que decidieron salir, y también las que preferimos esperar».

Muñoz ya mira a 2023, confiado en empezar los ensayos en junio o julio, incluso en septiembre si se mantiene el formato. «Si es a 20 minutos y una canción muchas murgas saldrán reforzadas, sin problemas de componentes».

Los Legañosos ya se preparan para darlo todo de nuevo en 2023.

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