Israel Reyes anunció este miércoles su retirada de la dirección artística del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria después de 18 años. El director y productor anunció que es el «momento de cambiar el ciclo y afrontar nuevos retos creativos fuera de la organización». Reyes se va con la satisfacción de «haber contribuido, en los últimos 15 años, a que fuera declarado Fiesta de Interés Turístico Regional, Nacional e Internacional».
Su despedida de la organización le permitirá encajar nuevos proyectos creativos: «Hoy pasamos página, pero no cerramos el libro de Don Carnaval. Soy creador y director de espectáculos y estoy comprometido con la ciudad y su desarrollo cultural». «Yo empecé en el Carnaval con 20 años, a dirigirlo con 34 y ahora tengo 52, no puedo estar más agradecido, pero es el momento en el que la vida te dice cierra la puerta y abre esta ventana», indica. A pesar de poner punto final no se cierra a futuras colaboraciones «desde otro punto de vista».
La concejala de Carnaval, Inmaculada Medina, agradeció el trabajo realizado por el profesional: «Hay que reconocer a Israel y todo el equipo que la fiesta haya sido reconocida de Interés Turístico Internacional, y ese es su sello». La edil indica que no se ha dejado «nada a la improvisación», por lo que el anuncio de su sucesor se hará a su debido tiempo.
Reyes comenzó vinculado a su productora teatral Clapso. «Presentamos un proyecto para hacer una especie de actividad escolar contando la historia del Carnaval en los colegios y desde ese momento empiezo a hacer cositas con diferentes directores, entre ellos Alberto Trujillo», recuerda. Empezó como el «chico de los recados» con pequeñas tareas siempre vinculadas a la puesta en escena. No fue hasta 1995 que el joven comenzaría a involucrarse aún más.
Un año antes se había celebrado en 1994 el primer y último Carnaval en la playa, que terminó siendo un desastre, por lo que, para enmendar el error se realizó una búsqueda de profesionales que conocieran el Carnaval de las dos islas capitalinas. De esta forma, las carnestolendas se trasladan al Parque Santa Catalina y Reyes se afianza en el sector. «Dos años después llega Anatol Yanovsky que es el que refunda la estética de las galas y me pide que sea su ayudante durante ocho años y ya me vinculo y empiezo a tener una relación con todo el mundillo del Carnaval», refleja.
Una fiesta contra el poder
Después de casi dos décadas frente a la dirección artística, Reyes ha vivido los buenos y malos momentos de la celebración. Algunos tan memorables como la denominación de Fiesta de Interés Turístico Internacional y otros acontecimientos no tan agradables como su cancelación durante la Covid-19 o las sentencias que prohibieron su realización en Vegueta. «El Carnaval lleva en peligro desde su nacimiento porque nació contra el poder, es muy bonito eso también», opina. Por ello, Reyes opina que los autores de que resurja el Carnaval ha sido de los Drag Queens porque «suponen un ejercicio contra el poder por la transgresión».
Reyes agradece a todos los compañeros con los que ha compartido casi dos décadas de esfuerzo y trabajo por la infinidad de momentos mágicos que han construido para el público. «Son innumerables las personas, colectivos carnavaleros y empresas que han confiado en nosotros como equipo y como empresa productora, y que han disfrutado de galas y concursos en directo o a través de la televisión», refleja en una carta enviada a los colectivos que forman las fiestas.
Tampoco se olvidó de los espectadores que han disfrutado de las fantasías con las que ha adornado el escenario. «A todas las personas y a los millones de espectadores que se han sentido cómplices y orgullosos de nuestro trabajo, gracias», finaliza.
Una fiesta de formación
Israel Reyes se despide con el orgullo de haber unido fiesta y formación. Desde hace ocho años han creado vínculos con los centros de formación para que los estudiantes de ciclos como producción audiovisual o belleza y vestuario se formen en el Carnaval a través de sus prácticas. «En los últimos diez años hemos creados escuela y hemos profesionalizado la fiesta», comenta. «Ver esa evolución desde que era una fiesta de barrio hasta una Fiesta de Interés Turístico Internacional y formar parte de ese proceso, uno se queda muy satisfecho», añade.