Carta para el Carnaval

Inmaculada Medina durante la presentación de la alegoría del Carnaval 2025

Inmaculada Medina durante la presentación de la alegoría del Carnaval 2025 / Juan Carlos Castro

Kimba Ébola

Querido Carnaval, ¿que tal estás? Espero y deseo que estés bien. Hace un año, más o menos, que no te veo. La semana pasada te vi asomar la patita por el escenario, de vuelta al Parque Santa Catalina, templo de los templos en Las Palmas de Gran Canaria. Te vi delicado y frágil. No son los mejores tiempos que has vivido, ni los peores. Afortunadamente, tu historia es grande como tú, tus años oscuros han quedado atrás y espero no vuelvan. ¿Pero quién sabe?

A veces pienso que esta ciudad no te merece, no te quiere, no te cuida lo suficiente. Por cualquiera de los barrios, dicen quererte, pero no te saludan si pasas cerca. ¿Qué cosas, ¿verdad? A todos se les llena la boca; que si eres muy importante, que si activas la economía por donde pasas, que si das vida, que vienen turistas a verte, etcétera. Pero qué crueles luego: que si apestas, que si haces ruido, que si atraes violencia. Bueno.

Espero que hayas cogido nuevas fuerzas con el experimento del año pasado, pero volver a partirte en tres no te viene bien. ¿Sabes qué? Creo que los problemas de esta ciudad nuestra se materializan también en ti. Te es difícil ubicarte. Te es difícil encontrar una ‘vivienda’ digna, donde desarrollarte, abrirte, crecer y ser fiesta. Todos tenemos derecho a una ubicación digna, pero a ti aún no se te ha dado.

Quizá ese trastorno de personalidad que presentas pudiera influir. Hoy eres atleta olímpico, mañana nadadora o antes de ayer hada, dios del olímpico o Mariquita Pérez. Y aunque las mariquitas son las que más vida te dan, si lo sabré yo, deberíamos ser las que más luchemos por seguir dándotela. Hay que salir a la calle a proclamar tu llegada y que se nos escuche y no se nos calle.

Quiero regalarte un deseo. Un deseo sincero. Que pronto, pronto, tengas un sitio en este mundo, en esta ciudad donde poder celebrarte y festejarte como te mereces.

Y como decía Newton: «Cuidado con acabar tarde, no te vaya a tocar barrer».

¡Salud y feliz Carnaval!

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