Un multitudinario entierro de la sardina puso ayer fin a 17 días de continua celebración carnavalera, y congregó a unas 80.000 personas en la playa de Las Canteras para disfrutar del espectáculo en el que se quemaron 45 kilos de material explosivo. Este acto supone el broche final del Carnaval de los grandes cambios y de la dispersión. El cortejo que presidía este recorrido lo componían los ganadores del concurso de murgas, Los Serenquenquenes, Los Trapasones y Los Nietos de Sary Mánchez, así como la afilarmónica Los Nietos de Kika. A ellos también se sumaron la Reina del Carnaval, Giovanna Lee, el Drag Queen, Jesús Casillas, la Gran Dama, Concepción Reyes y la Reina infantil, Selena Pérez, y cuatro carrozas.

La fiesta capitalina ha sido objeto de críticas pero también de aplausos. La división de opiniones ante tanto cambio no ha impedido a los ciudadanos ponerse la mascarita y la purpurina necesaria para dar el alma en cada una de las jocosas jornadas. El Ayuntamiento capitalino se muestra conforme con el resultado, aunque expone que "tomará medidas" para mejorar de cara a las próximas ediciones. "Estoy bastante satisfecha y después de la cabalgata mucho más contenta porque esta medida había que tomarla y ha resultado muy bien". De esta manera, la concejala de Cultura, María Isabel García Bolta, confirma que los cambios emprendidos por la Corporación local respecto al sentido de este evento han beneficiado a la fiesta y a quienes participan en ella. A su vez, es consciente de que estas modificaciones pueden generar "malestar".

Asimismo, la edil destacó la ardua labor del servicio de Limpieza. "Esta mañana del domingo estaba buenísimo el día y era como si no hubiese pasado nada durante la noche porque la ciudad estaba limpísima". A su juicio, el balance es positivo pero ahora toca "estudiar todos los aspectos".

"Los que gobernamos tenemos la obligación de tomar medidas que a lo mejor no son al gusto de todos, pero los carnavales se caracterizan por la crítica", indicaba García Bolta, quien también alababa la labor del servicio de policía y el esfuerzo empleado por todos los involucrados.

Otro de los momentos que la concejala de Cultura destacó de este Carnaval fueron las horas previas al arranque de la gran cabalgata. "Desde la zona de la calle Cano y hasta el Guiniguada podías ver a la gente disfrazada que comía en los restaurantes", imagen nada común y llamativa respecto al resto del año.

Por otra parte, Francisco Medina, quien fue el gerente del Carnaval capitalino y creador de la Gala Drag Queen, también se decantó a favor de las modificaciones realizadas. "Decir que el Carnaval es de sobresaliente es exagerar, pero ha sido de notable", comentaba. Para este experto de las carnestolendas, las galas que se desarrollaron desde el escenario de Santa Catalina han sido un éxito. "El parque lucía un lleno absoluto", concretaba. "Los actos estuvieron muy bien montados y la gala Drag fue preciosa", apreciaba. Además, la apuesta por el Carnaval diurno cada vez cuenta con más adeptos. "El pasacalles de Las Canteras, el Carnaval de Vegueta y las cabalgatas han sido la máxima demostración de que este es un pueblo vivo", argumentaba con especial énfasis.

El cambio en el sentido de la gran cabalgata, que se estrenó el sábado desde la plaza de La Feria hacia el Puerto, "fue acertadísimo. Ha sido la mejor organizada de los últimos años", puntualizó Medina.

Las murgas, una pieza esencial en estas celebraciones, también hacen una valoración de lo que para ellas ha supuesto el Gran Baile de Máscaras. Sergio Peón, el director de Los Nietos de Kika, consideró que el calendario de determinados eventos es objeto de mejora. "No pueden poner el Carnaval de los Distritos el día después de la final de murgas", apuntaba, o "un día entre semana a las seis de la tarde", ya que hay componentes de estas agrupaciones que a esa hora trabajan. Aún así, Peón detalla que la sensación con la que se queda de este Carnaval "es buena".

Por último, los chiringuitos han generado expectación durante el Carnaval ON en el nuevo formato de los mogollones. Un administrador de uno de estos bochinches se quejaba del "desorbitado" alquiler y "que ha causado pérdidas". Además, "Nos obligan a comprar en un economato a un precio que no es nada competitivo. Si te vas a un supermercado, te sale más barato", sentenció. Ahora es el turno del análisis de los resultados. De momento, hasta el próximo año, don Carnal.