El viernes 26 de enero de 1999, el grupo musical grancanario Mestisay daba paso al inicio de un nuevo e ilusionante programa de carnaval, con el pregón pronunciado ante unas cuatro mil personas, siendo el de mayor afluencia de todos los celebrados hasta ese momento. El Gran Musical y el teatro sirvieron de fuente de inspiración para la elaboración del escenario y la puesta en escena del contenido artístico de la gala de la reina. La organización se inclinó por tres actrices canarias para presentarla. Lilí Quintana, Blanca Rodríguez y Mari Carmen Sánchez. La guinda la terminó de poner el ganador/a del Festival de Eurovisión, Dana Internacional (contratada por un empresario), nacida en Israel, que solo interpretó la canción (en play-back) que la catapultó a la fama, dejando al público algo decepcionado, puesto que esperaba al menos varias interpretaciones más. Si cobró también del Ayuntamiento, sólo Dios lo sabe? Ana Noelia Martín fue la joven elegida de entre doce candidatas para el reinado en representación de Alcampo, con diseño de Fernando Méndez. Y por segundo año consecutivo se celebraba la gala transgresora y lasciva, la del morbo, la Drag Queen. Y si exitosa fue la primera celebrada en 1998, mayor lo fue la de 1999, convirtiéndose en un gran espectáculo que batió récords de afluencia. Desde siete horas antes de la celebración -algo inédito en el carnaval hasta ese momento- ya comenzaba el público a tomar posiciones en busca de un buen sitio para no perderse una fiesta masculina con sabor femenino? Todo un acontecimiento que atrajo un despliegue de medios informativos como nunca se había visto en un acto carnavalero en Gran Canaria. Cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas tanto de medios nacionales como internacionales tomaron buena nota del espectáculo. El primer premio correspondió a Miguel Ángel Medina, con un disfraz que denominó Ni Romeo ni Julieta, un excampeón nacional de fitness, de cuerpo atlético, sordomudo, quien hizo levantar al público de sus asientos, hasta el punto de que aun es recordado por algunos como el mejor drag elegido hasta el momento. El éxito estaba asegurado y la gala drag en solo dos años había logrado su consolidación definitiva. En el concurso de murgas, resurgía una de las más galardonadas, Los Serenquenquenes de Agüimes, que ofrecieron todo un recital que les llevó a obtener el primer premio de forma unánime. Las comparsas, logrado ya el objetivo de su feliz regreso a las fiestas, celebraron un nuevo concurso, presentando un mayor nivel tanto de interpretación como de vestuarios. El director artístico, Anatol Yanowsky cumplía así uno de sus deseos, ver que las comparsas volviesen a ambientar el carnaval grancanario con carácter de continuidad. Río Bamba resultó la ganadora. Las fiestas capitalinas tomaban otra dimensión y ya empezaban a ser conocidas fuera de Canarias.