De la mano de los padres, a hombros, en el carrito, en carroza, bailando.... Una multitud de mascaritas chicas tomó ayer las calles y se adueñó del Carnaval del Mundo de la Fantasía. El hada Itziar, con tutú blanco y zapatos amarillos, se integró en el desfile con una marcha que le impidió parar durante todo el recorrido entre el Castillo de La Luz y el parque Santa Catalina. La pequeña de seis años da clases de baile desde que tenía tres y raro será que no acabe en una comparsa.

A su lado, miles de personajes de cuento se desperezaban y brincaban al ritmo de las batucadas, comparsas y la música de las 17 carrozas que participaron en la comitiva. La familia de Mickey y Minnie Mouse ha experimentado este año un boom de natalidad, a juzgar por la cantidad de ratoncitos que acudieron al cortejo. Su presencia era mayor incluso que la de elfos, hadas, princesas, Blancanieves y demás personajes del mundo de la fantasía desparramados por la cabalgata. El desfile batió este año récord de asistencia, según aseguraron fuentes de la Policía Local, que cifraron la participación en 100.000 personas.

La gran afluencia de automovilistas a la zona del Puerto, poco antes de las cinco de la tarde -hora en que dio comienzo el desfile- colapsó la Avenida Marítima e impidió a muchos llegar al principio. Los intentos de muchos por escapar de la autovía atascada, desde la altura del Muelle Deportivo hasta el Castillo de La Luz, contribuyó a bloquear también otras calles interiores del Puerto y Las Canteras.

Fuentes de la organización resaltaron la alta participación, que casi multiplicó por tres la registrada en la cabalgata del pasado año. La asistencia fue tal, que en la zona del parque Santa Catalina apenas podía uno moverse. Sobre las ocho de la noche seguían llegando carrozas al parque y la fiesta seguía. El tiempo, que amenazó lluvia durante todo el recorrido y dejó caer alguna que otra gota, al final se portó y los asistentes pudieron guardar tranquilos los paraguas y las capotas de los carritos de bebés.

Cantera

A la batucada Santuka y a la comparsa infantil Cubatao, la que ganó este año el primer premio de interpretación, les tocó el honor de romper el fuego y comenzar el desfile. Aunque están empezando, sus componentes y los de las otras comparsas ganadoras demostraron al personal que el Carnaval tiene cantera y su continuidad está garantizada. La reina chica del Mundo de la Fantasía, Yaneisi Bernet, saludaba a sus colegas-súbditos, enfundada en un inquietante traje de reina de corazones. El resto del séquito de la pequeña soberana estuvo formado por las comparsas infantiles Kisamba, Estilo Junior, Brisa de Volcán, Lianceiros y Loara, así como por batucadas y grupos de participantes en los concursos de disfraces. Hasta poco antes de las siete de la tarde estuvieron saliendo carrozas de las inmediaciones del Castillo de La Luz. También desfilaron Las damas de honor Lola Dávila, Marta Espino, Yasnay Cabrera y Yamiley Quevedo.

Uno de los grupos que más gritos de admiración levantaron fueron los alumnos de la escuela de baile Raquel García, que montaron ellos solitos una espectacular versión de Alicia en el País de las Maravillas, con una legión de tenebrosas reinas de corazones, adorables conejitos blancos con el reloj a rastro y muchíiiisima prisa, simpáticos sombrereros locos y Alicias por un tubo. Infiltrado en el grupo se paseaba el capitán Barbosa, con su magnífico disfraz de Piratas del Caribe, tras haber sido adoptado al parecer por uno de los sombrereros locos adultos. También causaron furor los miembros del grupo de disfraces Los Cuchufletas, que revivieron a los populares Minion de la película Mi villano favorito. Los chiquillos flipaban con los muñecos gigantes y de gafas redondas y querían hacerse fotos y abrazarse a ellos. Una de las componentes recordó el éxito del grupo el domingo pasado en el parque de Santa Catalina, cuando su aparición en el escenario levantó a la gente que asistió a la elección de reina infantil. Sólo los guerreros de la Guerra de las Galaxias, con sus armaduras blancas, despertaban tanta admiración entre los más pequeños de la casa.

Entre la multitud de princesas que ayer asistieron al desfile, estaba su majestad la Príncesa Sofía -la de Disney, no la de España- una preciosa pequeña de tres años, llamada Indara, que se desplazó ex profeso desde Arguineguín. Entre su séquito, se encontraba su madre, María del Mar, vestida de romana y su tía Priscila, en el papel de la superwoman Tormenta. Esta es la primera cabalgata de Indara, que estaba privada de su juicio con su modelazo azul y su corona.

Los que sobreviven a las cabalgatas son los pitufos. No hay desfile infantil en el que los muñecos azules no falten y siempre tienen éxito entre los más pequeños. Entre las familias de pitufos que acudieron ayer estaban los amigos de la pitufina Wendi. Sus padres y tres parejas de amigos más se tiñeron de azul y blanco y se lanzaron a la calle a correr los carnavales con sus hijos. "Es un disfraz muy fácil de hacer. Por eso lo elegimos", aseguraba la madre de Wendy, mientras los niños seguían pidiendo, sin éxito, caramelos a sus colegas de las carrozas. Tras la prohibición, los chiquillos les lanzaban desde lo alto serpentinas, pero no era lo mismo.

No faltó casi nadie. Desde Batman a Superman, pasando por toda la gama de superhérores, hasta tres Mary Poppins talluditas, muy en su papel, abejas mayas, una pareja de zombies y hasta una enfermera perdida. El que sí faltó fue el saxofonista de Hamelón, pero el pobre no sale por la tele. A lo mejor entra en el cuento del próximo año.