Más de un millón de ñus emprenden cada año entre Kenia y Tanzania su migración en cuanto entra el calentito. Los ñus son muy sociales y se reúnen en unidades familiares de hembras, con unos machos rondando en grupos aparte. Cuando les entra el enrale forman un tumultuoso ganado que puede llegar al millón y medio de individuos que marchan en cabalgata arrasando por todo lo que tienen por delante.

Ayer pasó exactamente esto en el Faunaval, el carnaval de Maspalomas. Y no solo con ñus, que los había, sino con cientos y miles de especies, algunas que se daban incluso por desaparecidas, y que también entraron en migración en cuanto entró el calor de las cinco de la tarde, que fue cuando el cardumen comenzó por puro instinto a rumbiar por las calles de Playa del Inglés hacia Maspalomas. Eso sí, al contrario que el ñu que coge los 80 en velocidades pico, lo de ayer iba a un espeso paso de caboso cojo.

Eran en total 117 carrozas, que se cuentan pronto pero que formaron tal atasco carrocero que aún llegando la primera al final del recorrido hacia los ocho de la tarde, en la otra punta del municipio, las últimas de la cola aún no habían quitado el freno de mano, lo que no restó un ápice a que una comitiva que comenzó mansa como un oso de peluche terminara desde que el sol se echó por detrás de la sabana depredando a toda inocente gacela de Thomsom que se encontraba por delante. Comenzaba así la tarde-noche de celo. Ya desde el mediodía, y a unos 80 kilómetros de distancia del lugar de los hechos, en la capital de la isla, se intuía que algo iba a pasar. De las paradas de guaguas salían especímenes afaunados y afanados en coger un transporte para dirigirse en dirección sur, que es hacia donde se dan este tipo de migraciones por estas fechas. A medida que pasaban las horas iba en aumento la densidad hasta tomar volúmenes de cardúmenes.

Tal fue así que sobre la raya de las cuatro y media de la tarde los tres carriles de entrada desde El Veril hasta las varias génerosas y orondas rotondas que dan acceso a Maspalomas se encontraban totalmente colapsadas, y en el interior de los vehículos parados, zoología pura. Conductores con antenas. Copilotos con alas. Pasajeros moviendo la cola. Definitivamente el National Geographic se perdió allí un reportaje.

Los 'naturalistas' del ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana calculaban una cifra de alrededor 300.000 ejemplares los que fueron ayer a abrevar en las aguas del mar de las calmas.

Una cifra con la que intentaba, y parece que logró, celebrar el 40 cumpleaños de su cabalgata, y que a la vista del resultado de ayer y de seguir esta tendencia, llegará el día en que salga retratada por satélite, tal cual otras grandes obras de la Humanidad, como la Muralla China o la zona azul de la capital grancanaria.

Introducidos en la marabunta lo primero fue preguntar a la pareja ataviada de safari, provenientes del Parque Nacional de Telde, Daniel López y Melanie Rivero, de perfecto caqui y en mejor estado de revista, acompañados por un retoño de leoncilla llamada África, su hija de no llega a un año y que, "de verdad que se llama África", según porfiaba su padre mientras oteaba rinocerontes que abatir.

Exactamente rinocerontes no se encontraron, pero sí otros híbridos, como un señor del que le salía un pato por donde debe orear otra cosa. E incluso vegetales andurriando, como un conjunto de girasoles a puntos de ser consumido por un rumiante noruego, si se atiene a la bacinilla con cuernos con el que se cubría la mollera. Todo ello aderezado con grandes hit-parades de la música tradicional tribal, como el Paco, Paco, Paco, te lo dije Paco. Ello no quita que de vez en cuando aparecieran personas propiamente dichas. Como el Che Guevara, con un señor dentro que se llama Ángel Santana, y que a pesar del maremagnum ofreció una pequeña rueda de prensa, sobre Venezuela: "allí tiene que haber un control. Maduro se debe dejar caer" porque está maduro.

Cuando más interesante se encontraba la disertación de Ángel -Guevara- Santana empuja un coqueto grupúsculo en formato Victoria Secret, cuyos pelos peludos en toda zona y resquicio, no tenían nada de secret y comandado por Alexis Mesa, de Maspalomas. Si Victoria, Victoria Secret, levantara la cabeza demanda a Mesa por la vía contensioso-administrativa.

Relajo, cortejo y recato

Este relajo contrastaba enormemente con la seriedad, pulcritud y boato de Sor Tera, Sor Viuda y el padre Silasantacede, que se desplazaban a bordo de un pachorrúo Ford A del año 1929. Los tres deseclesiásticos viajaban repartiendo rosquillas bendecidas de Ingenio.

Sin duda un pequeño oasis de sentido común enmedio de una marabunta incierta que sobre las siete y cuarto de la tarde ya iba ofreciendo muestras y manifestaciones de los instintos más primitivos de los organismos multicelulares, con movimientos más de cortejo que de recato.

Caso este el de la carroza machomen compuesta por personal de la capital, que se presentó con cobertura de foam versión musculada, del que emanaban monumentales apéndices reproductores que, aunque de peluche, siempre asustan. Es cierto que había que fijarse para hallarlos, y en este sentido recabar la falta de atención del Almirante de la Mar Océana Cristóbal Colón, allí de cuerpo presente y que acudió a supervisar lo que pasaban por su BIC (Bien de Interés Cultural, aún en curso). Debajo iba Toni Pérez, circunspecto, con ánimo de conquista, sí, pero que a pesar de tener aquellos tarajullos casi al final del catalejo insistía que "yo no he descubierto nada", lo que da de pensar que más que encontrar América, quizá chocó con ella.