Los carnavales de Santa Brígida y Moya concluyeron ayer domingo con los tradicionales entierros de la sardina, deslucidos en la villa satauteña por la llovizna que cayó durante toda la tarde y que obligó a celebrar las actuaciones de murgas y comparsas dentro de una carpa. Tras la gala se inició un pasacalle desde la calle Nueva para acompañar a la sardina en su último viaje.

Moya concluyó las carnestolendas con actos desde el mediodía. Tras las actuaciones del grupo coreográfico Suna Jiménez y de la Escuela de Danza Jeanette Dorta, a las 12.30 horas se celebró la quinta edición del Concurso de Mascotas Disfrazadas, con los animales y a sus dueños ataviados con los disfraces más divertidos y disparatados. Después fue el turno de la crítica y sátira con la murga Las Despistadas. El punto y final hasta el próximo año lo puso el tradicional entierro de la sardina, cuya peculiar comitiva fúnebre salió en una carroza desde la Plaza de Carretería hasta llegar al casco. Tras recorrer las calles principales, las viudas y carnavaleros tristes despidieron a la sardina al son de los ritmos de la Banda Isleña, la Batucada de las Escuelas Artísticas Municipales y música de DJ, para proceder después a la quema del pescado en el Parque Pico Lomito.

Y mientras unos pueblos despiden el Carnaval, otros lo reciben con los brazos abiertos, como en La Aldea, donde centenares de personas participaron en la tarde noche del sábado en la Gran Cabalgata del Mar y sus Misterios, que recorrió las calles principales durante algo más de cuatro horas, que como broche final contó con la discoteca móvil situada en la Avenida de San Nicolás y la verbena con Bombazo Latino en La Alameda.

En Agaete también se preparan para su semana grande, ayer con un baile infantil en la plaza de la Constitución.