¿Ganó el año pasado en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y ahora se hace con el título en Maspalomas, ¿cómo se siente?

Sinceramente, estoy muy sorprendido, porque tenía miedo de que, al actuar en primer lugar y tener que romper el hielo, al finalizar la gala la gente se olvidase del número. Pero he tenido la suerte de que eso no ocurriese y de haberla ganado. La experiencia fue increíble y el público ha sido maravilloso. Creo que no he defraudado a nadie.

¿Había algo en su interior que le decía que podía volver a ser ganador?

Por un lado me lo esperaba, pero por otro no. La gala de preselección, celebrada dos días antes, siempre es un filtro, y en ella se comienza a observar quiénes son los tres o cuatro artistas favoritos por el público y que podrían optar al premio, y a mi me incluían en ese grupo. Pero por otro lado, para ganar la gala se necesita una gran dosis de suerte, porque es en directo y todo depende de cómo te salga el espectáculo esa noche. Por fortuna, salió todo de lujo.

Ha sido abandonar el reinado de Las Palmas de Gran Canaria y conseguir la corona de Maspalomas. ¿Es consciente de que muy pocos lo consiguen?

Totalmente de acuerdo. Me lo propuse y lo he conseguido; estoy muy contento.

¿Cómo afronta este nuevo reinado?

Ganar en Las Palmas de Gran Canaria y ganar en Maspalomas produce sensaciones muy diferentes. Es la segunda vez que me presento en el Sur, y tengo una sensación completamente distinta que no sé explicar. Estoy muy orgulloso por haber realizado un espectáculo innovador y en el que se rompen las reglas en la capital, y también por haber desarrollado otro en el Sur y haber roto las reglas aún más.

En el momento en que, una vez más, escucha su nombre sobre el escenario, ¿en qué piensa?

Fue un momento de mucha emoción. Un amplio equipo nos pasamos un año entero trabajando por y para este espectáculo; se invierten muchos recursos económicos y bastante tiempo, y dejamos atrás muchas otras cosas para poder dedicarnos prácticamente en exclusiva al espectáculo. Por eso, lo único que me pasa por la cabeza es la sensación de satisfacción personal pura y dura, y por el buen trabajo que ha realizado el equipo.

Acaba de decir que deja muchas cosas atrás, ¿el qué?

Cuando decides presentarte a la Gala Drag, aparcas tu vida y te vuelcas de lleno. Tienes que empezar a priorizar. Durante estos carnavales me han salido muchos trabajos en otras islas y he tenido que renunciar a ellos para dedicarme en cuerpo y alma tanto a la actuación de despedida del reinado en Las Palmas de Gran Canaria, como a la que he presentado en Maspalomas.

¿De dónde saca tiempo para preparar dos actuaciones distintas?

De debajo de las piedras. Tienes que sacar tiempo de donde no lo hay. Trabajo y ensayo entre semana a partir de las diez de la noche y los sábados y los domingos mañana y tarde. Preparar una actuación como la de la Última Cena requirió mucho tiempo, y más tiempo aún readaptar el show para la gala de Maspalomas; teníamos que reducir los tiempos y ensayar una escena final potente para que la gente se acuerde de ti. Está todo muy medido de principio a fin.

¿Cree que esta actuación tendrá una repercusión similar a la que tuvo la del año pasado?

Son temáticas distintas. La anterior tiene más repercusión que ésta, pero ésta tiene más espectáculo, más movimiento y más potencia a nivel visual. En la anterior, lo que impacta es la imagen, y con ésta lo que impacta en nuestra capacidad de no parar en ningún momento. Yo supongo que si la gente tiene la cabeza bien amueblada, no debería alarmarse por esto.

Hasta hace poco la Asociación de Abogados Cristianos continuó armando revuelo. ¿Le han escrito ya los abogados del demonio?

(Risas) No, y espero que nadie me denuncie por haber sexualizado tanto al demonio.

Un año después, ¿cómo está? Después de tanto tiempo, ¿considera que fue una reacción exagerada?

Estoy perfectamente, muy tranquilo. Intento separar las cosas, y he estado alejado de las redes sociales para evitar coger nervios. Tanto mi abogada como yo sabemos que este asunto no tiene ni pies ni cabeza, y mucho más con la elegancia que he transmitido a la hora de despedir el reinado y con la que he realizado éste.

¿Cómo se actúa habiéndose puesto uno mismo el listón tan alto en Las Palmas de Gran Canaria?

Eso mismo le decía a mis bailarines cuando creábamos el espectáculo. Cada drag se pone su propio listón, y en este caso estaba bastante alto, porque gané en Las Palmas de Gran Canaria con un buen número, y despedí el reinado con otro aún mejor. Eso provoca que ahora la gente tenga un nivel de exigencia alto; espera mucho de ti y no puedes defraudarles, porque lo notan, y lo notas tú mismo.

¿Es mayor o menor la responsabilidad de ser Drag en Maspalomas respecto a serlo en la capital?

La responsabilidad es la misma. Defenderé el Carnaval Internacional de Maspalomas con las mismas ganas y fuerza que defendí y promocionó el de Las Palmas de Gran Canaria.

Ha ganado las dos galas principales de Gran Canaria. ¿Qué le queda? ¿Qué será lo siguiente que quiere hacer?

La próxima semana participo en el Carnaval de Santa Lucía de Tirajana; iré a probar suerte. Pero sinceramente, mis dos mayores retos ya están cumplidos, así que me puedo dar con un canto en el pecho.