Silvia Hernández se ha presentado a casi todo lo que tiene que ver con el Carnaval. Tras acompañar a Drag Chuchi sobre el escenario el año pasado, esta edición será ella quien opte a la realeza carnavalera. Natural del barrio de Guanarteme y de 29 años de edad, la candidata a Reina del Carnaval trabaja como enfermera. Con un diseño de Kilian Betancor Falcón y el patrocinio de Ron La Indiana, presentará la fantasía Mírame.

¿Cómo le dio por presentarse a Reina?

Llevo bailando muchos años con un Drag y desde hace tiempo le venía diciendo al diseñador que si alguna vez presentaba Reina que me eligiera. Yo siempre había dicho que quería formar parte de las candidatas y que él fuera mi diseñador. Al final consiguió patrocinador, se movió y salió adelante todo el proyecto.

¿Con qué Drags participó?

Empecé con Eiko y terminé con Chuchi, el ganador del año pasado.

¿Cómo fue participar en el escenario con el ganador?

Fue una experiencia inolvidable. Es más, me levanté al día siguiente y estaba en estado de shock, no había asimilado que habíamos ganado. Después de tanto tiempo trabajando, bailando, no me lo podía creer.

¿Cómo siente el cambio de acompañante a protagonista?

Aún no he asimilado que yo soy la protagonista en esta historia. Cuando nos reunimos todos los candidatos de las diferentes galas, me veo rodeada de Drags y es como si me sintiera en familia. Pero el día 21, que sí estaré yo sola sobre el escenario, a lo mejor ahí los nervios me comen.

¿En la pregala pasó nervios?

Al principio sí. Pero después salí y todo fue muy natural. Será que estoy acostumbrada a que la gente me mire, llevo desde los 4 años bailando y enfrentarme al público no me da pánico. No tengo miedo escénico.

Tengo entendido que las candidatas salieron juntas después del pregón del pasado viernes...

Somos un grupo con mucho compañerismo, la verdad. Nos llevamos muy bien y no veo ningún tipo de maldad ni competencia. El viernes algunas chicas, las que pudimos, decidimos ir a cenar y tomarnos algo. Pasamos una cena súper agradable.

¿Un cuento que le haya marcado?

Me quedaría con El Principito porque enseña muchos valores de vida, de cómo actuar y creo que es tanto para adultos como para infantil. Es un libro ideal.

Si tuviera que hacer un caminito de migas de pan para volver a algún sitio. ¿A qué lugar querría volver siempre?

Sería la casa de mis padres o la playa de Las Canteras, porque en los dos me siento libre. En la playa es mirar al mar y desahogarme, quitar todos los nervios y sentirme relajada. Sería un sitio ideal al que volver. Para mí no tener la playa sería mortal.

¿Como no tener Carnaval?

Exacto. Soy muy carnavalera aunque no lo parezca.

¿Y eso?

Me refiero a que no soy de salir de fiesta en mi día a día. Pero a la hora de vivir el Carnaval creo que me he presentado a todo menos a las comparsas y a las murgas. Me he presentado al concurso de maquillaje corporal, he bailado con un Drag, he participado en las oberturas de la gala de la reina y de la gala Drag como bailarina y ahora mismo candidata a reina. Me faltaría también ser Drag, pero no me veo.

¿Qué significaría conseguir el cetro y a quién se lo dedicaría?

Después de tantos años queriendo presentarme a reina, conseguir el reinado sería cumplir el sueño al máximo. En primer lugar se lo dedicaría a mi abuela, que no está entre nosotros, y yo creo que es la fan número uno. Hubiese presumido de nieta por todos lados. También a mis diseñadores, patrocinador y mi familia, que me está apoyando muchísimo.

¿Qué me puede contar de su fantasía?

Está inspirada en un ser mitológico. Y hasta ahí puedo leer.

¿Se está preparando físicamente para la gala?

Sí. Tengo muy poco tiempo porque también ayudo en el traje cuando libro. Trabajando de enfermera no hay festivos, ni días libres, ni fines de semana. Intento buscar siempre un huequito porque el traje pesa bastante y hay que verse segura.

¿Qué le parece que los chicos se presenten a Reina?

Pues no me parece mal. Yo creo que algún día llegará a presentarse un chico a Reina del Carnaval. Porque en realidad el 80% de lo que se evalúa es el diseño del traje, y no la persona que lo lleva, ya sea hombre o mujer.