Hace casi un año, Erika Echuaca Sebe fur coronada Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2019. Confiesa que estaba en shock y que no se dio cuenta del momento en el que dijeron su nombre. De ese instante solo recuerda el clamor de la multitud, pero rememora esa noche con mucho cariño y muy agradecida.

Erika tiene 35 años, es educadora social en el IES Faro de Maspalomas y en el IES El Tablero I y, actualmente, está opositando para ser profesora de Secundaria. Confiesa que su vida era así antes y después de ser Reina del Carnaval y que el reinado no ha supuesto un cambio en su rutina. Sí admite que ha sido una experiencia que le ha brindado la oportunidad de conocer a muy buenas personas y, sobre todo, de conocerse mejor a sí misma. "Me ha aportado una visión mucho más amplia de situaciones que desconocía", comenta.

Lo cierto es que Erika se ha caracterizado por defender y transmitir un fuerte mensaje a favor de la diversidad racial. No se siente un ejemplo para nadie, pero sí está orgullosa de que muchas mujeres, no solamente mujeres negras, sino de otros grupos y circunstancias sociales, puedan identificarse con ella y ver que, en realidad, no son tan diferentes.

Por otra parte, defiende que la Reina no es solo una chica que sabe llevar un traje y sonreír ante los medios. "La Reina es un conjunto de identidades: es una mujer que estudia, que trabaja, que es amiga de sus amigos, que saca tiempo para disfrutar, para atender las responsabilidades... Pero, sobre todo, tiene que ser una persona real, cercana y auténtica. Y este año hay muchas compañeras que son así. Defender el traje es una gran responsabilidad, pero es muy importante ser buena persona", explica Erika.

Esto, además, le sirve para reivindicar que se deje de estigmatizar la figura de la Reina del Carnaval. "Existen muchos prejuicios que se reiteran en los espacios pequeños y creo que nunca ha sido como la gente piensa", comenta Erika. "La reina nació como una figura de la Isla, con mujeres que, a través del Carnaval, buscaban su espacio y mostrar la identidad que tiene estas fiestas para nosotros. Esas mujeres eran como cualquier otra y creo que se sigue manteniendo esa esencia, pero la gente no lo sabe ver. Es cierto que suelen ser chicas con ciertos atributos y la gente los ve, pero la belleza es muy plural. Para mí, la Gala de la Reina no es un certamen de belleza, pero eso queda a los ojos de quien lo vea y de quien lo quiera estigmatizar. Pero ojalá que no, que no se mantenga ese estigma".

Muchos piensan que Erika ha marcado una diferencia en este certamen. Ella no lo tiene tan claro, pero, en todo caso, piensa que esa distinción puede estar en que, durante su actuación, supo comunicarse a través de su mirada. "Comuniqué mucho más allá de la pantalla, que es como yo puedo comunicar muchas veces, sin hablar", explica Erika. Haber transmitido esa humanidad y cercanía es, para ella, el mejor regalo que se lleva como Reina del Carnaval.

Erika Echuaca tiene muchos sueños. Quiere escribir un libro, viajar más y pasar mucho tiempo con los suyos, pero entre sus metas no está volver a presentarse a Reina del Carnaval, aunque está muy agradecida por la oportunidad que se le dio y porque se haya reconocido su trabajo y el de todo el equipo. Con respecto a sus compañeras, las candidatas a Reina del Carnaval de este año, asegura que hay un muy buen grupo de mujeres, espectaculares a nivel personal y muy cercanas. Como consejo, les dice que sean ellas mismas y que disfruten. "Tienen su canción, es su fantasía, está hecha para ellas y eso es con lo que se tienen que quedar. El premio obviamente es un regalo universal, pero, si no ganan, es una experiencia que no se te olvida en la vida", explica Erika, preparada para ceder su cetro y dispuesta a conquistar otros escenarios.