"Ya vienen los barcos viejos, ya vienen los marineros. Pon los buches a remojo, que ya llega el mes de febrero". Con estos acordes de la nueva canción compuesta por el director musical de la parranda Los Buches, Javier Bravo, titulada Vamos para las Cuatro Esquinas saldrán el próximo lunes al coso del carnaval de Arrecife los componentes de la agrupación más emblemática de la capital conejera.

Aunque se desconoce su antigüedad exacta en Arrecife existen referencias escritas de finales del siglo XIX que nombran la tradición de golpear con buches de pescado durante los carnavales pero como manifestaciones espontáneas de los marineros. El presidente de Los Buches, José Julián Villanueva, destaca que la tradición de los buches nació cuando los marineros de Arrecife se picaban para ver el barco que había pescado el marrajo más grande. "Y la única forma de demostrarlo era enseñando el buche", señala.

Y en los carnavales entre pizco y pizco de ron, los marineros se envalentonaban y terminaban a buchazo limpio. Ahora, sin embargo, los bucheros se divierten dando algún golpe que otro, casi simbólicos, a todos aquellos que se ponen en su camino.

No fue hasta el año 1963 cuando un grupo de amigos decidió crear una parranda con el objetivo de que no se perdiera esa tradición. Una iniciativa que también contó con la colaboración del artista César Manrique que se encargó del diseño de la máscara. Una vestimenta que incluye una montera de lana, cintas de diferentes colores, pañuelo de hombro y de cabeza, chaleco de lentejuelas, pantalón calado y bordado, ligas, medias, polainas y guantes blancos.

La parranda marinera está compuesta por 20 tocadores y doce bucheros. "En los últimos años se han incorporado unos chicos nuevos e incluso varias mujeres como bucheras", destaca José Julián que lleva casi 40 años en la formación. "Mi padre perteneció a Los Buches y ahora mi nieto ya sigue con la tradición", destaca.

Sin embargo, la parranda a punto ha estado de quedarse sin su elemento más indispensable: los buches. Los originarios se obtenían de tiburones pero las limitaciones a la pesca de este escualo ha hecho que prácticamente no se encuentre ninguno en el mercado. El periplo para conseguir buches les ha llevado a Madeira, Cabo Verde e incluso hasta Japón pero sin ningún resultado positivo.

"Solo nos quedan dos buches de tiburón que tienen casi 20 años y que hemos tenido que ir remendando", afirma el presidente de la parranda mientras los enseña. "Son nuestras joyas", afirma mientras los acaricia con mimo en la sede que este grupo tiene en la calle Ico de Arrecife.

Y a falta de tiburones, la parranda ha recurrido al pez espada aunque sus buches son más pequeños. "Nos dieron el contacto de una empresa exportadora de pescado de Vigo (Galicia) que nos enviaron el pasado año unos 15 buches y otros 67 este mes", señala Villanueva.

El presidente de la parranda respira ya aliviado porque cuentan con buches nuevos para los carnavales. Villanueva también está contento porque la tradición parece que no se va a perder por la incorporación de nuevos componentes y sobre todo por la elección de Javier Bravo como director musical. "Ha sido la salvación del grupo porque la música de la parranda la tiene en su cabeza porque la mamó desde que era un renacuajo", resalta Villanueva.

La única magua que tienen es que no han recibido la colaboración del Ayuntamiento de Arrecife para acondicionar un barco que ya está en desuso como carroza para los cosos tanto de los carnavales como para la romería de Los Dolores.