Habría que retrotraerse al 14 de noviembre pasado, según Luis Casimiro, para encontrar la presunta agresión del técnico que el jugador Shaquille McKissic denunciaba en un lunes donde se mostraba, a través de su cuenta personal de Twitter, muy duro con el manchego, incluso diciendo que prefería quedarse sentado en casa que volver a jugar para él en el Gran Canaria.

El entrenador amarillo daba este martes su versión de los hechos a los que se refiere el alero estadounidense, al que se le ha abierto expediente disciplinario y está apartado temporalmente del equipo. El manchego, al igual que el capitán Eulis Báez, descartaban que hubiese existido una agresión. El tema, como todo el mundo se imaginaba, no se produjo en el choque del pasado domingo ante el Real Madrid.

Se jugaba el primer cuarto de la sexta jornada del grupo D de la Eurocup en San Petersburgo. El Granca perdía de diez puntos contra el Zenit. En un tiempo muerto, en caliente, el jugador se había levantado antes de que terminase la arenga y el técnico lo paró para mandarlo a sentarse de nuevo.

"Aquí trabajamos con una máxima exigencia por la responsabilidad que tenemos. Esta exigencia puede producir que en algún momento haya un enfrentamiento, pero a nivel verbal nada más. Lo único a lo que puede referirse es cuando estábamos en un tiempo muerto en San Petersburgo", explicaba.

"En absoluto existió una agresión, sólo una exigencia a la hora de realizar el trabajo, pero como puede haberla con cualquier jugador. En un momento que estoy reclamando la intensidad y el rigor necesario, decide levantarse y yo lo paro y le digo que aún no ha terminado; nada más", recalcó el máximo responsable del banquillo del Granca.

Reconoció también que ambos mantuvieron una charla después del incidente, que los dos coincidieron que se trataba de una reacción debida a las ansias por ganar y que todo ocurría fruto del nerviosismo del momento.

Luis Casimiro, que con los datos sobre la mesa dejaba claro que Shaquille McKissic ha actuado de titular en 13 de los 17 encuentros disputados hasta ahora, explicaba que el jugador nunca hasta ahora ha dado problemas y ha mostrado una buena ética de trabajo, pero que "no se ha adaptado a nuestro filosofía de juego y de roles".

Esto, según el técnico, le ha producido "una frustración" que ha canalizado a través de las redes sociales, "que no es el sitio más adecuado". Dijo que se considera un hombre de club, y que si se decide la continuidad del alero en la plantilla, acatará la decisión: "No es un plato de buen gusto estar en boca de nadie por estas cosas, pero en el fondo yo le perdono". Eso sí, argumentó que si todo estos se trata de una estratagema del norteamericano para forzar su salida, "lo podría haber hecho de otra forma".

No hubo puñetazos ni pelea

Eulis Báez, capitán del Herbalife Gran Canaria, como su entrenador, considera que no existió agresión: "No hubo puñetazos ni pelea. Casimiro estaba sentado y se levantó. Puso su mano y dijo: el tiempo muerto no se ha terminado. Porque todos nos levantamos. Y después nos sentamos otra vez. No hubo galletas, como me gusta decir a mí, ni nada de eso. Si él interpretó de otra manera lo ocurrido es como él se sintió. A nosotros no nos informó de nada. Nosotros no lo interpretamos como un altercado".

El dominicano, quien hablaba con su compañero tras la polémica, explicaba que como peso pesado del vestuario "me habría gustado saber cómo estaba él mentalmente". "Me sentí mal porque podríamos haber buscado alguna solución. Todos los jugadores que han venido al Gran Canaria se han integrado en la cancha y en la vida del día a día. Lo intentamos con Shaq. Su familia se siente a gusto aquí. Me habría gustado ayudarle más. Pero tuvo un momento de debilidad en el que no se supo controlar", argumentaba.