Cuando todo el mundo creía que la presunta agresión que denunció Shaquielle McKissic por parte de su técnico Luis Casimiro se había producido en el duelo del pasado domingo ante el Real Madrid, el entrenador y el capitán del Herbalife Gran Canaria, Eulis Báez, desvelaban que había ocurrido a mediados del mes pasado en el choque disputado en Rusia contra el Zenit San Petersburgo.

Se jugaba el primer cuarto y el Granca perdía de diez puntos. En un tiempo muerto, en caliente, el jugador se había levantado antes de que terminase la arenga y el manchego lo paró para mandarlo a sentarse de nuevo.

"Aquí trabajamos con una máxima exigencia por la responsabilidad que tenemos. Esta exigencia puede producir que en algún momento haya un enfrentamiento, pero a nivel verbal nada más. Es lo único a lo que puede referirse", explicaba Luis Casimiro.

"En absoluto existió una agresión, sólo una exigencia a la hora de realizar el trabajo, pero como puede haberla con cualquier jugador. En un momento que estoy reclamando la intensidad y el rigor necesario, decide levantarse y yo lo paro y le digo que aún no ha terminado el tiempo muerto; nada más", recalcó el máximo responsable del banquillo del Granca.

Reconoció también que ambos mantuvieron una charla después del incidente, que los dos coincidieron en que se trataba de una reacción debida a las ansias por ganar y que todo ocurría fruto del nerviosismo del momento.

Luis Casimiro, que con los datos sobre la mesa dejaba claro que Shaquille McKissic ha actuado de titular en 13 de los 17 encuentros disputados hasta ahora, explicaba que el jugador nunca hasta ahora había dado problemas y ha mostrado una buena ética de trabajo, pero que "no se ha adaptado a nuestro filosofía de juego y de roles".

Esto, según el técnico, le ha producido "una frustración" que ha canalizado a través de las redes sociales, "que no es el sitio más adecuado". "Nunca he faltado al respeto a ningún jugador, llevo 30 años en esto y nunca lo he hecho. Mi exigencia viene siempre en el aspecto profesional", argumentaba.

Dijo que se considera un hombre de club, y que si se decide la continuidad del alero en la plantilla, acatará la decisión: "No es un plato de buen gusto estar en boca de nadie por estas cosas, pero en el fondo yo le perdono".

Báez lo desmiente también

Eulis Báez, capitán del Herbalife Gran Canaria, como su entrenador, considera que no existió agresión: "No hubo puñetazos ni pelea. Casimiro estaba sentado y se levantó. Puso su mano y dijo que el tiempo muerto no se ha terminado. Porque todos nos levantamos. Y después nos sentamos otra vez. No hubo galletas, como me gusta decir a mí, ni nada de eso. Si él interpretó de otra manera lo ocurrido es como él se sintió. No nos informó de nada. Nosotros no lo interpretamos como un altercado. Me habría gustado saber cómo estaba él mentalmente. Me sentí mal porque podríamos haber buscado alguna solución".