El Granca es de Playoff. El equipo de Luis Casimiro luchará por el título de la Liga Endesa por sexto año consecutivo tras su victoria de ayer en la cancha de San Pablo Burgos (89-98), un buen equipo al que los claretianos sólo pudieron doblegar en el último cuarto, cuando apareció Pablo Aguilar con el fusil para, con cuatro triples, decantar el partido a favor de los suyos.

Ese es el resumen simple de un triunfo merecido y ganado a base de sudor, sin embargo, el éxito de los amarillos puede explicarse desde otros parámetros que no tienen tanto que ver con lo meramente deportivo, sino más bien con lo mental. Porque el Herbalife, sabedor al descanso de que el UCAM Murcia había perdido su encuentro frente al Real Madrid (61-63), dio un paso al frente en la segunda parte, aceleró y se llevó un duelo que estuvo igualado hasta el tramo final.

Pero lo cierto es que el Granca, ya desde el inicio, había mostrado mucho más hambre que en sus últimas salidas. Ese era su examen: no salir dormido y dejar patente que va a por todas, que quiere más, que no se conforma. Lo superó con creces porque nunca estuvo fuera del partido y sólo el buen hacer de su rival, que venía de conseguir seis victorias en siete partidos y, por tanto, la permanencia, impidió que se escapara en el marcador mucho antes.

Tiene mérito el Herbalife, que temporada tras temporada permanece en la lucha y se deja ver con los más grandes. Ahora lo que se le exige, una vez conseguido el pase para jugar el Playoff, es mantener la quinta plaza, que le aseguraría sobre el papel disputar la eliminatoria más igualada. La derrota sorprendente del Unicaja frente al Tecnyconta Zaragoza en el Carpena (82-83) le facilita todavía más esa misión. Debe seguir la línea.

Aprobado con nota el examen del inicio del partido y sabido pues que el cuadro de Luis Casimiro no se había quedado en el vestuario, tal y como lo hizo en Sevilla, Bilbao o Badalona, el siguiente paso que tenía que dar era dominar el rebote, faceta en la que el Burgos era superior, o por lo menos así lo reflejaban las estadísticas. Pero el Granca impuso pronto su ley bajo el aro y acabó superando en 11 capturas a su rival -44 de los amarillos por 33 de los azules-.

Así que demostrado que el equipo había salido a competir y que además era superior en el rebote, sólo quedaba ya que la mayor calidad de los jugadores claretianos acabara por imponerse. Esa superioridad se notó sobre todo en el acierto desde más allá de la línea de 6,75 en la segunda parte. A base de triples, el Granca se escapó definitivamente rumbo al triunfo.

El partido arrancó, y de hecho se mantuvo así hasta el último parcial, con un ritmo muy intenso por parte de ambos equipos y con alternativas en el marcador. Casimiro, a diferencia del choque anterior ante Unicaja, dio la oportunidad desde el inicio a Marcus Eriksson, que todavía sigue sin estar en su mejor nivel. Pese a ello, el talento del sueco es tal que después de una pedrada encestó dos lanzamientos de tres puntos en el tercer cuarto que sirvieron para coger una ventaja que minutos después se perdería.

También apostó el manchego por Luke Fischer, el mejor el domingo pasado, y que cada vez que suma y rebotea recuerda que quizá debía de haber tenido un mayor protagonismo durante el curso. En cualquier caso, se encuentra en su mejor estado de forma en el tramo decisivo de la campaña. Pero fue Balvin el que, con dos rebotes nada más entrar a la pista del Coliseum, dejó claro quién iba a ser el dominador bajo el aro.

En esa alternancia en el marcador que hacía del partido algo bonito y atractivo de ver, apareció el grancanario Álex López en el tramo final del primer cuarto para celebrar su renovación con el San Pablo Burgos por tres temporadas y recordar que hay jugadores de la cantera del Granca que valen la pena. Un triple suyo y una canasta espectacular con arrancada y rectificado en el aire pusieron el 25-23 con el que concluyó el parcial.

El siguiente comenzó tal y como acabó el anterior, pero con otro recurso dentro del repertorio de López: un mate. La alternancia en el electrónico del Coliseum, que como suele ser habitual presentó un gran ambiente en las gradas generado por una de las aficiones más entusiastas de la Liga Endesa, predominó hasta el descanso. El Herbalife, que seguía demostrando su poder en la pintura, llegó a alcanzar una ventaja de cinco puntos, pero la desperdició para dejar el choque con empate a 43 al término de los primeros 20 minutos.

Pero tras la reanudación apareció el mejor Granca, sabedor de que si ganaba entraba en el Playoff. También surgió Eriksson, que con triples, más otro de Rabaseda, ayudó al equipo a elevar su máxima diferencia hasta los ocho puntos, apoyado también por Fischer y DJ Seeley, máximo anotador amarillo con 18 unidades y muy constante durante todo el encuentro.

Sólo Sáiz, López y Cancar mantenía vivo al Burgos, que en un ataque de rebeldía apretó en los segundos finales para afrontar el periodo decisivo sólo un punto por debajo (69-70). Los claretianos, por su parte, volvían a ver cómo al menor atisbo de ventaja su rival la equilibraba y probablemente recordaban que el cuadro castellanoleonés estaba muy acostumbrado a afrontar finales de partido apretados.

Pero todas esas dudas las quitó Aguilar de un plumazo con dos triples seguidos nada más empezar el cuarto. Seeley y Fischer, por su parte, seguían a lo suyo y el Herbalife consiguió irse de 12 puntos. Sólo la vergüenza torera del Burgos hizo que se acercaran a cuatro, hasta que nuevamente el granadino encestó su cuarto triple en el parcial que sentenció el partido a falta de 1:20. Para rematar su obra, robó un balón y machacó el aro rival. Fue la confirmación de que el Granca ha recuperado su hambre.