En los pasillos del Pabellón Fuente de San Luis el pasado viernes, después del 'flash interview' -esa entrevista casi a pie de pista que hacen las televisiones con derechos a los protagonistas del partido-, Luis Casimiro Palomo, entrenador del Herbalife Gran Canaria, encaraba el vestuario de su equipo. Aún no había entrado a la fiesta que ya había montada dentro de la caseta, donde los gritos del 'A la Euroliga, oe' se mezclaban con jugadores grabando el momento y el agua de las botellas salpicando el escenario. Amainó un segundo el asunto cuando el 'coach' cruzó la puerta. Hasta que cómplice de la jarana, el entrenador manchego soltó un grito que sonó liberador. Y es que la temporada, como para todo el Herbalife, no ha sido sencilla.
Probablemente el viernes, dentro de todas las batallas que ha labrado, el Granca consiguió el mayor hito de toda su historia: el billete para la Euroliga con su segundo pase a las semifinales en la historia de la Liga Endesa. Un hito que tendrá la firma de Luis Casimiro para siempre. Todo 20 años después de su gran obra: la conquista de la ACB con el TDK Manresa en uno de los mayores. Una hazaña de la que ayer se cumplieron justo las dos décadas.
Sin el impacto ni el áurea de otros técnicos como el que guardaban Pedro Martínez, fetiche en el Herbalife Gran Canaria, o Aíto Garcia Reneses, maestro en la ACB, el entrenador manchego tiene dos muescas en el banquillo del Herbalife de las que nadie puede presumir: un título, con la Supercopa Endesa 2016, y un pase a la Euroliga, primero en la historia de la entidad. Casimiro aterrizó en la Isla después del legado de García Reneses, que dejó un bagaje importante en Gran Canaria con la final de la Eurocup y la final de la Copa del Rey. Un reto notable para el de Villamayor de Calatrava que, con los méritos en la mano, ha cumplido.
Esta temporada, que ya pasará a la historia del club, Luis Casimiro ha tenido momentos complicados al frente del banquillo. Al Granca, que casi toda la temporada ha estado dentro de las ochos primeras plazas, ha tenido momentos de irregularidad preocupantes. Por ejemplo, entró en la Copa del Rey por su condición de anfitrión porque justo en la última jornada de la primera vuelta la octava plaza se fue a manos del UCAM Murcia. Dentro del grupo Luis Casimiro también hubo algún incendio notable, como la salida de tono de Shaq McKissic en el mes de diciembre. "Preferiría estar sentado en casa el resto de mi vida que jugar para este entrenador en Gran Canaria", dijo el alero, que después incluso insinuó una agresión del entrenador. El estadounidense se marchó rescindido.
En la Eurocup, el equipo se quedó en cuartos de final, tumbado ante el Lokomotiv Kuban, que acabó proclamándose campeón del torneo continental. Su rumbo, por momentos errante en la Liga Endesa, osciló a golpes en determinados momentos de la temporada. Fuerte en Siete Palmas, sus prestaciones bajaron mucho lejos de Gran Canaria. Un andar irregular que hizo creer que ser cabeza de serie era posible en el Playoff, que lo llevó a temer por ellos y que al final se concretó en una quinta posición que abría una posibilidad muy real: jugar la Euroliga el próximo año si Valencia besaba la lona. Un anhelo transformado en realidad desde el viernes.
Baile de banquillos
En este punto de la temporada, con los méritos palpables dentro de su mochila, Luis Casimiro sale reforzado. Si por un momento su continuidad para la próxima temporada estaba casi descatada, ahora el técnico tiene en su currículum de amarillo la legitimidad absoluta para continuar. Su nombre ya ha salido relacionado con el Unicaja Málaga, uno de los clubes que busca entrenador en el zoco de técnicos de la Liga Endesa. Pero no solo en Málaga tienen el cartel de 'Se busca entrenador'. Txus Vidorreta parece más fuera que dentro de Valencia y Estudiantes, Fuenlabrada, CB Canarias y Gipuzcoa Basket buscan un mago en la pizarra en el año de la reivindicación de Luis.
