La temporada del Herbalife Gran Canaria ha sido tan extraña como real. Cuando encaró la última jornada de la fase regular de la Liga Endesa, en la que el Real Madrid visitaba Siete Palmas como flamante campeón de la Euroliga, su posición final podía oscilar desde la quinta a la octava posición. Dos jornadas antes había sellado en Coliseum de Burgos su clasificación para las eliminatorias por el título de la ACB por sexta temporada consecutiva. Todo en un curso donde el 'Playoff' final llegó a correr peligro, donde se coqueteó con ser cabeza de serie y que acabó con una quinta plaza y un emparejamiento frente al Valencia que guardaba una sorpresa final: un posible billete a la Euroliga, un territorio desconocido para el Granca.

El pase a las semifinales de la Liga Endesa y la clasificación para la máxima competición continental han cambiado el panorama de un Herbalife Gran Canaria que iba camino de cerrar una temporada más entre los mejores de la ACB, pero sin un salto cualitativo en la pista. Y ahí la figura de Luis Casimiro, técnico de la entidad, emerge por encima del resto. Porque el rumbo del Granca, errante por momentos en la campaña 2017-2018, se cierra con uno de los mayores hitos en la historia de la entidad.

En esa espiral de resultados, debates y emociones, Luis Casimiro perdía fuerza. Primero, el técnico manchego consiguió el primer título de la historia del club con la Supercopa de 2016 y cerró su primer año sin superar la frontera de los cuartos de final ni en la Liga Endesa ni en la Copa del Rey, a la que no faltó, ni en la Eurocup. Y en la temporada que se acaba de terminar para el Herbalife, el Gran Canaria se quedó fuera de su Copa del Rey, a la que accedió por ser anfitrión y en la que cayó en las semifinales contra el FC Barcelona que acabó campeón, y se quedó en cuartos de la Eurocup. Después llegó lo de La Fonteta y la gloria de uno de los días más brillantes en la historia del Herbalife.

Y tan variante y enredada como la temporada del Granca ha sido la trayectoria de Luis Casimiro durante esos meses. Al compás del equipo, el entrenador iba cediendo su crédito por momentos, tanto internamente como en el Gran Canaria Arena, que alguna vez cuestionó varias de sus decisiones. Le costó tomarle el pulso a la plantilla a Casimiro, sacarle el jugo a ciertos jugadores y encontrar el beneplácito de Siete Palmas a lo largo de la campaña. Un asunto que se cerró en la brillante eliminatoria contra Valencia Basket y en la pelea que el Herbalife le dio al Real Madrid en las 'semis' a pesar del 3-0 de la serie.

Luis Casimiro, con ese triunfo, se ganó un espacio eterno en la historia del Granca. Pero también recuperó fuerza en su figura. Tras estar más fuera que dentro de los planes de futuro del Herbalife, su nombre encontró otra vez su espacio, ganado a base de resultados. Ahora, con una suculenta oferta para volver a sentarse en el banquillo del Unicaja Málaga, a Luis Casimiro le toca decidir.

De momento, el técnico se ha tomado este fin de semana para descansar. Viajó a la Península y esperará a escuchar al Herbalife Gran Canaria la semana que viene. Antes de decidir qué hacer con su futuro, el técnico manchego escuchará la propuesta del equipo claretiano. El reto de dirigir la Euroliga está en Siete Palmas y regresar a Málaga para levantar el vuelo del Unicaja es la otra opción que tiene a su alcance. El desenlace será inminente.

Y con todo eso, el Granca estudia alternativas en el mercado de entrenadores, especialmente agitado en este verano, con banquillos 'golosos' como el del propio Herbalife, Valencia Basket, Unicaja Málaga o MoraBanc Andorra en el aire. En ese zoco, el nombre de Salva Maldonado cobra peso como posible sustituto a Luis Casimiro, el hombre que condujo al Granca a su primer beso a la Euroliga.