Declaración de intenciones de Salva Maldonado en el inicio de su segunda etapa como entrenador del CB Gran Canaria, dos " rookies" en la próxima edición de la Euroliga. A pesar de ese caramelo que supone el medirse con los mejores del continente, el técnico amarillo tiene claras la prioridades para la próxima temporada: "Comemos y vivimos de la Liga ACB".

En cuanto al primer torneo europeo, donde se estrenan tanto él como el club, considera que se trata de "un premio". "Hay que jugarlo al máximo nivel y haciendo el trabajo lo mejor posible", apuntaba. Se afrontará con "ambición e ilusión, aunque no será fácil". Y cómo disfrutarla si las cosas no funcionan en esa duplicidad de competiciones de la máxima exigencia: "Eso ya lo iremos viendo".

Para el reto que se le presenta al Granca de Salva Maldonado, una campaña "de larga distancia y máxima exigencia", el entrenador piensa que debe confeccionarse un grupo que aguante el vertiginoso ritmo de encuentros que tendrá por delante: "Vamos a jugar 64 partidos sí o sí y cuanto mejores sean nuestros jugadores, más opciones tendremos de lograr victorias".

A la hora de hablar de la configuración de la plantilla del Herbalife, en cuanto a número de integrantes, el técnico barcelonés lo tiene claro: "Con 12 jugadores iríamos justos para todas las competiciones. Lo valoraremos. ¿15?, ya digo que no. Pero algo más de 12 tendremos, porque son 64 partidos y debemos estar preparados para todo".

No quiso Salva Maldonado entrar a hacer valoraciones a la hora de hablar de nombres. Manifestó que se cuenta con una buena base, pero no se mojó ni al respecto de los hombres que acaban contrato con la entidad ni sobre los posibles refuerzos; en este último apartado desmintió las informaciones de la llegada del veterano director de juego Omar Cook con el que coincidió en el Movistar Estudiantes.

¿Y el estilo del Granca? Reconoce que en los últimos años sus equipos tenían una vocación más ofensiva, "pero era para despistar porque todos sabemos que los partidos se ganan desde la defensa". Sí tiene claro que quiere formar un conjunto "competitivo" sea cual sea la filosofía de juego.

"No voy a hacer nada diferente a lo que hacía. Debemos ser un equipo reconocible, con identidad, que no dé tumbos en la forma de jugar de un día a otro, el cómo ya lo veremos", manifestaba el nuevo inquilino del banquillo amarillo.

Salva Maldonado, nueve años después, regresa a Gran Canaria. Esta llamada de la entidad claretiana, después de abandonar la disciplina del Movistar Estudiantes tras dos campañas en busca de nuevos retos, le permitía hacerlo. Incluso superando sus expectativas al poder dirigir por primera vez a un conjunto de Euroliga.

En su retorno a la Isla, el entrenador se encuentra con un escenario diferente. "Me fui porque había acabado un ciclo y me marché lleno de cosas. El club ha ido evolucionando y creciendo en cuanto a infraestructura y a nivel deportivo", reconoce el catalán, con más de 600 partidos en la Liga ACB y más de 300 victorias en ese recorrido.

"Intentaré sacar el máximo rendimiento al equipo y dar las alegrías que podamos, según nuestro nivel y según a lo que aspira el club. En mi anterior etapa tuve la sensación de que habíamos tocado techo y en los últimos años he visto crecer al equipo", apuntaba. Al mismo tiempo, espera que "no exista vértigo al ver dónde está el club".

En cuanto a sus ayudantes, además de su mano derecha -el técnico donostiarra José Ángel Samaniego-, Salva Maldonado subrayó que está encantado de trabajar junto a Víctor García. El club y el entrenador principal se están planteando la opción de configurar un equipo técnico con otro integrante más, lo que podría suponer la continuidad de Salva Camps.

El catalán reconocía que no existieron inconvenientes para llegar a un acuerdo con el Granca: "En estos casos se tienen que dar las coincidencias de que el club te quiera y tú puedas aceptar. Todo esto se ha hecho muy rápido, no hubo problemas para ponernos de acuerdo".