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Entrevista | Víctor García

"Si miras al calendario te angustias, pero hay que saborearlo"

"Es un año para disfrutar porque nos ha costado mucho llegar al lugar donde estamos hoy", destaca el técnico asistente

Víctor García, durante la entrevista en las canchas ubicadas en la zona de la playa de Las Canteras de la capital grancanaria. QUIQUE CURBELO

Recién llegado de Estados Unidos tras formar parte del cuerpo técnico de los Utah Jazz en las Ligas de Verano. ¿Cómo vivió la experiencia de ser partícipe directo de eventos con el sello de la NBA?

Fue muchísimo más gratificante de lo que esperaba. Cuando te llega una propuesta como ésta te hace muchísima ilusión, por todo lo que ello conlleva, por todo lo que mueve la NBA. Una vez estás allí lo que más sorprende es la calidad humana de la gente. Dependiendo de las franquicias, en este caso los Jazz, tienen una capacidad de apertura bastante grande. Están muy pendientes del baloncesto europeo, porque el entrenador jefe, Quin Snyder, fue ayudante en el CSKA con Messina y le da mucho valor a lo que pasa en Europa. Siempre tiene a parte de su cuerpo técnico mirando lo que sucede aquí durante el año.

¿Con qué pretensión acudió a esta llamada de los Jazz?

Iba un poco a ver cómo trabajan, ver cómo se organiza una franquicia de la NBA. La verdad es que he sido parte bastante activa del trabajo. Desde el primer momento he trabajado en los grupos de scouting para preparar los partidos tanto en la Liga de Verano de Salt Lake City y la de Las Vegas. Hasta que no estás allí no te das cuenta de lo que mueven estos eventos. En la primera de ellas, la que organizan los Jazz, participaron cuatro equipos y reunió entre 13.000 y 14.000 personas.

La de Las Vegas es la que más expectación levanta.

Sí. El año pasado había dos Ligas de Verano. Una en Orlando, que estaba dirigida a especialistas y no era abierta al público; y otra en Las Vegas, a la que no acudían todos los equipos. Se ha suprimido la primera y en la segunda estaban representadas todas las franquicias. Se jugaban entre ocho y diez partidos diarios. Todo el baloncesto mundial se concentra allí durante los diez días que dura para seguir a jugadores.

Y el triunfo en Las Vegas para los Portland con Jim Moran de entrenador principal...

Está muy integrado en los Trail Blazers, a los que también dirigió en la pasada edición. Un dato curioso es que en Las Vegas había tres jugadores que pasaron por el Gran Canaria y que estaban como primeros entrenadores. Curioso digo por tener un pasado en un club tan pequeño como el nuestro en cuanto a dimensión internacional. Además de Jim Moran en Portland, estaban Larry Lewis con los Sacramento Kings y Jay Larrañaga con los Boston Celtics.

¿La primera experiencia y la relación que mantiene con Utah le anima a intentar en el futuro afrontar una aventura más extensa en la NBA?

Es muy difícil. Lo que realmente me motiva es el no estar parado en verano e intentar conocer los métodos de trabajo que tienen allí. El baloncesto europeo cada vez se está acercando más al NBA en cuestión de calendario. En el Gran Canaria antes jugábamos un partido por semana, luego dos, y ahora con la Euroliga tendremos hasta tres algunas semanas. Por eso considero muy importante cómo gestionan ellos los tiempos, el jugar tantos partidos en una semana, los entrenamientos, los viajes, los entrenamientos del día antes, del día después y del día del partido... Es algo que ellos llevan haciendo mucho tiempo y que aquí empezamos a hacer. Sobre todo en el caso del Gran Canaria, que es el que mayor semejanza puede tener con un conjunto de la NBA a nivel de kilómetros recorridos. Es difícil encontrar un equipo europeo que haga lo que nosotros, estar una semana entera fuera para jugar tres partidos, o sea, lo que hacen los equipos de la costa este cuando van a la oeste, o viceversa. Hay cosas que se pueden extrapolar y otras que no tanto, como los medios que tienen.

Su estancia en Estados Unidos supongo que también le ha servido para hacer trabajo de scouting para el Granca. ¿Ha visto cosas interesantes como posibles incorporaciones para el equipo?

Sí. Una de las cosas favorables de trabajar con un equipo tan directamente es conocer realmente a los jugadores. Si sólo vas a verlos jugar no tienes tanta información como al trabajar con ellos día a día. Luego si realizas trabajo de scouting con los rivales para preparar los partidos tienes un conocimiento muchísimo más extenso. Tener esa base de datos es muy importante, porque son jugadores que muchos de ellos vienen a Europa este mismo año o el siguiente. Pero al final resulta difícil, porque los buenos son los buenos y nos gustan a todos. Las plantillas de la NBA son más largas y existe la opción de tener a dos jugadores que están entre el equipo profesional y el de la Liga de Desarrollo, y muchos de ellos quieren explotar esa opción. Y los jugadores con perfil de Euroliga son apetecibles para equipos con más dinero; a clubes como nosotros nos toca esperar un poco más. Somos un equipo de Euroliga con dinero de Eurocup. Resulta complicado fichar a jugadores de primer nivel.

Antes del fichaje de Hannah había mucha expectación entre la afición ante la ausencia de noticias sobre nuevas incorporaciones. Supongo que esto es algo normal hablando de un club como el Herbalife.

Lo importante no es fichar rápido, sino fichar bien. Otros años ha habido que hacer más fichajes y este mantenemos ocho jugadores de la plantilla anterior. Ahora las incorporaciones son más específicas. Muchas veces los tiempos los marca el mercado, y no tú.

¿Cuál cree usted que debe ser la cifra idónea de jugadores para afrontar una temporada tan exigente como la que le espera al Herbalife Gran Canaria?

Depende de muchos cosas. Lo ideal es tener 13 o 14. Todo depende de si los jóvenes con licencia del equipo de Liga EBA pueden ayudar. También este número lo determina mucho las lesiones. Además, todo depende un poco del presupuesto que tengas.

Llega Salva Maldonado al banquillo. ¿Ha hablado ya con usted sobre las pautas que se van a seguir, las dinámicas, el modelo de juego...?

Estuve reunido con él y con Berdi Pérez el día de su presentación. Estamos también un poco pendientes de hacer el equipo, de buscar el perfil de jugadores adecuados para el equipo que queremos tener. Durante la pretemporada ya iremos marcando las funciones de cada uno de los entrenadores. El tiene un método muy definido que nos deberá explicar. Nuestra labor será ayudarle a conseguir el baloncesto que el quiere. Pero aún no hemos tenido tiempo para entrar en esos detalles.

Usted empezó a desempe-ñar labores de asistente del primer entrenador en la segunda etapa de Pedro Martínez, aunque en la primera ya colaboraba con él; luego continuó con Aíto García Reneses y Luis Casimiro. Ocho años en total. ¿Puede desglosar las característi- cas de estos tres técnicos de primer nivel?

He extraído algo en común de los tres: lo realmente difícil que es la profesión de entrenador, y sobre todo en la Liga ACB. También una constante en todos ellos es su continua actualización. Este deporte cambia muchísimo y muy rápido. Tienes que estar al día; si no mejoras, empeoras. Todos estaban a la vanguardia. Luego tenían personalidades muy diferentes. Si nos fijamos, los cuatro entrenadores en activo más longevos de la ACB han pasado por el club, incluyendo a Salva Maldonado. La experiencia juega un papel importante. Ser entrenador requiere pagar un cierto peaje, y la experiencia te va dando ese bagaje para el día a día.

¿Pedro Martínez?

Absolutamente metódico, perseverante, con mucha disciplina y que otorga mucha relevancia al aspecto defensivo.

¿Aíto?

Tiene su método muy claro; sabe el cómo de las cosas, cómo enseñar y cómo llegar al jugador para extraer lo que quiere de él.

¿Luis Casimiro?

Está en el punto intermedio entre Pedro y Aíto. Muy inteligente, capaz de ver las cosas muy rápido. Tiene muy clara su filosofía.

Usted en los ocho años que lleva trabajando como técnico asistente ha vivido el crecimiento exponencial del club, hasta llegar hasta el techo de la Euroliga. ¿Cómo lo valora?

La primera sensación es que me siento muy afortunado. Primero por trabajar con estos entrenadores, porque cuando entras con 18 años en el club nunca te piensas que vas a ser su ayudante. Si nos dicen que íbamos a tener este crecimiento hace unos años no nos lo creemos. Parte del éxito de todos es disfrutar del camino. A veces nos angustiamos demasiado con el qué va a ser, un poco por la condición humana. Este es un año para disfrutar, porque nos ha costado mucho llegar hasta aquí. Vamos a jugar contra los mejores de Europa. Si miras el calendario te angustias, pero lo que hay que hacer es saborear el camino. Tener los pies en el suelo es lo que nos ha llevado hasta donde estamos ahora. En otros sitios han intentado crecer demasiado rápido y lo han terminado pagando. Las pequeñas cosas son las que tienen mérito: jugar tantos años seguidos el Playoff, meterse en la Copa del Rey... Seguir siendo humildes, sí; pero sin que por ello haya que renunciar a ser exigentes y afrontar nuevos retos.

¿Hay una fórmula mágica para compaginar la Euroliga y Liga Endesa sin que afecte demasiado al rendimiento?

La diferencia de los equipos españoles con el resto es que nuestra competición nacional es mucho más fuertes que las de los otros países. En la Liga Endesa cualquiera te puede ganar. Sabemos que la Euroliga nos va a pasar factura, lo único es que hay que estar preparados para que se minimicen sus efectos.

Con la saturación de partidos, ¿se presenta el escenario ideal para dar cancha a cante- ranos?

Primero tienen que demostrar su capacidad. Cuanto más alto es el nivel, mayor es la dificultad para poder jugar. El baloncesto es un deporte tremendamente exigente y las cualidades físicas son fundamentales. No hay que poner a los chavales a los pies de los caballos. Si tienen la capacidad tendrán su oportunidad. Pero hay que saber dónde estamos y las exigencias que se les ponen.

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